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Obama sale al rescate de la ciencia de EEUU

El nuevo Gobierno aprueba ayudas que suman 20.000 millones de dólares para la investigación

NUÑO DOMÍNGUEZ

La comunidad científica de EEUU está celebrando la elección de Barack Obama como presidente, y no sólo por haber permitido la investigación con células madre. El paquete de rescate económico recién aprobado por el Gobierno incluye más de 20.000 millones de dólares para investigación. La medida intentará tapar algunas goteras del sistema de I+D, que por ser líder mundial no está exento de miserias como la falta de fondos y la fuga de cerebros.

La partida más grande irá al Instituto Nacional de Salud (NIH, en inglés). Este organismo es la mayor fuente de investigación pública en EEUU, pero su presupuesto permaneció congelado durante los últimos cinco años del Gobierno de George Bush.

Los recortes han afectado especialmente a una generación de investigadores jóvenes cuyas becas no fueron renovadas o directamente nunca se aprobaron. Desde 2003, la edad media de los investigadores que consiguen su primera beca ha aumentado cuatro años hasta los 43, según un documento elaborado por prestigiosas universidades como Harvard, Duke y Brown, entre otras.

'El estancamiento de los últimos cinco años nos ha llevado al borde de la crisis', advierte Daryl Pritchard, portavoz de BIO, una asociación del sector biomédico que agrupa a empresas, universidades y centros de investigación. Debido a la sequía presupuestaria, muchos investigadores jóvenes han abandonado la ciencia o han decidido probar suerte en otros países.

El Gobierno quiere que las subvenciones lleguen a los premiados lo más rápido posible, por lo que este mes, las universidades de EEUU viven en un auténtico frenesí. 'Todo el mundo está intentando conseguir una parte del pastel', comenta Rachelle Gaudet, una investigadora de la Universidad de Harvard.

En 1998, Bill Clinton inició un plan para doblar en cinco años el presupuesto de la NIH. El plan concluyó con éxito en 2003, pero, con dos guerras que financiar y otros intereses presupuestarios, Bush cortó el grifo para siempre. Esto dejó colgados a muchos investigadores que dependían de una subvención pública. Desde 2003 la agencia ha retrocedido parte del camino y su poder adquisitivo se ha reducido en un 20% debido a la inflación, señala Stacie Propst, vicepresidenta de Research! America, una asociación que representa a cientos de instituciones relacionadas con la investigación biomédica. 'Ha sido realmente devastador', comenta.

Las subvenciones de la NIH son algo así como el paso a la edad adulta en la carrera de un investigador. Las acompaña un prestigio que ayuda mucho a conseguir una plaza fija en muchas universidades. Pero, ante la escasez de recursos, los investigadores más veteranos salieron favorecidos, señala James Siedow, vicerrector de investigación de Duke University. 'El sistema se ha hecho más conservador', comenta.

La necesidad de conseguir estas subvenciones hace que los propios investigadores propongan proyectos menos ambiciosos para que encajen con la mentalidad de una agencia desbordada de solicitudes y fondos limitados. Gaudet afirma que tuvo que edulcorar varias veces su proyecto de investigación, centrado en el mecanismo que permite al cuerpo sentir dolor y cambios de temperatura, hasta que consiguió una beca al cuarto año. Pero una vez que se acortan las miras es muy difícil recuperar la inercia de las grandes ideas, confiesa.

Aunque aún se ignoran los detalles de cómo va a gastar la NIH los 8.000 millones extra que le corresponden, se sabe que deben emplearse en dos años y que parte del dinero financiará los proyectos que se quedaron fuera. La transfusión puede generar unos 70.000 empleos, según los cálculos de Arlen Specter y Dick Durbin, un senador republicano y otro demócrata que unieron fuerzas para aumentar el presupuesto final de la NIH.

Pero la euforia por las nuevas becas podría llevar a un nuevo abismo. El paquete de estímulo es una medida excepcional para ayudar al país a salir de una crisis. Eso hace temer a muchos investigadores que los nuevos puestos de trabajo desaparezcan tras estos dos años de bonanza. El estímulo es un buen primer paso, pero no es suficiente por sí solo, advierte Propst. La siguiente batalla será garantizar que el presupuesto de la NIH aumente en torno a un 10% en 2010, explica: 'Cada año hay que competir para conseguir más fondos. Es una realidad de nuestro sistema y no hay mucho que podamos hacer para cambiarlo'.

La primera víctima del paquete de estímulo para la investigación podría ser el sistema informático del Gobierno. Grants.gov, la página web donde se solicitan las becas, ha anunciado que el sitio estará “cerrado por construcción” el próximo fin de semana, sólo ocho días antes de la fecha tope para solicitar un nuevo tipo de ayudas. Según Grants.gov, el número de solicitudes ha crecido un 78% entre febrero y marzo. En al menos un caso, la avalancha de visitas colapsó el sitio durante ocho horas, obligando a la NIH a expandir el plazo de solicitud de una de las convocatorias. Los fallos han dejado una estela de furiosos comentarios en el blog del sitio web por parte de usuarios y también han provocado la protesta formal de varias organizaciones que representan a cientos de universidades y centros de investigacion en Estados Unidos.

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