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Bruselas da luz verde a las ayudas al cine español

La Comisión considera infundadas las quejas de Cineastas contra la Orden. La decisión no acaba con las negociaciones entre el colectivo y la FAPAE, que ultiman un acuerdo que podría hacer que Cultura modificara la polémica o

D. BASTEIRO / C. PRIETO

La orden ministerial que desarrolla la Ley del Cine se ajusta a las directivas europeas. Es más: las nuevas ayudas al cine son perfectamente compatibles 'con las subvenciones públicas para preservar la diversidad cultural', según aseguraron ayer fuentes comunitarias.

Bruselas anunciará previsiblemente hoy su decisión de dar carpetazo al conflicto con el Ministerio de Cultura a raíz de la denuncia del colectivo Cineastas contra la Orden. En octubre, el grupo de creadores envió sus quejas al Ejecutivo comunitario, máxima autoridad europea en materia de ayudas públicas, argumentando precisamente que la nueva política de subvenciones perjudicaba a las pequeñas producciones y minaba la diversidad cultural.

'Las quejas son infundadas', concluye la Comisión tras examinarlas y pedir al departamento que dirige Ángeles González-Sinde más detalles sobre la orden ministerial. La Comisión recuerda que 'nunca tuvo intención de bloquear las ayudas', sino que, desde que Cultura remitió el desarrollo de la ley, estaba en los planes de Bruselas aprobarlo por la vía rápida.

Al recibir las quejas, la Comisión se vio obligada a tramitarlas por el procedimiento ordinario en lugar del urgente, lo que ha generó un gran desconcierto en el sector acerca de la viabilidad de los proyectos cinematográficos para este año. A principios de mes, cuando la ministra desembarcó en Bruselas para presentar el programa cultural del semestre, repitió su mensaje de calma y pidió 'dejar trabajar a los funcionarios comunitarios'.

Las críticas de Cineastas contra la Orden se centraban en señalar que la nueva política cinematográfica instalaba en la administración pública un criterio monetario, debido a que la parte más golosa de las ayudas de amortización complementaria (las que se dan después del estreno) recaería ahora en las películas de más de dos millones de presupuesto.

Mientras que un filme por encima de esa cantidad podría alcanzar hasta 1,2 millones de euros de subvención, una por debajo de esta franja podría obtener, sumando diferentes puntos, un máximo de 390.000 euros. En opinión de Cineastas contra la Orden, la nueva ley beneficiaría fundamentalmente a los filmes más caros. Los filmes por debajo de los dos millones de euros tendrían que pelearse por las 20 ayudas que se darían a proyectos pendientes de rodarse (conocidas como ayudas a proyecto) .

Pese a que Bruselas aún no ha confirmado su decisión, las reacciones de algunos de los principales protagonistas del culebrón que ha traído de cabeza al cine español no se hicieron esperar.

Pedro Pérez, presidente de la patronal de productores (FAPAE) afirmó a Público que la decisión de Bruselas, 'si se confirma', no le ha pillado por sorpresa: 'Está en la línea de lo que veníamos advirtiendo desde hace tiempo: se trataba de un trámite; eso sí, un trámite que ha venido acompañado de mucha publicidad', dice aludiendo al gran escándalo que se montó cuando Bruselas decidió estudiar las alegaciones de Cineastas contra la Orden. 'La orden se ajustaba a derecho. Mis noticias son que Bruselas no va a tocar ni una coma. Además, la decisión ha sido suficientemente rápida como para que no se vayan a producir retrasos importantes en la adjudicación de las ayudas al cine', aseguró.

Desde el otro lado de la barricada, el productor José Nolla, miembro activo de Cineastas contra la Orden, se muestra firme. 'No hemos hecho otra cosa que ejercer un derecho democrático: quejarnos de una serie de medidas que considerábamos lesivas para el cine español. Ahora toca adaptarse a la nueva realidad sin renunciar a nuestro opinión. Tenemos que seguir haciendo cine', zanja. Por su parte, el director Javier Rebollo, se mostró preocupado por la posible instrumentalización de la decisión de Bruselas. 'Es importante que la lectura no sea en términos de vencedores y vencidos', dijo.

Con todo, puede que la medida de Bruselas no ponga el punto final a todo este embrollo. Representantes de Cineastas contra la Orden y de FAPAE se han reunido en las últimas semanas para limar asperezas y establecer una posición consensuada respecto a la nueva política cinematográfica.

'Creo que el desbloqueo de la Orden no invalida esta reflexión conjunta', asegura Nolla. En efecto, de esas reuniones ha surgido un acuerdo de mínimos que, a falta de ser validado por todas las federaciones que forman parte de la FAPAE, podría acabar produciendo nuevas modificaciones en la orden. 'Se trata de recuperar, aunque sea mínimamente, el principio de proporcionalidad en las ayudas. Si esto sigue adelante, le correspondería al Ministerio de Cultura plasmar o no alguna de las iniciativas propuestas en el documento', afirmó Nolla.

Por su parte, el presidente de la FAPAE se mostró contemporizador y confirmó que la decisión de la Comisión no paralizará este acercamiento: 'Una cosa es que Bruselas ratifique el nuevo marco y otra que no escuchemos o podamos llegar a acuerdos con el sector que ha mostrado su disconformidad con la legislación'. ¿Llegará algún día la calma al sector? 'Sería la primera vez que este sector se queda definitivamente en paz', afirmó irónico Pérez.

Pipa de la paz
Desde que estalló el escándalo de la paralización de las ayudas al cine, la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisales Españoles (FAPAE), que siempre ha defendido la orden del cine, y el colectivo Cineastas contra la Orden, han mantenido una serie de discretas reuniones para limar asperezas.

Texto de mínimos
De estas reuniones ha surgido un documento conjunto que cuando se apruebe (aún debe ser ratificado por todas las asociaciones de la FAPAE) podría poner a Cultura en la tesitura de pulir algunos aspectos de la nueva política cinematográfica. 

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