Tocar el cielo la noche del equinoccio

Los cambios de luz del atardecer convertirán ese día en el momento perfecto para poder disfrutar de este fenómeno celeste desde el inetrior de la obra de James Turrell Second Wind 2005.

Esta obra arquitectónica se ubica bajo el nivel de la tierra. El espectador accede al interior de una pirámide a través de un túnel, y una vez dentro se encuentra una stupa de piedra rodeada de una piscina. El acceso a la stupa, a través de un pasadizo, desemboca en un cuarto en cuyo techo hay una abertura circular al cielo.

El espectador puede sentarse entonces a contemplar los lentos y prodigiosos cambios de la luz, que parecen esculpidos por el artista. La obra de James Turrell adquiere todo su sentido durante los breves momentos de la puesta de sol. El visitante descubre el espectro de colores del que está formado el cielo y llega a tener la sensación de que está tan cerca que si alarga el brazo puede llegar a tocarlo con la mano.

Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa noche igual. En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra. Así mientras en el hemisferio norte el 20 de marzo comienza la primavera, en el hemisferio sur empieza el otoño.

La Fundación NMAC acoge un parque de esculturas donde artistas de todo el mundo y de reconocido prestigio como Marina Abramovic, Sol Lewitt, Olafur Eliasson, Maurizio Cattelan o Susana Solano han realizado proyectos específicos para este lugar. Cada una de las obras mantiene una estrecha relación con el entorno que el espectador debe descubrir a lo largo de un recorrido por un bosque mediterráneo.

Información
Para visitar Second Wind 2005 es imprescindible reservar en el número 956 455 134 o en la web www.fundacionnmac.org