Este artículo se publicó hace 5 años.
The Passage'The Passage', cuando el futuro de la humanidad pasa por experimentar con una niña
FOX estrena este lunes 'The Passage' (23.00 horas), una de científicos desesperados por encontrar una cura y de un agente federal desesperado por salvar a una niña.
María José Arias
Madrid-
The Passage está basada en la trilogía homónima escrita por Justin Cronin aunque para adaptarla Liz Heldens se ha centrado en la protagonista del tercer volumen. Cuenta entre los productores con Ridley Scott y Matt Reeves y formará pareja de emisión en FOX los lunes junto con el regreso de The Walking Dead.
Un peligroso virus que convierte a los humanos en vampiros puede ser la esperanza de la humanidad para conseguir la inmunización contra una pandemia que se extiende por Asia. Con una perspectiva tan pesimista por delante, un grupo de científicos intenta dar con la cura experimentado con sus congéneres en colaboración con un agente, Brad Wolgast, que les proporciona las cobayas. Delincuentes condenados que no importan a nadie. Hasta que a alguien se le ocurre la teoría de que la clave puede estar en los niños y le encargan la misión de llevar al laboratorio a una huérfana de diez años. Su elección se basa en que, como está sola, ninguna persona se preocupará de su ausencia o de lo que hagan con ella en el centro de investigación.
Es ahí cuando la operación de traslado se convierte en un problema moral al que Wolgast, soldado con decenas de muertes a sus espaldas en Afganistán, no había tenido que hacer frente antes. Recibir y cumplir órdenes ya no es prioritario. Lo que ahora le importa es cumplir la promesa que le ha hecho a su protegida: ponerla a salvo y no abandonarla nunca. No será fácil y de eso trata The Passage, de la relación padre/hija que se establece entre dos desconocidos en una situación de tensión y amenaza constante y de plantear infinidad de dilemas morales a sus protagonistas.
En el equipo de los científicos destaca la participación de Henry Ian Cusick como el doctor Jonas Lehar. Aunque en realidad los verdaderos protagonistas son el agente Brad Wolgast, al que interpreta Mark-Paul Gosselaar (el que fuera Zack Morris en Salvados por la campana), y la pequeña Amy Bellafonte (Saniyya Sidney). Su química en pantalla funciona aunque su parte de la trama sea algo más rutinaria y previsible por momentos tirando a un exceso de sentimentalismo en ocasiones. Un desarrollo del argumento que tiene su público, es cierto, pero que puede ir a más a medida que avance la temporada.
La trama vampírica
Lo que verdaderamente enganchará a quien busca algo más que una historia del tipo adulto que busca la redención intentado salvar a un niño indefenso es lo que ocurre en un segundo plano y se cocina a fuego lento: toda la trama vampírica. Durante los primeros episodios esa parte del relato va ganando presencia y tejiendo su propia tela de araña con pinceladas que ayudan a comprender un poco más lo que se esconde en esos cuerpos consumidos por el virus y sedientos de sangre. Que esconden algo, se ve. Pero, ¿el qué? El juego de dobleces del personaje interpretado por Jamie McShane y su séquito tiene interés. Ahí, encerrados en celdas, casi inmóviles, parecen inofensivos salvo por su necesidad de sangre. Sin embargo, McShane tiene un plan.
La idea de que esos seres pálidos y cuarteados que antes eran humanos no son más que recipientes de carne y hueso con instintos asesinos se va cayendo poco a poco. En los tres primeros episodios se plantea un mecanismo de comunicación y empatía entre ellos que resulta, cuanto menos, sugerente. Esa es una de las ideas subyacentes en el arranca de The Passage. La otra, la que se encuentra más sobre la superficie, la forma un compendio de preguntas.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar y sacrificar cada uno por el bien común? ¿Es ético condenar a unos pocos seres humanos para salvar a toda la humanidad? ¿Y si se trata de niños? Eso en el caso de los científicos. Al otro lado están los portadores del virus vampírico, quienes no parecen tener ningún problema con los límites que han de cruzar para sobrevivir como especie. En ambos casos se trata de una cuestión de supervivencia. Al final, lo que se presenta es una lucha entre especies, humanos y vampiros. El dilema solo lo tienen los primeros, que han de enfrentarse al eterno debate de las series apocalípticas en las que siempre hay un grupo de personajes que se cuestiona si renunciar a lo que les hace humanos merece la pena para seguir existiendo.
En medio de tanto dilema moral de vez en cuando se cuelan algunas escenas de acción -léase tiroteo en una estación de policía o ataque a mordiscos- que agilizan la trama y le dan cierto ritmo a la historia. No son muchas en los tres episodios vistos antes del estreno, pero quizá aumenten a medida que se incremente la urgencia de encontrar una cura.
Interesantes (y útiles) resultan los flashbacks que ayudan a comprender un poco mejor a los personajes y aportan gran cantidad de información sobre lo que les motiva. Tanto a los que están a un lado de la línea como a los que se encuentran en el otro, aunque en realidad esta se desdibuja constantemente y no hay una clara definición entre lo que está bien o mal. Todos tienen su porqué y este puede llegar a ser comprensible si está bien explicado.
La duda que despierta The Passage es si en los siete capítulos restantes apostará más por la relación entre Brad y Amy o se dejará llevar a la oscuridad de los vampiros. Hallar el equilibrio entre ambas es un ejercicio de funambulismo complicado de ejecutar.
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