Este artículo se publicó hace 6 años.
Estreno: 'Jack Ryan'Jack Ryan se pasa a las series para dar caza al sucesor ficticio de Bin Laden
Amazon Prime Video estrena la serie basada en el personaje creado por el escritor Tom Clancy en los ochenta con John Krasinski como el quinto actor que da vida a Jack Ryan en una versión actualizada y muy pegada a la realidad que tiene en la acción su principal atractivo.
María José Arias
Madrid-
Jack Ryan ha vuelto. Es el mismo de siempre, pero con algunos cambios sustanciales que le dan cierto aire de renovación. El personaje de Tom Clancy salta del cine a una plataforma de VOD y se pega a la actualidad para enganchar al público con una historia nueva. El resultado es una serie de acción con una buena factura, un John Krasinski que para su fortuna se rodea de unos secundarios que sobresalen por encima de él la mayor parte del tiempo y una cierta profundidad en los temas que hacen que Jack Ryan sorprenda y vaya más allá de lo que se podía esperar de ella de entrada.
La caza del octubre rojo, publicada en 1984, fue la novela que dio a luz a este agente de la CIA con pasado accidentado y traumático. Después vinieron un par de decenas de libros más y varias películas. Porque, aunque sí es la primera serie, la llevada acabo para Amazon por Carlton Cuse y Graham Roland no es la primera adaptación de esta versión americana de 007, como ha llegado a definirla el último actor en darle vida.
Otros cuatro interpretaron a Jack Ryan antes que John Krasinski. Alec Baldwin (1990), Harrison Ford (1992 y 1994), Ben Affleck (2002) y Chris Pine (2014). Ahora le toca al director de Un lugar tranquilo y protagonista de The Office, que se enfrenta al reto de meterse en la piel de un idealista lastrado por un accidente que le dejó la espalda destrozada y que hace gala de una superioridad moral que más de un compañero y ‘enemigo’ le echa en cara. Al menos, en la serie.
Muestra de ello, esa escena en la que un enlace árabe le recrimina que lo juzgue continuamente asegurando que de haber nacido en una ciudad estadounidense como él, quizá también sería uno de los buenos. La geografía influye en las personas, viene a decir. Código ético sin aparente mácula a un lado, el Jack Ryan que se presenta en la serie que desde hoy puede verse en Amazon Prime Video es un tipo que pasa de los 30, que no supera lo ocurrido en el accidente de helicóptero que le dejó postrado en una silla de ruedas de la que logró levantarse y que pone al servicio de la CIA su capacidad para leer entre números y líneas. Alejado del trabajo de campo, se gana la vida como analista. Un puesto desde el que se encarga de seguir el rastro del dinero de los terroristas. Especializado en Yemen, él es, con su agilidad mental y su doctorado numérico, quien pone a la agencia de inteligencia estadounidense sobre la pista del sucesor, ficticio, de Bin Laden.
La historia es nueva, porque se actualiza, pero mantiene la esencia del espía empeñado en salvar el mundo
El que fuera el hombre más buscado durante años está muy presente en la serie de Cuse y Roland, que, con acierto, logra mantenerse muy pegada a la actualidad dotando de realismo a una historia de ficción y pura acción. Son varias las veces que se mencionan los atentados del 11-S, sus consecuencias y los errores que se cometieron entonces. Ambientada hoy en día, plantea un orden mundial en el que el enemigo reza a Alá y atenta en su nombre tanto en Oriente como en Europa. París cobra especial importancia como epicentro y cuna de yihadistas. El terrorismo islámico es el centro de todo, pero también se abordan otros temas como los refugiados o el ébola y se abre un debate interesante alrededor del sentimiento de culpabilidad del soldado que elimina enemigos de una lista como si fuese un jugador de videojuegos. Todo es ficción, pero no resulta complicado encontrar puntos de encuentro con la realidad.
Para ello, para conseguir ese realismo que desprenden los guiones de Jack Ryan y, en especial, sus personajes, el equipo se rodeó de asesores tanto de un lado como de otro. La historia es nueva, porque se actualiza, pero mantiene la esencia del espía empeñado en salvar el mundo capaz de ver más allá y que goza de, hay que decirlo, una suerte considerable. Porque en cada capítulo de los seis a los que ha dado acceso a los medios Amazon antes del estreno Ryan va dejando un reguero de cadáveres a su paso mientras él sale airoso. No es que los maté, sino que la diosa Fortuna parece de su lado y es capaz de estar en el meollo sin llegar a saltar por los aires o recibir un tiro mortal como el resto.
Quizá eso tenga que ver con el hecho de que salvo alguna carrera que otra, el protagonista mantiene una posición bastante estática. Nada que ver con las velocidades de vértigo del Jack Ryan de Chris Pine. Por no hablar de las de su colega de profesión Ethan Hunt (Tom Cruise) en la última de Misión Imposible por unas calles de París por las que también se deja ver el personaje de Clancy en esta adaptación. Ambos, Pine y Cruise, con un carisma que no desprende Krasinski aquí. Este analista al que su jefe se empeña en encargar trabajo sobre el terreno es más de mirar desde la barrera y estar alerta para ver lo que otros no ven. Decía Krasinski en sus entrevistas con Variety y The Hollywood Reporter que lo que le gusta de su alter ego en la pantalla es que ni lleva capa ni es capaz de levantar cosas pesadas con las manos, “solo es un tipo con su cerebro y su instinto”. Y ambos, en conjunto, le funcionan a la perfección.
Los secundarios que roban escenas y salvan capítulos
Lo que llama la atención de la serie, más allá de su factura técnica y lo bien rodadas que están las escenas de acción, son los secundarios ‘robaescenas’ con los que se cruza quien da título a la producción. Lo bueno que tiene el formato seriado es que ofrece la posibilidad de desarrollar mucho más el arco de los personajes, profundizar en sus motivaciones y conocerlos para entenderlos mejor. Así, el ‘villano’ de la historia le roba el protagonismo a Ryan en más de un capítulo. Vistos seis de ocho, se llega a un punto en el que se sabe más de Suleiman que de su contraparte en la CIA.
El líder terrorista no es dibujado solo como eso, sino que la trama se adentra en sus otras facetas más allá de la sed de venganza contra Occidente. Suleiman, al que interpreta Ali Suliman, es un hombre de familia, esposo, padre y hermano, que vela por los suyos y que, a su modo de ver, tiene justificadas razones para actuar como lo hace. En los detalles está su riqueza como personaje. Y eso es lo que se plantea en Jack Ryan, cómo un niño feliz y pícaro acaba convertido en líder de una organización terrorista que actúa a nivel mundial.
Suliman no es el único que destaca. Dina Shihabi, quien interpreta a su esposa, se convierte en la herramienta perfecta para explorar la situación de la mujer en el mundo árabe yendo más allá de la figura de damisela en apuros que ha de ser salvada por el héroe a la que tanto acostumbran el cine y las series del género. Cerrando el capítulo de personajes femeninos, el del Cathy Muller (Abbie Cornish), una doctora especializada en enfermedades infecciosas que es algo más que el interés romántico del protagonista, aunque en los seis primeros capítulos su trama no avance mucho. Por otro lado, ver a Wendell Pierce, compañero de fatigas de McNulty en The Wire, como el superior de Ryan siempre es un punto a favor. Sus enfrentamientos con Timothy Hutton en el cuartel general de la CIA dan bastante juego.
Con la primera temporada recién estrenada, hace tiempo que se confirmó que habrá un segunda. Esta se ambientará en Sudamérica y para la nueva tanda de episodios se ha fichado a actores como Noomi Rapace, Michael Kelly y el español Jordi Mollà.
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