Este artículo se publicó hace 14 años.
Demasiados desaparecidos
El inter espera: El Inter, con traje de equipo inferior.
De entrada, el Inter no quiso ni el balón ni una presión adelantada. Esperó al Barça en su campo, como si fuera visitante, y juego duro, a la espera de contras y errores. En suma, las formas del que se sabe inferior. Los de Guardiola, fieles a su libreto, dueños del balón, buscaron fisuras con paciencia entre la acumulación de contrarios. Hasta que apareció por donde no esperaba el Inter: desde atrás, Maxwel encuentra el paso y asiste a Pedro, que sigue en estado de gracia. A partir del 0-1, el Inter, espoleado, va a tirones y llega con peligro. Marca en un error posicional de Alves que deja solo a Sneijder. Vuelta a empezar.
El inter agobia: Mourinho gana a Guardiola.
En el intermedio, Mourinho fue mejor que Guardiola. El Inter salió con una gran tensión y marcó. El Barça concedió con cierta apatía y el decorado cambió. Messi, escoltado todo el tiempo, apenas podía participar. La presión del Inter ahogaba las salidas. Y Xavi sin sitio no aparecía. Se rompió el equilibrio del Barça, al que no recordábamos tan perdido. Ante el desconcierto, el Barça encajó el tercero.
El inter se para: A conservar el botín.
Los movimientos en el banquillos fueron parecidos. Ambos reforzaron el centro del campo y perdieron un delantero. Nada cambia. El Inter, mejor colocado, con mayor equilibrio, controla el partido hasta que decide meterse totalmente atrás y conservar el botín. Hace lo que mejor sabe: no jugar y desquiciar al rival que le asedia desesperado. Muchos desaparecidos en el Barça. Dejan una imagen pobre y la sensación de que la vuelta será muy difícil. Hasta el arbitro negó dos penaltis al Barca y dio el tercer gol de Milito pese al fuera de juego. El Inter fue mejor. El Barcelona necesita una hazaña para cambiar la eliminatoria.
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