Este artículo se publicó hace 15 años.
Vanguardia de saldo
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Director: Joann Sfar
Intérpretes: Eric Elmosnino (Serge Gainsbourg), Lucy Gordon (Jane Birkin), Laetitia Casta (Brigitte Bardot), Doug Jones (La Gueule), Anna Mouglalis (Juliette Gréco), Mylène Jampanoï (Bambou), Sara Forestier (France Gal), Kacey Mottet Klein (Lucien Ginsburg), Razvan Va
Clasificación: Pendiente por calificar
Género: Biográfica
En síntesisLa vida de Lucien Ginsburg desde su niñez y durante las tres décadas en las que revolucionará el mundo de la música francesa con su célebre nombre artístico, Serge Gainsbourg.
ComentarioVisto el éxito internacional del anterior ‘biopic’ musical francés, ‘La vida en rosa’ (olivier Dahan, 2007), sobre Édith Piaf, estaba claro que más tarde o más temprano iba a llegar el del otro gran tótem galo internacional de la canción: Serge Gainsbourg. Los paralelismos son evidentes: ambos fueron personajes excesivos, adictos al amor y a otras sustancias más perniciosas, y capaces de superar su fealdad congénita, esfuerzo titánico en la dictadura de la belleza en la que nos ha tocado vivir.
Ahora bien, del clasicismo ñoño, americanizado y edulcorado de ‘La vida en rosa’, pasamos al presunto vanguardismo del cineasta y autor de cómics Joann Sfar, que en ocasiones roza lo patético. Todo empieza con la aparición en escena de un demonio interior de risible gomaespuma, más parecido al Conde Draco de ‘Barrio Sésamo’ que a otra cosa, que impulsa a Gainsbourg a convertirse en músico a su pesar. Aunque no es lo peor (la escena en la que se convierte en el hombre col es un disparate mayúsculo), su insoportable y recurrente presencia hace jirones el filme y aleja al espectador del corazón de Gainsbourg, hombre de complejísima personalidad retratado aquí con la profundidad de un charquito de verano. La abundancia de escenas de interiores lleva a engaño: todo lo que vemos de la intimidad de Gainsbourg es lo que él, pionero en el empleo de los medios de comunicación, quiso mostrarnos. Los duchos en el mito francés puede que se mosqueen con este personaje con carne de la factoría Jim Henderson y huesos del ‘¡Hola!’ que Sfar ha pergeñado; los que desconozcan su carrera lo pasarán todavía peor: hasta para los iniciados resulta complicado seguir la anárquica narración que de su vida realiza Sfar.
Desgraciado rodajeLo más sobresaliente del filme es la labor del actor Elmosnino, que se mimetiza con el compositor. Lucy Gordon, que interpreta a Jane Birkin, mujer de Serge y con quien cantaría su éxito más sonado, ‘Je t’aime (Moi non plus)’, se suicidó meses antes del estreno. A reseñar la presencia de la súper modelo Laetitia Casta puesta en la piel y las sábanas de Brigitte Bardot, amor fugaz, y sin embargo inolvidable, del cantante.
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