Este artículo se publicó hace 3 años.
‘Nine Perfect Strangers’, un seductor viaje por las miserias de los clientes de un exclusivo retiro
Amazon Prime Video estrena este viernes los tres primeros episodios de una serie que combina drama, thriller y misterio.
María José Arias
Madrid--Actualizado a
David E. Kelley y Nicole Kidman vuelven a unir fuerzas y talento tras los éxitos de Big Little Lies y The Undoing y desembarcan este viernes en Amazon Prime Video con una nueva serie donde misterio, drama, thriller y gente rica pasándolo mal van de la mano. En esta ocasión, John-Henry Butterworth figura también como creador y Melissa McCarthy se suma a la aventura como uno de los nombres más destacados del reparto. La historia, basada la novela homónima de Liane Moriarty, es la de un grupo de perfectos desconocidos que se apuntan a una suerte de retiro espiritual con apariencia de resort llamado Tranquillum House dirigido por Masha (Kidman). Todos acuden con el propósito y bajo la promesa de superar sus problemas y pasar una oscura página de sus vidas sin saber lo que les espera.
Quién, de poder pagarlo, no se iría a un idílico balneario (o complejo similar) situado en un bosque con río, catarata y aguas termales donde te sirven nutritivos batidos preparados al momento mientras te prometen que en solo 10 días saldrás de allí renovado y ‘arreglado’. Más aún cuando el método puesto en práctica por su equipo ha sido diseñado por alguien que ha conseguido dejar atrás su anterior vida y renacer (se insinúa que también en el sentido literal debido a un disparo) convirtiéndose en una gurú de aire celestial y seductor. Los personajes de Michael Shannon, Luke Evans, Bobby Cannavale, Regina Hall, Samara Weaving, Melvin Gregg, Asher Keddie, Grace Van Patten y Melissa McCarthy no pueden resistirse a una publicidad así y sucumben a la tentación.
Ellos son los nueve extraños del título que confluyen en ese sanatorio de altos vuelos al que la serie les va haciendo llegar poco a poco. A cada uno le regala su propia parcela de protagonismo y una entrada en escena más o menos memorable presentándolos en su justa medida como ricos con problemas de ricos. Aunque luego, al escarbar e ir pasando los capítulos, resulte que todos están heridos profundamente, hechos un auténtico desastre vital y emocional y rotos en pedazos. Varios personajes, hay que decirlo, pueden resultar un tanto superficiales y hasta un poco odiosos complicando lo de sentir empatía por sus problemas. Algo que, por otra parte, parece buscando de manera intencionada por el guion. Al contrario, otros se van ganando el afecto y el deseo ajeno de que les vaya bien. Probablemente en esto influya la historia vital de cada espectador.
Pero, más allá del bagaje personal de cada uno, Francis y Tony deberían colarse entre los favoritos de todos. Por el cuidado a la hora de ir desgranando a esta escritora de novelas románticas fracasada en el amor y al típico gruñón de aspecto descuidado. Por eso y por el talento de McCarty y Cannavale a la hora de convertirlos en, pese a todo, gente cercana y capaz de enternecer cuando se rompen ante la cámara. Y, junto a ellos, Heather (Asher Keddie), esa madre dolida por la muerte abrupta de uno de sus hijos hacia el final de la adolescencia. Por si eso no fuera suficiente, convive con un marido demasiado conformista con la tragedia llamado Napoleón (Michael Shannon) que la desquicia con su actitud.
El variopinto grupo de personajes que presenta esta serie, capitaneado por Nicole Kidman como una suerte de ser místico que infunde cierto miedo y desconfianza, es lo más atractivo de Nine Perfect Strangers junto con el suspense por partida triple que propone. Primero, el que supone ir conociendo la biografía de cada cliente/paciente y de la gurú a la que se encomiendan. Segundo, saber en qué consiste exactamente ese protocolo del que tanto hablan Masha y sus ayudantes y que salta a la vista que es algo extremo, posiblemente hasta ilegal y muy inquietante. ¿No es un poco macabro y de mafiosos hacerles excavar sus propias tumbas? Tercero y último, llegar al fondo de quién está detrás de las amenazas a Masha y si eso tiene algo que ver con la tragedia/negligencia ocurrida allí tiempo atrás.
Aislados por fuera y por dentro
A todos estos misterios por resolver hay que sumar un ambiente propicio para el suspense. Un lugar apartado (la serie ha sido rodada en Australia) con un camino de difícil acceso para evitar las incursiones no deseadas. Nine Perfect Strangers no podría haberse ambientado en un lugar mejor comunicado, porque el aislamiento es parte importante de su trama y del arco de sus protagonistas. A quienes ingresan en Tranquillum House les quitan sus dispositivos electrónicos para cortar todo contacto con el exterior. Les aislan solo en el plano físico, porque a nivel emocional ya lo estaban antes de llegar. Cada uno de ellos lidiaba en soledad e internamente con sus problemas sin abrirse a su entorno, al que solo mostraban las secuelas y consecuencias del trauma. Y así, la curación no suele llegar.
Si sanarán todos, solo unos pocos o ninguno, incluidos quienes trabajan en este singular espacio, es parte del misterio por desvelar de una serie que en su tercer acto da un giro realmente interesante hacia lo onírico y lo místico. El porqué de esto tiene su explicación y su lógica dentro del propio avance de los seis capítulos facilitados a los medios por Amazon Prime Video antes del estreno de este viernes. Al igual que forma parte de ese juego de desconcertar al espectador para mantenerle enganchado y desorientado a la hora de intentar adelantarse a lo que el final depara a este extraño grupo formado por Masha, Lars, Heather, Jessica, Ben, Delilah, Yao, Zoe, Carmel, Tony, y Francis. La respuesta a todo está (o debería estarlo) en los dos últimos asaltos.
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