Este artículo se publicó hace 3 años.
'Historias para no dormir' reabre su puerta al terror y al suspense con cuatro maestros de ceremonia de altura
Las nuevas generaciones de 'seriéfilos' tienen una buena oportunidad con esta serie de Amazon y RTVE para asomarse al universo de Chicho Ibáñez Serrador y dejarse arrastrar a él.
María José Arias
Madrid--Actualizado a
Cuatro directores de primer nivel y talento reconocido, Paula Ortiz, Paco Plaza, Rodrigo Cortés y Rodrigo Sorogoyen, abren de nuevo la puerta de Historias para no dormir. La cita es este viernes en Amazon Prime Video para recuperar cuatro de los episodios más icónicos de la mítica serie de suspense y terror creada por Chicho Ibáñez Serrador. Como comenta Cortés y dentro de la libertad de la que gozaron para elegir y desarrollar el título escogido por cada uno, lo que han hecho no ha sido un remake o una adaptación literal, sino "robar una semilla, una premisa, que hacer crecer en direcciones personales".
Paco Plaza, el primero en escoger, apostó por Freddy guiado por su interés "en trabajar el tema de muñecos diabólicos, que es algo que no había trabajado nunca y me parece un subgénero dentro del género muy divertido". Paula Ortiz se decantó justo por el que sus compañeros de aventura le aconsejaron que no escogiese, El asfalto, por ser "el icónico, el que todo el mundo recuerda" y eso suponía un peso extra. ¿Por qué lo hizo entonces? Porque le gustan los retos y "porque realmente en mí resonó con una potencia absolutamente asombrosa la historia de un hombre que se quedaba atrapado, pegado en una esquina de cualquier cuidad y se lo tragaba la tierra".
Rodrigo Sorogoyen se dejó llevar por El doble y esa exploración de una sociedad donde el ser humano puede comprarse una copia funcional de sí mismo, un clon, para desdoblarse. En cuanto a Rodrigo Cortés, su elección fue La broma atraído por la idea de "partir de algo pretendidamente menor, en el sentido de que no estuviera asentado en la psique colectiva, precisamente para poder manipularlo con plena libertad". Además, cuenta que esta historia de un triángulo formado por empresario, esposa y amante le permitía transitar en "tonos muy diversos y aparentemente incompatibles entre lo divertido, lo espantoso, lo horrible y lo directamente ridículo para crear algo divertidamente cruel. Lo cruel tiene un enorme potencial en la ficción".
Aunque el terror va por barrios, como suele decirse, y lo que le da miedo a un espectador puede no dárselo a su vecino de sofá, las cuatro entregas de esta versión actualizada de Historias para no dormir son una máquina bien engrasada cada una dentro de su propio subgénero y siguiendo con eficacia la estela de Chico Ibáñez Serrador. La razón "doble" que, explica Rodrigo Cortés, les sirvió para sumarse al proyecto fue la de "agradecimiento y homenaje a un maestro y un pionero". Eso en primer lugar. En segundo, "nos aseguramos total libertad creativa". Se nota en un resultado que puede ejercer como puerta de entrada a quienes no conozcan las tres temporadas originales. Quienes se animen a asomarse a ellas las tienen disponibles en la plataforma de RTVE para poder descubrir de primera mano esa marca poderosa que son Chicho y sus Historias para no dormir. Porque España es un país donde se hace un terror muy bien valorado internacionalmente y Chicho siempre ha sido uno de sus mayores valedores.
Sobre ese éxito internacional y reconocimiento, opina Rodrigo Cortés que es difícil de saber y apreciar estando dentro porque "no vivimos en la residencia de estudiantes, compartimos ideas y nos vamos a nuestros respectivos platós. Pero desde fuera sí se nos ve como nosotros vemos al cine de terror japonés. A veces, reflexionando sobre esto, sí que he pensado que no somos un país de músicos. No tenemos grandes músicos. Tenemos grandes literatos, pero no músicos. Sí que tenemos grandes pintores. Yo creo que el peso de Goya es enorme sobre nosotros, también como cineastas, por muchas razones. Esas formas de acceder a lo más oscuro y recóndito del inconsciente desde lo más idiosincrásico, pero llevándolo a un terreno que no es racional, tal vez. Pero esta es una respuesta que no podremos demostrar nunca".
Más allá del valor del sello de Chicho y de los cuatro directores con los que esta Historias para no dormir cuenta, la serie puede presumir de un reparto con unos papeles que parecen hechos a medida para los nombres elegidos. Vicky Luengo y David Verdaguer protagonizan El doble. Dani Rovira interpreta a ese hombre común que podría ser cualquiera al que se le traga la tierra ante la angustiosa mirada de su embarazada esposa Inma Cuesta en El asfalto. Un capítulo en el que, en palabras de Paula Ortiz, se despliegan los "comportamientos más profundamente humanos, contradictorios y miserables también". Eduard Fernández, Natalie Poza y Raúl Arévalo forman el trío protagonista y al que siempre tuvo en mente Cortés para La broma. Actores que "convierten cualquier cosa en verdad", como los describe quien les dirigió. Y por último, en Freddy, Miki Esparbé y Adriana Torrebejano trabajan en pantalla ante la atenta mirada de Carlos Santos, que da vida ni más ni menos que al mismísimo Chicho.
La importancia del formato y los aspectos técnicos
"El sonido para todos nosotros es la mitad, el 50%. Siempre, en cualquier caso. En el terror, obviamente, el trabajo con todo lo atmosférico, que tiene que hacer vibrar las membranas de tus vísceras, es importante. Pero trabajando también en otros códigos, sin el sonido, la gran evocación se queda coja, tuerta…", valora Paula Ortiz sobe la importancia de este apartado técnico, y también narrativo, tanto en el terror como fuera de él.
A la hora de contar una historia de miedo los juegos de luces/sombras y sonidos/silencios son un arma narrativa muy importante. Cuando se rueda para cine, coinciden Cortés, Plaza y Ortiz, hay más control sobre esos elementos en el sentido de que la proyección de la película se dará dentro de unos parámetros más o menos sabidos de antemano. Sin embargo, cuando se trata de una serie, eso dependerá de en qué condiciones y en qué dispositivo elija cada espectador ver el capítulo. Por eso Paco Plaza, que ha trabajado de nuevo con Gabriel Gutiérrez como diseñador de sonido, reconoce que sí que ha estado "muy obsesionado con el estéreo de esto" y que le preocupaba más cómo se oiría en un un iPad, por ejemplo, que en Sitges, donde se proyectó la serie. Y eso, afirma, cambia la dinámica del trabajo.
Sobre cómo planificar esos aspectos de la producción para adecuarse a la reproducción en casa, Rodrigo Cortés tiene claro que "no hay nada que hacer". Es algo que no se puede controlar. "Cuando trabajas en cine, una de las ventajas que tienes es que más o menos controlas las condiciones. Más o menos. En cambio, en televisión (…) no puedes tener control sobre todo eso. Hay una intuición que tienes como espectador y tratas de adscribirte a ella. Porque, si trabajas desde lo idóneo, probablemente te equivoques. Porque nunca se van a dar esas condiciones idóneas. Así que tratas de trabajar la narrativa en un sentido casi semántico asegurándote de que las cosas van a funcionar", resume.
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