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Siniestro Total'Menos mal que nos queda Portugal' y otras frases de Siniestro Total que ya son cultura popular
Las letras, canciones y discos del grupo vigués han acuñado titulares de prensa y alimentado la fraseología callejera. Una banda que primero bebió del acervo del pueblo para brindarle después un destilado servido en una banda sonora irónica y punki.
Madrid--Actualizado a
La crisis financiera lusa y la posterior remontada del socialista Antonio Costa destilaron en nuestro país columnas y análisis que no podían titularse de otra forma: Menos mal que nos queda Portugal, que remite al tercer disco de la banda viguesa Siniestro Total, publicado allá por 1984. Más de tres décadas después, el hallazgo verbal sigue vigente, y no sólo para sesudos tratados económicos.
Que Boris Izaguirre se queda maravillado con el cuerpazo que luce un jugador del Real Madrid en Ibiza, pues “hay que agradecerle a Portugal todos los días porque Figo existe” y Menos mal… Que Javier Valenzuela vaticina en 2017 que “la estancia del PP en la Moncloa va a prolongarse años”, mientras “se escucha que España no tiene remedio, que lo mejor es irse a Portugal”, pues Menos mal…
Que Manel Navarro no cosecha ni un punto en Eurovisión y Salvador Sobral se proclama vencedor del concurso; que los festivales de música al otro lado de la frontera son más baratos; que aquí tenemos el “extraño afán” de rodearnos de “ídolos mediocres, mediáticos y medianos” como Belén Esteban y allí, de Dulce Pontes o José Saramago, pues Menos mal que nos queda Portugal, titulaba Eduardo Rodrigálvarez.
Poco importa el contenido de la noticia, el análisis o la columna. Cuando toca coronar el texto y el plumilla no acierta con el titular, ante todo, mucha calma: siempre quedará el recurso de tirar de una letra, una canción o un disco del combo vigués. “Siniestro Total ha sido un filón y, quizás, el grupo que más coletillas ha generado y brindado a la cultura popular de este país”, cree el periodista musical Carlos Crespo (Eibar, 1964). “Crecí con sus canciones en el Euskadi del rock radical vasco, donde fueron aceptados en sus inicios punk y se convirtieron prácticamente en la única referencia ajena”.
El colaborador de La Voz de Galicia reconoce que él mismo ha tirado de sus letras para encabezar sus artículos, desde el álbum En beneficio de todos hasta la canción ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?, incluida precisamente en el disco portugués. “Eran unos fantásticos observadores de la realidad con gran capacidad para crear ripios humorísticos. Esas virtudes, sumadas a la rítmica, hicieron que sus textos fuesen asimilados por la gente como si tratasen de jingles publicitarios. Las melodías ayudaron a que las letras entrasen más fácilmente y terminasen calando en la peña”.
Más que de humor, Miguel Costas (Vigo, 1961) prefiere hablar de retranca. El fundador de la banda, que abandonó en 1994 para montar Los Feliz tras pilotar Aerolíneas Federales, cree que ese ingrediente debe ser añadido al de la cotidianidad. “Resulta fundamental, pero actualmente se está perdiendo. Ahora hay que afinar más la ironía, porque puede llevar a malentendidos. No obstante, estoy convencido de que quien no la entiende padece una enfermedad”. El músico gallego, quien ha publicado cuatro discos al frente de Costas, es consciente del lastre que supone la autocensura para encajar en lo políticamente correcto. “Sin embargo, no hay que ofenderse por todo. Si nos ponemos así, a mí también me pueden molestar las canciones de amor”.
Crespo reconoce que algunas letras hoy serían “inviables” en un titular: “Por bestias o porque se pasan de frenada, ¿quién publicaría eso?”. Se refiere a canciones como El sudaca nos ataca y a otros cortes que forman parte del imaginario siniestro, aunque si se analizan los textos de los vigueses, estos rezuman surrealismo, absurdo, punk y, sobre todo, rima en consonante. “No creo que nadie se sienta agraviado por ¿Qué tal, homosexual? En cambio, ahora no se podría cantar Que corra la nicotina, porque el tabaco está muy mal visto”, ironiza Costas. “Hemos llegado a un punto en el que cualquier cosa puede sentar mal, pese a que sea inofensiva. Mañana prohíben conducir y adiós a las letras que hablan de coches, ¿no?”.
Julián Hernández (Madrid, 1960) retoma la canción de título supuestamente polémico: “Es una cuestión de rima, por lo que podría haber sido ¿Qué tal, heterosexual?, pero no funcionaría porque tiene una sílaba más. En todo caso, parece incorrecto que un hétero escriba esa palabra, aunque si lo hiciese un homosexual nadie se plantearía un problema”. ¿Y si compusiese Más vale ser punkie que maricón de playa? “Ése no es un gay, sino un estereotipo”, aclara el actual frontman de la banda. En realidad, la frase fue una idea de Antón Reixa, entonces líder de Os Resentidos. “En aquella época, no se llamaba maricón de playa a los homosexuales, sino a los tíos que iban vacilando por las playas, con el tabaco sujeto en el bañador y marcando paquete”, explica Costas.
La letra, breve, simplemente se burla del mal aliento de Bryan Ferry. “Era una expresión de Vigo de toda la vida, como Eses de marrón ¿de qué equipo son?, que se cantaba en el estadio de Balaídos en alusión a los policías nacionales”, añade Hernández. El paso del tiempo puede provocar que algunos términos resulten anacrónicos, ahora que los agentes de la ley visten de azul, como antes lo habían hecho de gris. Sin ir más lejos, el actual cantante del grupo asegura que, durante la campaña de las elecciones generales de 1996, José María Aznar declaró en una entrevista que “sus grupos favoritos eran Mecano, Los Toreros Muertos y Siniestro Total”.
A falta de buscar —y encontrar— semejante despropósito en el pajar de la hemeroteca, le resta importancia a la supuesta cita: “Sabe dios quién era el asesor que se lo chivó, porque el entonces candidato al Gobierno lo dijo ni corto ni perezoso, pero no tenía ni idea de quién carallo éramos nosotros”. Siete años más tarde, Santos Juliá denunciaba en El País las “catástrofes y chapuzas” del Ejecutivo de Aznar, justo un día después de la reunión del Trío de las Azores, donde Bush, Blair y el expresidente español amenazaron a Sadam Husein con atacar Irak si no se deshacía de unas inexistentes armas de destrucción masiva. ¿Adivinan el titular? Siniestro Total.
Hernández suele comentar en petit comité que estarían forrados si cobrasen derechos de autor cada vez que un medio o empresa usa una de sus letras. “Por encima, cuando la selección española es derrotada, titulan con el nombre de nuestro grupo. Y lo mismo sucederá con el Real Madrid y, probablemente, con el Alondras de Cangas o el Choco de Redondela… Cuando un equipo pierde de forma escandalosa, recurren a unos servidores: es automático, un código impepinable”, bromea el cantante y guitarrista, quien cree que no hay mal que por bien no venga. “Si tecleas Siniestro Total en Google, los primeros que salimos somos nosotros, no un aseguradora. Eso hay que currárselo, porque aunque la gente busque una compañía porque ha sufrido un accidente de tráfico, se encuentra con los mendas. Lo que tiene mérito, porque en esta vida todo el mundo se mete un hostión en un momento dado”.
A ellos les tocó en el verano de 1981, si bien salieron ilesos. En el Renault 12 familiar de los padres de Julián viajaban el bajista Alberto Torrado, Costas y él mismo —Germán Coppini , primer vocalista de la banda, que abandonaría para montar Golpes Bajos, se incorporaría poco después—, quienes bautizaron el inminente combo como Mari Cruz Soriano y los Que Afinan su Piano. Sin embargo, cuando declararon el coche siniestro total, lo tuvieron claro y decidieron cambiar de nombre: era uno de los primeros préstamos de los vigueses, que comenzaron a beber de la calle para después popularizar sus destilados entre la parroquia. “Llevaron a su terreno frases populares o de actualidad, además de apropiarse de dichos ajenos a los que les dieron la vuelta”, afirma Carlos Crespo.
“Cuando Cela dijo aquello de que No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, como no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo, ellos lo trasladaron a Camino de la cama transformado en Sólo estar durmiendo es mejor que estar dormido”. También fomentaron un diálogo entre el público basado en sus hallazgos, de modo que un verso suyo conllevaba una respuesta que completaba la letra.
“Si alguien comenta era una chica muy mona, no es raro que el interlocutor responda que vivía en Barcelona”, añade el colaborador del suplemento Fugas, quien considera que la banda tenía la capacidad de crear “imágenes gráficas muy sugerentes a partir de juegos de palabras”. Algunas, como nosotros somos seres racionales de los que toman las raciones en los bares, forman parte de una iconografía pop adoptada por generaciones posteriores. “Ahí tienes la camiseta de Rei Zentolo con un plato de pulpo y el mapa gallego bajo el lema Somos unha ración, que tan bien nos define”.
Miguel Costas va más allá y firma la banda sonora del país: “Miña terra galega es el segundo himno de Galicia y hasta suena en Balaídos cuando termina el partido del Celta”. La canción, como algunas otras, se asienta sobre una melodía ajena, en este caso Sweet Home Alabama, de Lynyrd Skynyrd. “Hay muchas más que han calado entre el público. Bailaré sobre tu tumba y Diga qué le debo resultan muy prácticas. Tengo un amigo que, en las conversaciones, suele sacar a colación nuestras letras como referentes. La gente se sabe al dedillo Matar hippies en las Cíes, Todo por la napia o Que corra la nicotina. Sin duda, las letras han influido bastante porque son muy cotidianas. Quizás ésa sea la clave”, cree el fundador de Aerolíneas Federales.
Siniestro Total no sólo han recibido y han dado, sino que también han sido visionarios. “No somos de Monforte es una frase que recogí de la calle, porque en los ochenta era un punto de referencia y un pueblo con mucho movimiento, aunque muy castigado por la droga”, recuerda Costas, quien décadas después se fue a vivir a escasos kilómetros de la localidad lucense. “Además, compuse Era una chica muy mona que vivía en Barcelona y luego terminé casándome con una catalana”.
Los de Vigo se adelantaron en el tiempo a las perogrulladas y absurdeces de un futuro presidente del Gobierno: “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible parece pronunciada por Mariano Rajoy, pero pertenece al álbum De hoy no pasa, publicado en 1987, cuando el exlíder del PP apenas era conocido”, sostiene Crespo. El supuesto carácter de los gallegos se plasma en Depende, perteneciente al disco Policlínico miserable; en la aparentemente existencial ¿Quién vengo siendo? (Sesión Vermú), adaptación en primera persona del popular "¿e ti de quen ves sendo?"; o en Ni sí, ni no (La historia del blues), versión del tema No Tits, No Love, de Green Express.
Más allá de ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?, la pieza más autóctona —a la par que universal y galáctica— es Miña terra galega. El bautizo corrió a cargo de Pepo Fuentes —road manager y ayudante de producción— mientras escuchaban en un concierto una versión de Sweet Home Alabama, porque encajaba a la perfección. La adaptación ha sido usada por doquier y adoptada por diversas madres, desde una marca de cerveza hasta una productora musical. En realidad, es una traducción literal del popular tema de Pucho Boedo y Los Tamara Mi tierra gallega, una canción épica de exaltación nacional en clave paisajística y nostálgica que convirtió en los años de la emigración todo centro gallego en un valle de lágrimas.
“Es una frase de postal, como Galicia, terra meiga, donde te puedes encontrar con un hórreo, una mariscada, unos tipos con unas gaitas y otras cosas absurdas”, explica Hernández, quien tal vez no sea consciente de que se trata del título de un disco de Ana Kiro, editado por Olympo en 1977, en cuya portada la cantante luce un traje tradicional. “Si hay algo que robar, se roba, que diría Picasso. Como somos íberos, estamos hechos a la idea… El problema de robar es que luego no te acuerdas de lo que robaste. Aunque, en compensación, también te terminan mangando a ti, claro”, ironiza el actual líder de Siniestro Total.
El productor estadounidense Joe Hardy no se podía creer las peticiones de Hernández, como meter el extracto de una película en una canción. Al principio se negó, porque lo consideraba un delito, pero la verborrea del gallego funcionó. “Lo enmascaró todo lo que pudo y, al final, lo incluyó. Lo sorprendente fue cuando le sugerimos que metiese en el último corte de Country & Western el sonido de un látigo, rollo Ennio Morricone. No lo dudó ni un segundo, entró en Youtube y descargó la canción homónima que compusieron The Blues Brothers para la serie Rawhide, protagonizada por Eric Fleming y Clint Eastwood. Había pasado un tiempo desde la primera solicitud y terminó claudicando. Me han robado tantas cosas a mí que ya me es igual, confesó”.
A Julián tanto le da que hagan lo propio con sus canciones, aunque unos royalties caídos del cielo tampoco le vendrían mal. Ante todo mucha calma es un clásico del periodismo y el título de un libro sobre embarazo y crianza, así como de un monólogo de José Corbacho. “Tanto vale para un descalabro electoral como futbolístico, porque el lenguaje deportivo, en ese sentido, es absolutamente depredador. La prensa llevaba tanto tiempo robándonos frases que daba la impresión de que lo más fácil era recurrir a una letra nuestra, por lo que decidimos tomarnos la revancha en Country & Western, cuya portada reproduce la portada de un periódico”, reconoce el compositor de Siniestro Total.
Con el tiempo, sus canciones más añejas han pasado a compartir espacio con el refranero: “Hay frases suyas que forman parte del acervo popular, hasta el punto de que ni ellos mismos las identificarían como propias. Han perdido sus derechos y ahora pertenecen al pueblo. Lo siento mucho, pero ya son nuestras”, bromea el colaborador de La Voz de Galicia.
Algunas, antes de su conversión en frases hechas, fueron alumbradas por Antón Reixa, desde Tranqui, colega, la sociedad es la culpable hasta Nocilla, ¡qué merendilla! “El tío llegaba y te soltaba algo. Y se lo mangábamos, por supuesto. El problema es que sólo nos daba la idea, porque luego no escribía nada”, recuerda entre risas Julián. Suyo es también el título que encabeza estas líneas. Cuando los presentó en Madrid, el cantante de Os Resentidos salió al escenario de la sala Rock-Ola y disparó: “Recién llegados de Irán, Siniestro Total... ¡Menos mal que nos queda Portugal!”.
Una frase que vuelve a ser usada tras la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz y las encuestas que pronostican su futura presencia en el Congreso. El viñetista Luis Davila, artísticamente conocido como O Bichero, pone el dicho en boca de una paisana que está viendo en la televisión una noticia sobre el auge de la ultraderecha. El escritor Aníbal Malvar tampoco puede evitar la cita en su columna Rosa y espinas: “No se dan cuenta los partidos tradicionales y modernos de que Vox son ellos. La desalfabetización de nuestro lenguaje político nos ha llevado a Vox [...]. La estercolarización del discurso, de la dialéctica política, hace que cualquier soflama sea digna de tener en cuenta [...]. Se dicen cosas más inteligentes en las tabernas que en los parlamentos. Esa es la tragedia política de España. Y de Europa. Menos mal que nos queda Portugal”.
“Después de los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y Brasil, cuando vi los escaños que obtuvieron en Andalucía y lo que se nos viene encima, lo primero que pensé fue en esa frase”, reconoce Carlos Crespo. No obstante, nadie parece titular Ante todo, mucha calma, un disco que curiosamente fue mezclado y producido en los estudios Box de Madrid. “Aunque yo sé tanto de economía como de astronáutica y no me quiero meter en un berenjenal, los portugueses fueron rescatados y luego se apañaron bien. En España, sin embargo, ni siquiera se admitió que hubo un rescate bancario”, concluye Hernández. “Los tenemos ahí al lado, pero dándoles la espalda, cuando es un país con una gran cultura. Mientras, aquí, con la ultraderecha hemos topado. Siempre hay un motivo para irse a Portugal”. Y menos mal...
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