El actor Leonardo Sbaraglia: "Milei está atacando las cosas que hemos defendido toda la vida"
'Puan', la comedia protagonizada por un profesor de Filosofía, se ha convertido en un estandarte de los valores éticos y culturales amenazados ahora por el neoliberalismo feroz del gobierno de Milei.
Madrid--Actualizado a
El sentido de la vida con el que lleva toda una eternidad lidiando la Filosofía tiene un peso especial, abrumador y doloroso, si el que se lo pregunta es un profesor de Filosofía de la Universidad pública en la Argentina de hoy. Los valores éticos, la humanidad, el pensamiento, la reflexión, la posibilidad de diálogo, además de un sueldo de unos pocos y muy devaluados pesos argentinos, peligran en medio de la brutalidad del mundo neoliberal de Milei.
Los cineastas María Alché y Benjamín Naishat posiblemente lo imaginaban, pero lo cierto es que no pensaron en el desastre que finalmente ha llegado cuando escribieron el guion de Puan, una comedia 'filosófica' que se ha convertido en una especie de bandera en el país actualmente. Tanto que la pasada semana recibió la Declaración de Interés Cultural de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en honor al cine, la educación y la propia identidad argentina.
Un profesor de Filosofía, un antihéroe de los pies a la cabeza, Marcelo, espera heredar la titularidad de la cátedra que ha dejado vacante su maestro al morir. Ni por un segundo ha sospechado que apareciera en su camino un rival, Rafael Sujarchuk, un tipo que regresa envuelto en un aurea de éxito desde Alemania y le disputa el puesto.
Mejor guion y mejor interpretación protagonista (Marcelo Subiotto) en el Festival de San Sebastián, la película se ha convertido en un retrato certero de la pobreza ética y cultural a la que el nuevo gobierno está llevando el país. Leonardo Sbaraglia, el antagonista de esta historia, divertidísimo en su faceta cómica, defiende en esta entrevista la educación pública, la educación, el cine, la identidad argentina frente a los ataques del nuevo presidente.
La película se hizo antes de la llegada de Milei, pero hay muchas cosas que realmente están sucediendo actualmente ¿no?
Nosotros empezamos haciendo esta película como una distopía, que decíamos ¡qué mal rollo! y hoy en día está pareciendo un documental, no, más, creo que se está superando. Estamos viviendo en un estado que no sabemos hacia dónde nos lleva.
¿Hacia dónde va en Argentina la educación pública, el cine, la cultura…?
Se está quedando en la calle muchísima gente que trabajaba para el Estado. Solamente en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), no tengo exactamente la cifra, pero alrededor casi de 400 personas. Hay muchísima gente que se está quedando sin trabajo.
Esto es lo que él abogaba en las elecciones, decía que iba a terminar con la educación pública, que iba a terminar con los entes públicos, que iba a terminar con el INCAA… y la gente le votó, mucha gente votó eso. Esto es quizás lo más preocupante o lo más llamativo. Evidentemente el sistema político tiene y debe tener una autocrítica feroz porque nos han traído hasta aquí, a un lugar donde hoy amanecimos con una chica militante de Derechos Humanos, violada y amenazada de muerte por un "¡Viva la libertad!".
El presidente no puede tener un lenguaje que parece que te va a matar a trompadas o que te va a mandar matones a pegarte o a matarte. Entonces, ¿dónde quedó la posibilidad de conversación, de difusión, de intercambio, de negociación? Probablemente todo se puede mejorar, inclusive en todos estos entes del Estado, inclusive en el INCAA, pero no hay que matarlo, hay que mejorarlo, hay que replantearlo, hay que tener una autocrítica, hay que ver qué es lo que está pasando, qué es lo que funciona, qué es lo que no funciona, pero no matarlo, no destruirlo, no.
Parece que es un fenómeno universal.
Sí, no es algo que solamente esté pasando acá, es un fenómeno que parece que está cada vez más legitimado a lo largo y ancho del planeta.
La película resalta la importancia del colectivo de la solidaridad en la lucha. ¿En Argentina ha tenido repercusión la película en este sentido?
Sí, sí, sí. La película se estrenó en el Festival de San Sebastián cuando todavía Milei no había ganado. Y bueno, los no sé cuántos representantes de Argentina que había en ese momento en San Sebastián nos unimos con el cine argentino, vamos a seguir peleando.
Aquí, la película se ha convertido en una especie de estandarte de esos valores. Ahora, por ejemplo, nos han dado un premio muy importante, una distinción honorable de parte de la legislatura porteña, porque defiende valores que son muy, muy importantes y además lo hace con humor, con inteligencia y con una narrativa muy cinematografía.
Es importante, estamos hablando de cosas muy serias que en la película se cuentan desde el humor. ¿Cada vez es más importante el humor como herramienta para contestar, para advertir de que nos tenemos que escuchar más?
Nunca hay que perder el sentido del humor, nunca. Bueno, esto ya me lo decía un gran maestro. Siempre el humor me parece que es una herramienta fundamental, fundamental para para la lucha también.
En España se intentaron cargar la cátedra de Filosofía en la Universidad, no lo consiguieron afortunadamente. ¿Cuál es la importancia que cree que debería tener la Filosofía?
Es un bien esencial y es una herramienta que habla del mundo cotidiano. La Filosofía, la Sociología, la Psicología… son tres patas sobre asuntos vitales. Nos hacen creer que la Filosofía trata de cosas que han ocurrido en el pasado, que han ocurrido con Sócrates, con Aristóteles, con Hobbes, con Espinoza, en el medievo, pero en realidad es una herramienta que sigue estando absolutamente vigente para poder pensarnos como seres humanos y para salir del estado animal, para ser más humano.
Se trata de seguir ganándonos el título de ser humano, ahora no sé dónde estamos entre animal y ser humano. La Filosofía, como la Psicología, como la Sociología, son herramientas que nos acercan a nuestra propia cotidianeidad y nos hacen pensar sobre cuál es la posibilidad de ser cada día mejores.
Se ve en 'Puan' cierto complejo de inferioridad de lo que viene de fuera, ¿está pasado esto en el cine? y ¿en el resto del país?
Sí, eso es real, es así. En el cine diría que hay gran parte del colectivo que está muy orgulloso de nuestro cine. Yo me siento muy orgulloso de ser argentino y hay mucha gente igual. Pero en general, en el país es cierto que existe, quizás porque somos un país relativamente nuevo, con mucha población que viene de Italia, de España, de Alemania, de Polonia, de Rusia. Y hay algo de estar mirando mucho hacia afuera.
También históricamente. Lo que fueron las matanzas de los indígenas en el siglo XIX, que aquí se ha matado a millones de personas de pueblos originarios justamente con la idea del afrancesamiento, del nos queremos parecer a Francia. Después de Francia, ahora, es un poco quizás estar mirando no solamente a Europa, sino también a Estados Unidos, el modelo americano. También tiene que ver con el poco valor de la moneda aquí. Claro, viene alguien con euros y es…
Aquí interpreta a un tipo verdaderamente insoportable que, precisamente, llega con éxito desde Alemania…
Algo tendrá de mí, aunque sea por haber vivido diez años afuera, eso de venir de afuera y extrañar los sandwichitos de miga y las empanadas, las pequeñas cosas que se pueden disfrutar de este país, como dice en un momento el personaje. Yo creo que el personaje tiene cierta reivindicación a lo largo de la película, que se va humanizando y va cayendo un poco en la cuenta de que está en Argentina, y se va sabiendo ubicar en esa tensión social que es muy difícil encontrar, quizás, en Europa.
En Filosofía, en realidad, todas y todos los pensadores tienen maestros, referentes… ¿usted utiliza también referentes en su trabajo?
Sí, claro, hay muchísimos referentes. Con la experiencia entiendes que es bueno encontrarse con espejos, ahora con colegas que están teniendo el suficiente coraje, la valentía o tenacidad para mantenerse en un tipo de condiciones de trabajo que... En Argentina siempre ha sido para nuestra generación un referente muy importante Javier Bardem, que también ha tenido que pelear en España, que decían que no se le entendía cuando hablaba. Aquí ha sido referente y lo sigue siendo para muchos actores.
Volviendo al cine argentino…
La verdad que está muy complicado. Yo estoy muy preocupado. El otro día hubo una concentración enfrente de un cine emblemático, escaparate de películas que no se podrían ver en otro lado. No todo se trata de comprar y vender, digo, que yo no tengo ningún problema con ello, yo vivo de esto, pero desgraciadamente pareciera que todas las medidas que Milei está tomando atacan a las cosas que uno ha defendido toda la vida. Entonces, bueno, la manera que tenemos es salir a la calle, poner el cuerpo y en la medida de lo posible seguir peleándola.
En España hay mucha solidaridad con el cine argentino ¿se siente allí?
Se siente el apoyo, hemos tenido el apoyo de muchísima gente, Almodóvar es uno de los que más ha alzado su voz a favor del cine argentino y se lo agradecemos, así como tanta otra gente. También de muchos otros países del mundo, tanta gente que entiende que el cine argentino y la educación argentina y la ciencia argentina pueden estar en grave peligro. Creo que lo que se busca es eliminar gran parte de nuestra identidad, porque quitándonos bandera, patria, identidad, el neoliberalismo puede avanzar más rápido. Cuando uno pierde la identidad, pierde la lucha. El imperio americano ha hecho esto históricamente.
¿Cómo ha sido el trabajo en 'Síganme', la serie sobre Carlos Menem?
No puedo hablar mucho porque no me dejan, pero sí puedo decir que fue, quizás, con diferencia, el desafío más importante de mi carrera. No solo porque es un personaje que existió y tan característico, sino porque aposté a pleno a esto. Y creo que significó un gran crecimiento para mí, como si de pronto tuviese la posibilidad de acceder a otras herramientas a un lugar al que nunca había podido llegar.
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