La cineasta Molly Manning Walker explica en 'How to Have Sex' todo lo que nos enseñaron mal del sexo
La película, inspirada en unas vacaciones propias en Magaluf, retrata el ambiente hipersexualizado de los jóvenes.
Madrid--Actualizado a
En unas vacaciones en Magaluf, las últimas antes de ir a la Universidad, la 'diversión' hace unos años era hacer mamadas a los chicos sobre el escenario de una discoteca. Años después, Molly Manning Walker comprendió cómo aquellos días que a ella le parecieron de una furiosa libertad, en los que estaba dispuesta a exprimir cada noche con sus amigas, habían marcado su sexualidad de adulta. How to Have Sex, su ópera prima, es la inteligente y turbadora respuesta a la conmoción que vivió al asimilar aquel recuerdo.
La película, una de las mejores sorpresas del nuevo cine británico, refleja la realidad de una juventud hipersexualizada que no sabe qué es el consentimiento y que vive sometida a una brutal presión sexual. Mejor película en Un Certain Regard del Festival de Cannes y premio del jurado joven y a la mejor dirección novel en la SEMINCI, How to Have Sex es una potente denuncia de la ignorancia sexual y del machismo brutal con los que conviven los adolescentes hoy, narrada con el ritmo, la desorientación y el caos de una larga fiesta.
La vergüenza de hablar de sexo
"Cuando tenía 16, 17, 18 años me fui mucho de vacaciones por ahí y la película se basa en algunas de estas vacaciones. Es un reflejo de los momentos que yo viví. O sea, la mamada en el escenario, todo eso lo viví. La película es también intentar entender lo que significaba eso, lo que nos había hecho realmente aquello a la edad que teníamos entonces…", dice la cineasta.
Ahora reconoce perfectamente cómo "a esa edad los hombres aprenden que deben estar súper seguros de sí mismos, tienen que ser machos o actuar como machos, mientras que las chicas siempre están mirando lo que están haciendo y se supone que saben lo que hacen, aunque no exactamente lo que deben hacer. Es todo lo que nos enseñaron mal acerca del sexo cuando teníamos esa edad".
Protagonizada por una espléndida joven actriz, Mia McKenna-Bruce, a la que acompañan Anna Antoniades y Lara Peake, la película cuenta las vacaciones de tres adolescentes británicas dispuestas a cumplir todos los ritos de iniciación con el sexo, el alcohol y la fiesta sin fin. El problema es que Tara, el personaje principal, tiene un mal encuentro en su primera experiencia sexual, pero ni siquiera se atreve a contárselo a sus amigas.
"No se habla, les da vergüenza hablar de estos temas y creo que, si fuéramos capaces de hablar de ello, muchas cosas serían mucho más sencillas para todo el mundo. Por eso también escogimos una comunicación no verbal para la película. Además, la actriz tiene esa asombrosa capacidad de hacer dos cosas a la vez, aparentar, fingir, y a la vez comunicar lo que realmente le está pasando", dice Molly Manning Walker, una creadora a favor de contar historias con poco diálogo. "El público es capaz perfectamente de interpretar pequeños gestos sin necesidad de que se explique todo constantemente", añade la directora.
Alcohol y pornografía
"Creo que hay una conexión absoluta entre no hablar de sexo, no atreverse a hablar de sexo, la vergüenza que da el sexo y la necesidad de esconderlo bebiendo —dice Molly Manning Walker—. Cuando se bebe de una forma responsable, está bien, pero si bebes para ayudarte a superar una situación, a hacer frente a algo, eso ya es muy diferente. No va a resolver los problemas, más bien tú tienes un problema".
Problema que se acentúa con la inexistente educación sexual que se recibe y los canales en los que los adolescentes buscan hoy información. "Dado que no se habla de sexo, buscan información en la pornografía y ésta es para los chicos, que creen que es el único sitio donde se puede encontrar información. Los jóvenes me decían que es normal que se graben y que las chicas lleven cosas provocadoras. Por eso mismo hay que hacer una buena película sobre el placer femenino y que lo vea la gente y se dejen de ver pornografía".
El placer femenino
Contada al ritmo de la fiesta, con música casi constante, alcohol de día y de noche, jóvenes bailando en discotecas abarrotadas… con un minucioso y meditado trabajo de sonido, la película consigue transmitir la desorientación y la soledad de Tara en medio de la multitud. Una sensación que retrata en la película la cineasta, preocupada por la generación siguiente a ella.
"Me preocupa que vayan hacia atrás, es como si mi generación hubiera empujado para ir hacia delante y ahora ellos se dejasen ir hacia atrás. Aunque creo que por fin nos hemos dado cuenta de que el placer femenino es algo que existe, también sé que aún nos queda mucho camino por hacer. Muchas mujeres sienten que esto es un tema muy importante. También creo que hay una desconexión alucinante entre mujeres que sienten que han sido forzadas y hombres que están convencidos de que jamás han forzado a nadie. Es hora de que se den cuenta", explica Molly Manning.
"El otro día estuve hablando con unos adolescentes y me contaron que les daba mucho asco pensar que una mujer se hubiera acostado con varios hombres, pero ellos sí sentían la obligación de acostarse con varias mujeres, cuantas más, mejor. Esta contradicción resume muy bien la diferencia entre la presión que pueden sentir los chicos y las chicas. Por ejemplo, no se habla bastante del placer femenino, entonces las chicas están totalmente aisladas, no tienen ni idea de lo que realmente deberían sentir, de lo que necesitan", añade.
La vida sigue
"Creo que lo bueno sería que fuéramos más, que hubiera más sororidad entre nosotras, que no nos atacaremos, que entendiésemos lo que les ocurre a nuestras amigas, que realmente fuésemos amigas, que nos apoyáramos mutuamente, que fuéramos más abiertas incluso con extraños. Hay algo genial en conocer a alguien en una discoteca, congeniar…
How to Have Sex es, en palabras de su directora, una manera de explicar esto a la gente joven y desde una postura diferente. "Siempre que veo una escena de violación en una película me parece que toda la vida del personaje está perdida, pero no es así, la vida sigue, tenemos que enfrentarnos a ello. Muchas mujeres han pasado por esto y no significa que vayan a verse afectadas para el resto de su vida por ello. No siempre debemos verlas como víctimas".
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