El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha reconocido hoy ante su colega británico, Alan Johnson, que lo que une a España y al Reino Unido no es "el amor, que también", sino el "espanto" que vivieron ambos países con los atentados del 11 de marzo de 2004 y el 7 de julio de 2005.

En una comparecencia conjunta en la sede del Ministerio de Interior donde ambos mantienen hoy una reunión de trabajo, Pérez Rubalcaba ha parafraseado a Borges para describir las relaciones hispano-británicas en materia de Justicia y colaboración policial.

"A nuestros dos países no nos une el amor, que también, nos une el espanto, porque ambos países sufrimos consecutivamente dos horribles atentados que nos unieron. A nuestros gobiernos, a nuestras fuerzas de seguridad y también a nuestros ciudadanos", ha afirmado.

Con todas las cautelas, el titular de Interior se ha mostrado convencido de que España y el Reino Unido están ahora "más preparados" para combatir el terrorismo de origen islamista, porque "estamos más juntos", y ha asegurado que después de reuniones como la de hoy "esta noche nuestros conciudadanos se pueden sentir un poco más seguros".

"Si los delincuentes se unen, nosotros también", ha insistido Rubalcaba, que ha detallado las nuevas amenazas de un mundo globalizado en el que Internet es utilizado para transmitir terror y amenazas en lo que ha denominado "el lado oscuro de los avances".

Por ello, el titular de Interior ha apostado por homologar los sistemas judiciales para mejorar la eficacia en la lucha contra los nuevos tipos de criminalidad.

Además, ha aplaudido iniciativas como Crimen Stoppers, con el que se han detenido desde septiembre casi 30 delincuentes británicos que se habían escondido en suelo español.

Una iniciativa de colaboración policial alabada también por el ministro del Interior británico, Alan Johnson, que ha destacado la excelente colaboración entre ambos países en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

Johnson ha recordado la próxima entrada en vigor del nuevo Tratado de Lisboa que obligará a reforzar la cooperación entre los países europeos y no ha dudado en que la presidencia española de la UE será idónea para afrontar estos nuevos retos.