Este artículo se publicó hace 15 años.
Zapatero barrió a Rajoy en el debate del estado de la nación
Ganó al líder del PP por cuarta vez consecutiva, por una diferencia de 23 puntos, según el CIS
Se veía venir, pero no con tal rotundidad. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirmó ayer lo que ya se rumiaba en los medios y en los partidos, que José Luis Rodríguez Zapatero venció en el debate sobre el estado de la nación, celebrado este martes y miércoles en el Congreso. Y las cifras no dejan cabida al empate: el 37,6% de los españoles cree que el presidente del Gobierno ganó el duelo, frente al 14,4% que da el triunfo a Mariano Rajoy.
Es decir, el jefe del Ejecutivo saca al líder de la oposición 23,2 puntos de ventaja. Es su cuarta victoria consecutiva sobre el presidente del PP, aunque es la ocasión en la que menos distancia media entre ambos. Hasta ahora, Zapatero sólo ha sido derrotado en uno de siete debates: en el de 2003, en el último año de José María Aznar en Moncloa.
No obstante, la encuesta del CIS, apoyada en 1.520 entrevistas –realizadas entre el 13 y el 14 de mayo–, muestra un abultado 29,3% que apunta que no ganó ninguno, un porcentaje mayor que en los otros tres debates de la nación que ambos han protagonizado.
El absoluto triunfo de Zapatero reafirma la sensación que flotaba estos días en el PP: su líder ha desaprovechado su oportunidad de aplastar al presidente en su peor momento posible, con una crisis económica severa y más de cuatro millones de parados.
Hay otras pruebas que apuntalan la idea de que Rajoy y su mensaje siguen encontrando problemas para calar en la sociedad. No le dan los números del CIS. Por ejemplo, en percepción general: apenas a un 22,2% le pareció “bastante bien” o “muy bien” la intervención del líder del PP, frente al 41,5% que puso esa misma nota al jefe del Ejecutivo. De hecho, casi la mitad de los sondeados (un 44,5%) juzga que Rajoy estuvo mal o muy mal.
La nota del presidente del PP es más baja incluso que la del convergente Josep Antoni Duran i Lleida, el segundo mejor valorado –un 32,3% lo vio bien o muy bien– o Rosa Díez, de UPyD (23,9%). A Rajoy le sigue Gaspar Llamazares, a quien aprueba un 20,2%.
Mala nota también para el mensaje, el contenido del discurso del presidente del PP. Un 40,2% está poco de acuerdo con lo que dijo, y hasta un 27,2% discrepa radicalmente de su postura. En total, un 67,4% le ve pegas a lo dicho por Rajoy. Zapatero recibe menos rechazos: un 54,1% se separa en todo o en parte de la intervención del presidente.
Otro varapalo sobre su mensaje: un 70% de los españoles juzga que el presidente del PP tiene o pocas o ninguna propuesta real frente a la política del Ejecutivo, un 71,6% no lo ve capaz de hacer una oposición constructiva, otro 72% le cree incapaz de infundir confianza a la sociedad, y un raspado 30,1% ya le siente preparado para asumir el Gobierno.
Los porcentajes de Zapatero son algo mejores. Más de un 65% estima que infundió poca o ninguna confianza en el futuro político y económico, y otro 61% no percibe que el líder del PSOE tenga la decisión de cumplir con sus promesas electorales.
Última prueba: las percepciones subjetivas. Para los encuestados, Zapatero demostró tener mayor sensibilidad hacia los problemas de los españoles (61,8%, tres puntos por encima de Rajoy), más moderación, más capacidad de comunicarse con los ciudadanos y de encajar las críticas y más iniciativa política.
El presidente del PP vence sólo en tres áreas. Un 77,8% cree que conoce mejor los problemas de España, otro 52% lo concibe como más realista (13 puntos más arriba de Zapatero) y otro 43% le visualiza con más sentido práctico. Patina mucho en su ubicación política: menos de un 40% apunta que mostró moderación en el debate.
CRÍTICAS, PERO NO SOLUCIONES
Desapego general hacia la política y los políticos
El debate del estado de la nación podrá ser lucido para los partidos, pero poco atractivo para los ciudadanos. Hasta un 46,7% lo cree poco o nada interesante, y un 50,4% cree que no se tratan temas que preocupen a la gente.
Un 46,1% no siguió nada del último debate. Los que sí lo hicieron, lo vieron mayoritariamente por televisión (39%).
Un 47,7% identifica la crisis como el tema principal del que se discutió. Lo que más se penaliza es la crispación: casi el 80% de los que siguieron el debate cree que predominaron las críticas al otro, los reproches partidistas. Un 46% cree que fue bastante conflictivo.
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