Este artículo se publicó hace 3 años.
Esperpéntica suspensión del partido entre Brasil y Argentina por una supuesta infracción del protocolo sanitario
Agentes de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil irrumpieron en la cancha, cuando transcurrían seis minutos de partido, para deportar a cuatro jugadores argentinos que habrían violado las normas sanitarias del país.
"Vergüenza mundial" o "Papelón" son algunos de los titulares de prensa tras la suspensión del partido de fútbol entre Brasil y Argentina este pasado domingo cuando se habían disputado seis minutos de juego. El encuentro fue suspendido, según las autoridades brasileñas, porque cuatro jugadores argentinos infringieron el protocolo sanitario de Brasil. Estos cuatro jugadores argentinos juegan en la Premier inglesa y, según la norma del Gobierno brasileño, deberían haber guardado cuarentena de 14 días al venir directamente desde Gran Bretaña, cosa que no hicieron.
Las normas sanitarias brasileñas vigentes exigen que las personas que estuvieron en los últimos 14 días en Reino Unido, India y Sudáfrica deben cumplir una cuarentena obligatoria de 10 días y de acuerdo con la Anvisa los deportistas suministraron "informaciones falsas" al respecto durante su proceso de inmigración.
La situación sólo se puede calificar de esperpento: agentes de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil irrumpieron en la cancha, cuando transcurrían seis minutos de partido, para deportar a cuatro jugadores argentinos que habrían suministrado informaciones falsas en inmigración.
Tras unos minutos de revuelo, los argentinos, bastante molestos, decidieron abandonar el terreno de juego. Con la interrupción del partido en el estadio Neo Química Arena de Sao Paulo, Argentina decidió retirarse y encerrarse en el vestuario.
Después, el capitán Lionel Messi fue el único que salió para dialogar con su homólogo brasileño Neymar y Marquinhos, compañeros en el París Saint Germain francés, y con el seleccionador local Tite y Dani Alves, a quienes les comunicó que Argentina no jugaría sin los cuatro jugadores implicados en el incidente.
El ridículo fue mundial. Las autoridades brasileñas esperaron al inicio del partido, aunque aseguran que habían avisado antes del encuentro a los jugadores argentinos. La selección argentina asegura que no sabía nada y la propia Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) asegura que su propio Gobierno se ha extralimitado.
Con el partido suspendido, Brasil decidió realizar un entrenamiento abierto para la prensa y el público de 1.500 invitados que estaban en el estadio mundialista del Corinthians y así preparar el encuentro del jueves en el estadio Arena Pernambuco de Recife ante Perú.
Ahora la FIFA tendrá que decidir si el partido se reanuda o no, aunque todavía no hay fecha.
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