De pulseritas para góticos a vestir a Lady Gaga

La marca Maya Hansen nació en 2004 cuando la diseñadora Maya Carbajal Alex-Hansen decidió comenzar a crear ropa y accesorios góticos. Dos años después en un viaje a Berlín se topó con un corsé que lo cambiaría todo. “Al ver el efecto y la transformación que producía en mi cuerpo decidí que quería dedicarme a eso”, explica la diseñadora a Público y a todas las invitadas a su taller en una visita denominada Moda&Blogs. Cinco años más tarde, Lady Gaga aparece en televisión con uno de los diseños de su colección ‘Reinas de España’.

“Nicola Formichetti, director creativo de Thierry Mugler y estilista de Lady Gaga, me escribió pidiéndome unos cuantos modelos. No era seguro que fuesen a utilizar los corsés, nosotros estábamos cruzando los dedos”, recuerda emocionada. Maya Hansen describe como “petardazo” el hecho de que el icono de la moda y la música haya escogido uno de sus diseños. “Lo bueno es que Lady Gaga tiene ocho corsés más. Hay dos que son de la próxima colección que presentaré en El Ego en septiembre, cuya temática coincide con uno de sus singles”, añade.

La producción de Maya Hansen es de unos 100 corsés al mes, que distribuye en España, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Suiza, Francia, Países Bajos y Lituania, entre otros países. Llevar un Maya Hansen puesto puede costar desde 200 hasta 700 euros, corsés que pesan entre un kilo y kilo con 300 gramos y que tarda alrededor de cinco horas en crearse, siempre que se tengan todos los materiales a mano.

“Ha sido complicado introducir el corsé como una prenda ponible y que puede combinarse con un vaquero”, reconoce la diseñadora, que en estos cinco años como corsétière ha realizado un trabajo de reeducación. “Había que quitarle a la gente de la cabeza que es una prenda erótica o burlesca y asociada al fetichismo para llevar el corsé a la pasarela y a la calle”, explica.

Maya Hansen se ha formado en la corsetería como una autodidacta. Cuando decidió dedicarsu vida al diseño de corsés tuvo que gastarse un “pastizal” para aprender: “Me compré corsés de los mejores diseñadores del mundo para ver cómo los hacían y sacar mis propias conclusiones”. Así, fue creando su propia técnica, la que hace que hoy en día se pueda mirar uno de sus diseños y reconocerlo como “un Maya Hansen”. Pero es un proceso que aún no ha culminado, “todavía no he aprendido la técnica corsetera, sigo aprendiendo día a día cómo llevar el patronaje antiguo a la vida actual”.

El corsé ha evolucionado muchísimo desde su aparición en 177, pero los que han inspirado a la diseñadora son los de los primeros años de 1900. “Cuando el corsé está a punto de desaparecer por la llegada de la lycra en 1910, el corsé es más largo que nunca y estiliza mucho las formas”.

Llevar "un Maya Hasen" puede costar desde 200 hasta 700 euros

Maya Hansen nació como una marca “muy alternativa, trash y gótica” destinada a un público determinado. Actualmente, tras haber ganado un Premio Lòreal en 2010 a la mejor colección de El Ego de Cibeles y haber creado una legión de adeptas entre las que se encuentran Pilar Rubio, Vinila von Bismark y Rossy de Palma, entre otras, Maya Hansen está inmersa en una transformación del perfil de su clienta: “Ahora viene gente cada vez más refinada”. La diseñadora opina que se trata de un avance esta apertura a un público más amplio que la hace salirse del tema erótico y gótico. Aunque pueda parecer lo contrario, Maya Hansen opina que la corsetería sienta mejor a las mujeres con poco pecho. “Es más elegante y sobre todo si es para televisión que hace más gorda”, explica.

Este cambio de target está afectando al estilo de la diseñadora que afirma que está llegando a un punto en el que sube cada vez más los escotes y se está volviendo más discreta. “Lo que más se valora es la artesanía de cada pieza”, dice. Y por eso a ella le gusta estar presente durante el proceso, desde el diseño, al patronaje, el corte y la atención directa con la clienta.