Este artículo se publicó hace 15 años.
El tráfico mundial de animales pone en peligro la salud y la biodiversidad
El tráfico internacional de animales contribuye a la propagación de patógenos que amenazan la salud, la producción agrícola y la biodiversidad, asegura un estudio divulgado hoy por la revista Science.
Según científicos del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad Brow, en el estado de Rhode Island (EE.UU.), ese comercio representa un actividad que desplaza millones de ejemplares, mueve millones de dólares y "es una grave amenaza".
Este comercio ha facilitado la introducción de especies a nuevas regiones donde compiten por los recursos con las nativas, alteran los ecosistemas, dañan la infraestructura y destruyen las cosechas, señalaron los científicos en su estudio.
Como ejemplo, citan el caso de un brote epidémico registrado en Estados Unidos en 2003 generado por la importación de animales.
Según los científicos, las infecciones en seres humanos fueron resultado del contacto con los llamados "perros de la pradera" que recibieron el virus de roedores importados desde África en el marco del comercio de animales.
El brote epidémico causó la muerte de 72 personas y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) se vieron forzadas a limitar el comercio de animales procedentes de África.
Para ilustrar la magnitud del comercio, los científicos recordaron que desde el año 2000 Estados Unidos ha recibido más de medio millón de embarques con 1.480 millones de animales.
Cada uno de esos embarques tuvo un origen diferente "lo que sugiere una creciente amenaza", indicaron los científicos en el estudio.
De ese total, la mayoría (un 92 por ciento) contenía animales para su venta comercial como mascotas. Casi el 80 por ciento procedían de poblaciones salvajes y la mayoría no habían sido sometidos a pruebas de patógenos antes del embarque.
Más aún, alrededor del 69 por ciento de los animales procedían del sudeste asiático, considerado un caldo de cultivo para la aparición de enfermedades, según los científicos.
Asimismo, una gran parte carecía de una identificación taxonómica y en muchos casos contenían una explicación general como "peces marinos" o "invertebrados vivos".
En este momento no existe en EE.UU. una estrategia nacional ni una autoridad que esté dedicada a vigilar este importante "y peligroso" comercio, aseguraron los científicos.
Añaden que los costos ambientales y para la salud vinculados a la invasión de especies animales foráneas son de alrededor de 120.000 millones de dólares cada año.
Para poner freno a esta situación, indican que el Gobierno debería comenzar a recolectar información sobre las especies importadas y someterlas a un análisis de riesgo.
"En última instancia, eso redundaría en un ahorro y se reducirían los gastos vinculados a las especies invasoras, se protegería al público, a la salud ambiental y a la de los animales", añade el estudio.
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