De entre los reproches que se le habían hecho a Pepe Mel hasta el partido ayer no aparecía el de una tarde de esas en lo que lo mejor de su equipo fue el calentamiento. Ayer con todas las letras hizo un partido horroroso en Mallorca. Caparrós, con ese sello de sevillista tatuado en la epidermis, se la tiene tomada al rival al que más apetece ganar. Lo del Betis ya empieza a tomar el título de tópico futbolístico: crisis de juego y resultados. Al contrario del bache de la primera vuelta, ahora los verdiblancos no tienen sustancia.

Pepe Mel cambió medio equipo respecto al de Granada. Se veía venir que el equipo andaba cabizbajo y metió sangre nueva para revitalizar al grupo. Hubo cosas ciertamente extrañas como la posición de Rubén Castro muy pegado a la banda.

El Mallorca es la imagen de Caparrós. Ya se ha captado su mensaje en la isla. El balón decide, pero si el equipo se parte el pecho en el campo la decisión siempre estará más a su favor. Apretó con fuerza suficiente para poner a temblar a la defensa del Betis. Tampoco anduvo fino Casto en una falta que Chori Castro metió en la portería. El pasito que dio el guardameta justo antes del lanzamiento resultó mortal para los intereses del Betis.

Ni el resultado en contra espabiló a los sevillanos. El frío los derritió. Ahora sí que tiene Pepe Mel un doble problema: no le acompañan los resultados y el equipo se le ha venido abajo.

Mallorca: Calatayud; Cendrós (Nunes, m. 64), Ramis, Chico, Cáceres; Pina (Joao Víctor, m. 84), Martí, Pereira, Chori Castro; Hemed (Ogunjimi, m. 63) y Víctor Casadesús.

Betis: Casto; Chica, Paulao, Mario, Álex Martínez; Iriney (Beñat, m. 58), Cañas, Juanma, Pozuelo (Salva Sevilla, m. 78), Rubén Castro; y Santa Cruz.

Gol: 1-0. M. 23. Chori Castro marca de falta directa con la zurda después de que el balón golpeara en el poste.

Árbitro: Velasco. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Mario (m. 21 y 74), Ramis (m. 13 y 85) y Víctor Casadesús (m. 27 y 92). También amonestó a Martí, Rubén Castro y Cáceres.

Son Moix: 5.000 espectadores. El partido estuvo a punto de suspenderse por la intensa nevada que cayó sobre Palma.