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Peio H. Riaño: "La familia real es la menos española de toda España"
El autor de 'Borbones y membrillos' analiza el proceso de desprestigio de la corona a partir del retrato en el que Antonio López pintó a la monarquía desde 1994 hasta 2014.
Irene González Rodríguez
Madrid--Actualizado a
Hace treinta años, Antonio López intentó pintar un membrillo antes de que se pudriera. El sol del membrillo, documental de 1992 que ilustra este proyecto fallido del artista, parece una premonición de lo que le sucedería con un lienzo muy distinto que trabajó durante dos décadas: el del retrato de la familia real. El escritor y periodista Peio H. Riaño, en su ensayo Borbones y membrillos (2022), sigue el camino de la obra La familia de Juan Carlos I, pintada por Antonio López y protagonizado por el rey Felipe VI; sus padres, Sofía y Juan Carlos I y las infantas Elena y Cristina.
"Es una crónica que llevo escribiendo casi tanto como Antonio pintando el cuadro", confiesa a Público el autor. El texto está escrito en una suerte de versos que podrían ser titulares, o como los define Riaño, "un torrente de pedradas". Explica en su ensayo que Patrimonio Nacional encargó este retrato al artista del realismo en los años 90. El pintor comenzó sus esbozos en 1994, "cuando en el CIS la familia real tiene una nota casi de sobresaliente", recuerda Riaño. "Cuando Antonio entrega el cuadro en 2014", explica, "la nota es de muy deficiente". El último año en el que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó a la ciudadanía su valoración de la corona fue en 2015, el primer año de reinado de Felipe VI. La institución suspendió con un 4,34 sobre 10.
El cuadro, cuya figura central es el rey emérito, está ahora colgado en la entrada del Palacio Real, recibe a los visitantes. Hay un hueco visible en la representación entre el rey Felipe VI y el resto de la familia, un gesto que infiere, bajo la mirada del escritor, un intento de salvación de la corona. "De ser un homenaje se ha convertido en una caricatura", afirma. Explica Riaño que sobre la pintura hay un visillo que la oculta cuando hay visitas protocolarias, que se esconde al exterior por vergüenza: "El hijo ha expulsado al padre del país, pero no es capaz de retirar un lienzo del palacio".
Antonio López o "el Borbón de la pintura"
"Es el Borbón de la pintura, el arte campechano". Así define el escritor a Antonio López en su ensayo. Su apariencia austera le caracteriza, es el artista que crea su obra a pie de calle, al lado de sus admiradores. Sin embargo, es también el pintor español vivo que ha vendido un cuadro al precio más alto: Madrid desde Torres Blancas, por el que se pagó 1,7 millones de euros en Christie's, una de las casas de subastas más conocidas del mercado del arte.
Riaño analiza los paisajes de calles vacías que caracterizan la obra del artista manchego: "La realidad que pinta Antonio es un fraude, un fraude histórico y político". "En sus cuadros no hay injusticias ni desigualdad, todo ha sido extirpado al sacar a la figura humana de las calles", explica el escritor. Gran Vía de Madrid, uno de sus lienzos más populares, fue creado entre 1974 y 1981. "En esa Gran Vía, en el 78 sucede una transición sangrienta con muertos, con atentados, con represión", rememora Riaño, quien concluye: "no fueron años de paz, pero sí lo son en los cuadros de Antonio". El arte que intenta existir con independencia del contexto social, o el "arte autónomo", como lo nombra el autor de Borbones y membrillos, "muere en su banalidad".
Un cuadro "desbordado por las noticias"
La familia de Juan Carlos I es el segundo retrato de la carrera artística de Antonio López. "Solamente se había enfrentado una vez a pintar una familia en los años 60", apunta Riaño. "El matrimonio se separó mientras él les plasmaba en el lienzo", explica con sorna el escritor, "así que la mujer le pidió que eliminara la figura del ex".
La obra más interesante de Antonio, bajo la mirada de Riaño, es "aquella que es intervenida por la realidad". En el retrato real "la pintura es desbordada, desmantelada y cubierta por las noticias". El periodista enumera las imágenes que han ilustrado "el fin de la omertá" de la corona, imágenes que forman parte de un imaginario colectivo en el que no está la obra encargada por Patrimonio: "Tenemos a Urdangarin y a Cristina en el juicio del caso Nóos, tenemos a Juan Carlos con una escopeta y un elefante muerto abatido detrás de él, lo vemos en una barbacoa con una gorra beisbolera y el hijo de su amante a su lado".
El escritor duda sobre si habrá otro retrato real de la corona española. "Creo que Felipe VI es un rey asustado y no se atreve a generar su propio símbolo", afirma. Riaño define a la monarquía como un símbolo, "y no se puede pretender que un símbolo dure para toda la vida". "Las sucesivas generaciones tendrán la última palabra sobre su viabilidad", vaticina. Riaño considera que el artista manchego fue elegido por ser un pintor realista, "para retratar a una familia española". "Pero ellos", concluye el escritor, "son una familia privilegiada, la familia menos española de toda España".
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