Este artículo se publicó hace 9 años.
¿Qué hay después de la muerte? La respuesta está en las series
Desde hace unos días coinciden en la parrilla española dos series con la muerte como parte fundamental de sus tramas, ‘Les Revenants’ y ‘Proof: Prueba de vida’. Cada una en su estilo plantean, en cierta manera, qué es lo que puede ocurrir tras expirar.
María José Arias
-Actualizado a
MADRID.- Saber qué ocurre después de morir, si es que ocurre algo, es un tema recurrente que ha interesado al ser humano desde tiempos inmemoriales. La existencia o no de un Más Allá es una de las grandes preguntas de la humanidad, de las existenciales. Obsesión para algunos, pasatiempo para otros, sinsentido para muchos. Los creyentes lo tiene claro. Los agnósticos, también. Teorías hay muchas.
Que si una luz al final del túnel. Que si el cuerpo muere pero el alma asciende. Que si esta vuelve con una nueva carcasa y sin recordar su anterior vida. Que si cuando se muere, se muere sin más. Cada uno elige la respuesta que más se ajusta a sus creencias o conocimientos, pero lo cierto es que el saber si hay vida después de la muerte es una de las grandes preguntas que los filósofos llevan haciéndose siglos. Una pregunta que siempre ha existido y que ha sido reflejada, incluso respondida, por las series de televisión en múltiples ocasiones.
La muerte es parte de la vida y como tal siempre tiene cabida en un guión, pero existen ficciones recientes como Les Revenants y Proof en las que es un personaje en sí misma. No como un esqueleto con manto y capucha negros y una guadaña en la mano como ocurre en la disparatada serie animada The Grim Adventures of Billy & Mandy. Sino como un personaje intangible, siempre presente, que en unos casos sirve de telón de fondo y en otros de leitmotiv. En las últimas semanas dos han sido la series que han aterrizado en la pequeña pantalla española con la muerte en su argumento. Una de ellas es la francesa Les Revenants, que se emite en VOS los martes en Canal + Series Xtra a partir de las 00:30 y los jueves en Dual a las 22:30.
En su segunda temporada tras un parón de tres años, la acción se sitúa seis meses después de la inundación que se produjo tras la misteriosa resurrección de algunos de los habitantes de este idílico pueblo de los Alpes franceses. No son conscientes de haber muerto y regresan a sus vidas ante la asombrosa, temerosa y feliz mirada de sus familiares y amigos. Qué les ha ocurrido y cómo es posible que hayan vuelto es el misterio a resolver.
La muerte está presente en toda la trama de Les Revenants, pero donde realmente abordan la gran pregunta es en Proof: Prueba de vida, serie que emite en España TNT (miércoles a partir de las 22:30). El argumento tiene su enjundia. Ivan Turing (Matthew Modine) es un excéntrico multimillonario hecho a sí mismo enfermo de cáncer sin solución posible. Va a morir, lo sabe y eso no le preocupa. Lo que realmente le inquieta es la incertidumbre. Acostumbrado, cómo el dice, a tenerlo todo controlado y saber qué va a pasar en todo momento, el no saber qué ocurre cuando uno muere le trae de cabeza.
Tanto que es capaz de prometer a una cirujana de renombre que vivió en carne propia una experiencia cercana a la muerte que si responde a la gran pregunta le dejará toda su fortuna en herencia. La conclusión le da igual, tanto sí es positiva como negativa. Lo que quiere es saber qué pasa después. La serie aborda así una investigación en torno a casos de personas que conviven con la muerte a diario. Los que fallecieron temporalmente y dicen haber regresado, los que conviven con fantasmas, los que hacen negocio con el Más Allá…
Muchas veces la muerte está ahí, presente, como detonante de la trama. A dos metros bajo tierra se ambientaba en una funeraria en la que, entre otras muchas cosas, la sensación que se transmitía al espectador era que hay que vivir cada día sin importar el mañana porque la vida tiene fecha de caducidad y uno nunca sabe cuál es la de la suya.
En otras, como The Walkind Dead, volver de la muerte no tiene nada de bueno o positivo como puede ocurrir en un primer momento en Resurrection. Si bien en esta los familiares de los fallecidos tienen una segunda oportunidad junto a sus seres queridos, en la primera no resulta agradable ver a tu esposa, hijo o vecino convertido en un zombi que lo único que quiere es devorarte. Hay formas y formas de volver de la muerte. Unas más placenteras que otras. Eso sí, en ninguna de estas parece importar el Más Allá.
Ese Más Allá que Melinda Gordon (Jennifer Love Hewitt) desconocía pero al que estaba empecinada en ayudar a cruzar a las almas errantes con cuentas pendientes y del que procedía el Michael Landon de Autopista hacia el cielo. Porque, como ocurre en Entre fantasmas, el tono no tiene por que ser siempre trascendental. A veces los guionistas se lo toman con cierto humor o banalidad. La cancelada Forever tenía mucho de eso. Mientras muchos lo que quieren es volver a la vida, el personaje de Ioan Gruffudd quiere justo lo contrario. Está condenado a volver a la vida una y otra vez y tras 200 años empieza a estar cansado de su situación.
Con los años, Bryan Fuller parece haberse doctorado en esto de la muerte como un personaje más de sus creaciones. A saber, tres figuran en su currículum con cabida en este repaso. Empezando por Tan muertos como yo, pasando por Criando Malvas y acabando con la recién cancelada Hannibal. Por partes. La primera, emitida durante dos temporadas a principios de este siglo (2003/2004), tenía como protagonista a una parca. Una adolescente que muere y en su otra vida se dedica a guiar almas a su destino final. Después de esta comedia adolescente alocada en la que Mandy Patinkin era una de las parcas llegó Criando malvas (2007-2009), que duró en antena otras dos temporadas. Otra comedia. En esta el protagonista es un joven con la habilidad de devolver la vida a los muertos solo con tocarlos. Eso sí, su don tiene trampa. Revivir a uno supone la muerte de otro. Y volver a tocar a alguien que ha vuelto supone matarlo para siempre.
Si hay algo que parece obsesionar a Bryan Fuller hasta el punto de convertirse en temática recurrente en sus series es la muerte. Porque él es el creador, también, de Hannibal. Un cambio de registro de 180 grados, que, pese al giro, mantiene el humor (negro, eso sí) y la muerte como elementos perennes en su obra. En Hannibal la muerte se convierte en un arte, el de, valga la redundancia, dar muerte. Y el doctor Lecter (Mads Mikkelsen) en una parca sangrienta y de paladar exigente que convierte el acto de quitar la vida en algo artístico. Hannibal ha sido cancelada después de tres temporadas pero Fuller ya tiene nuevo proyecto. Y sí, en su nueva aventura también la muerte tendrá algo que decir. A él le han encargado la tarea de convertir la novela de Neil Gaiman, American Gods, en serie de televisión.
Una de las teorías que defiende una parte de la legión de seguidores de Perdidos es que la isla en la que los pasajeros del vuelo de Oceanic 815 acababan no era otra cosa que una suerte de purgatorio y que nadie sobrevivió al accidente. Sin embargo, esto ha sido desmentido por algunos de los creadores. La teoría que está más en consonancia con las declaraciones tanto de Damon Lindelof como del propio J. J. Abrams es que ese purgatorio, de existir, sería la realidad paralela a la de la isla. No hay consenso con respecto al final de Perdidos ni al estado de sus protagonistas. Lo que sí que han dicho los creadores es que no estuvieron muertos ‘todo el tiempo’. Es decir que fueron muriendo poco a poco y que no fueron conscientes de ello creando una realidad paralela que les ayudase a superar el trauma. Es cuando asimilan su nuevo estado cuando se reúnen todos al final de la serie. O, al menos, eso dice una de las muchas teorías al respecto.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.