Este artículo se publicó hace 14 años.
Centelles se fue por un calentón
Los hijos del fotógrafo cuentan por qué vendieron el archivo al Ministerio de Cultura
Una conversación telefónica que mantuvieron los hijos de Agustí Centelles con el subdirector general de archivos de la Generalitat, Ramon Albert determinó que el Archivo de Salamanca fuese el depositario del legado del fotoperiodista. A Albert "se le calentó la boca", según explicaron ayer Sergi y Octavi Centelles en un encuentro con estudiantes en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
Los hermanos calificaron de "absoluta mentira" que la Generalitat no conociera que el ministerio estuviera negociando la compra del archivo. Sergi y Octavi Centelles también explicaron que el 26 de octubre de 2008 tuvieron conocimiento de que la Conselleria de Cultura había firmado un expediente de incorporación al patronato catalán de todos los bienes de los archivos del fotoperiodista. La familia Centelles consideró que ese expediente era un "expolio" y, junto con el "trato inapropiado" recibido por parte de Albert, decidió aceptar la oferta del Ministerio.
A una pregunta sobre si su padre hubiera deseado que sus fotografías fuesen a Salamanca, los hermanos aseguraron que en 1939 lo hubiera considerado un insulto, pero que al final de su vida él mismo las habría llevado allí porque "lo que a él le interesaba era que el mundo viese su trabajo".
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