Este artículo se publicó hace 2 años.
'Night Sky', una serie sobre las relaciones humanas con aderezo de ciencia ficción
Sissy Spacek y J. K. Simmons protagonizan el estreno de este viernes de Amazon Prime Video.
María José Arias
Madrid--Actualizado a
Night Sky es dos series en una. Ambas avanzan en paralelo y, en algún momento, se cruzan. Por un lado, ese retrato delicado y profundo de la relación de un matrimonio de ancianos con una dolorosa herida. Por otro, un intrincado relato de ciencia ficción con portales, una organización con intenciones un tanto oscuras y una madre y una hija envueltas en una suerte de road movie para cumplir la misión para la que fueron elegidas. Creada por Holden Miller, Night Sky tiene en Sissy Spacek y J. K. Simmons dos razones de peso para darle una oportunidad, quedarse y llegar hasta el final de los ocho episodios que se estrenan este viernes, a la vez, en Amazon Prime Video.
El primer capítulo, con una fotografía y un diseño de producción envolventes, puede llevar a engaño. Porque lo que se presenta en él es a Irene y Frank York, una pareja de jubilados —él era carpintero y ella, profesora— que vive en su casa de dos plantas, con un buen jardín y un cobertizo. Tuvieron un hijo, Michael (Angus O’Brien), pero falleció. Un desgraciado suceso que marcó sus vidas y su relación. Ambos se han convertido en la roca del otro, en el bastón de apoyo cuando todo se tambalea. Escuchar sus conversaciones y ver el cariño que se profesan es una delicia. Llevan décadas juntos y lo son todo el uno para el otro.
Además de una vida y una tragedia comparten un secreto: bajo su cobertizo se esconce el portal a una habitación con vistas a un planeta digno de ser el póster en la pared de cualquier habitación de un fan de la ciencia ficción. Lo han visitado cientos de veces, siempre al otro lado del cristal. Irene cada vez pasa más tiempo en esa estancia y eso preocupa a Frank. Por eso insinúa que quizá haya llegado el momento de contarle a alguien, a su nieta Denise (Kiah McKirnan), por ejemplo, su secreto. Ella se resiste. No quiere que le arrebaten algo que le da paz. Una paz que se vendrá abajo (o puede que no) con la aparición de un misterioso joven llamado Jude (Chai Hansen) con una misión a la que rápido se suma Irene. Frank, por el contrario, desconfía desde su posición de cuidador y guardián.
Los cambios de un universo más cercano a otro sci-fi hacen a 'Night Sky' más interesante, compleja y completa
Ahí, en la llegada de Jude y en la existencia de esa habitación, es donde Night Sky comienza a tejer su compleja y a veces enrevesada telaraña de ciencia ficción. El portal de los York no es el único. Era algo de esperar. Y la serie comienza a viajar de ese pueblo ficticio llamado Farnsworth a Argentina, donde una madre soltera, Stella (Julieta Zylberberg), cuida llamas y una misteriosa capilla. Todo es misterioso en Night Sky. Incluso para aquellos personajes que, siendo parte importante de la trama, cogen de la mano al espectador para descubrir junto a él qué está pasando en realidad. Es el caso de Toni (Rocío Hernández), la hija adolescente de Stella que de pronto debe enfrentarse a la realidad y a la herencia que su madre lleva años retrasando contarle.
Es cierto que lo que más puede atraer de entrada es el drama de una pareja en sus últimos años, con sus achaques y un amor más allá del paso del tiempo, de la monotonía y de la pérdida. Sin embargo, ese toque de ciencia ficción y toda la trama que le rodea, aún sin saber dónde conducirá, pica la curiosidad. Por otro lado, esos cambios de un universo más cercano a otro sci-fi la hacen más interesante, compleja y completa. Porque, pese a lo que pueda parecer (y es algo que no extrañará a ningún seguidor del género), más allá de ese envoltorio de ciencia ficción, Night Sky es una serie de personajes que gira en torno a algo tan humano como la conexión.
La ciencia ficción como aderezo
Miller, junto a su equipo de guionistas, se cuida mucho de no perder de vista lo que le importa contar: las relaciones humanas. Sí, hay un misterio de portales, un planeta de postal y una organización secreta, pero lo que realmente explora esta serie es la conexión humana, su complejidad y su necesidad. La de Frank e Irene a lo largo del tiempo. La que se establece entre Jude e Irene. La de Stella y Toni. Incluso la de Frank con ese vecino entrometido y cotilla llamado Byron (Adam Bartley) al que, como buen anciano cascarrabias, evita de inicio.
Los dos primeros capítulos de la serie están dirigidos por el argentino Juan José Campanella
La ciencia ficción solo es el aderezo y el vehículo para trazar esas líneas que conectan y separan a los personajes y para mostrar cómo las decisiones implican ramificaciones. Cada elección personal, por pequeña que sea, afecta a alguien más allá de quien la tomó. También hay un poco de dar el relevo, de pasar el testigo de un secreto guardado durante años a la siguiente generación y aligerar la carga. No perder el foco en eso, en lo verdadera importante, con todo ese mundo de ciencia ficción alrededor, no era fácil. A veces parece que Night Sky se aleja de su propósito. Solo lo parece, porque en realidad lo que hace en tomar perspectiva para volver a donde realmente quiere estar.
Al otro lado de ese planteamiento tan humano y del misterio se agolpan las preguntas. ¿Quién es Jude realmente? ¿Cuál es la verdadera misión de Stella y Toni? ¿Superarán Frank e Irene sus diferencias? ¿Quién está detrás de los portales? ¿Cómo funcionan? Cuestiones que se van planteando (y resolviendo algunas) a lo largo de los seis episodios a los que Amazon Prime Video ha dado acceso a los medios antes del estreno. Las respuestas que aún faltan se espera que lleguen en los dos restantes. Creada por Holden Miller y con Daniel C. Connolly como showrunner, los dos primeros capítulos están dirigidos por el argentino Juan José Campanella (El secreto de sus ojos).
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.