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Putin se niega a cambiar la Constitución para convertir Rusia en un Estado religioso

Moscú, 13 sep (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, se mostró hoy contrario a modificar la Constitución del país para convertir a Rusia en un Estado religioso, pese a su propia condición de creyente.

Agencia EFE

Moscú, 13 sep (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, se mostró hoy contrario a modificar la Constitución del país para convertir a Rusia en un Estado religioso, pese a su propia condición de creyente.

En reunión con altos funcionarios y políticos, Putin eludió tomar partido entre quienes exigen implantar la educación religiosa en la escuela pública y los que denuncian el creciente clericalismo de la sociedad rusa, donde la Iglesia formalmente está separada del Estado.

El jefe del Kremlin dijo que ha recibido una petición de la organización nacionalista Congreso Mundial Ruso en apoyo de la iniciativa de implantar la enseñanza obligatoria de la religión cristiana ortodoxa en las escuelas del sistema público.

Pero subrayó que también ha recibido una carta en la que un grupo de renombrados intelectuales y científicos rusos, incluidos varios premios Nobel, denunciaron el creciente clericalismo de la sociedad y defendieron el carácter laico del Estado ruso.

"Nuestra Constitución reza que la Iglesia está separada del Estado. Si alguien cree que esto hay que cambiarlo, habría que modificar la Ley Fundamental, pero yo no creo que ahora debemos ocuparnos de ello", manifestó el líder ruso.

Putin, creyente confeso, subrayó que todos conocen su especial "actitud hacia la Iglesia Ortodoxa Rusa", pero también recordó que la Constitución del país reconoce cuatro religiones oficiales: el cristianismo ortodoxo, el islám, el judaísmo y el budismo.

"En lo que atañe a la educación de nuestros hijos en el espíritu de nuestras cuatro religiones, estoy totalmente a favor, pero para ello habrá que encontrar una forma que sea aceptable para toda la sociedad", enfatizó, según la agencia Interfax.

La presión del Patriarcado ruso y los sectores nacionalistas por implantar el estudio de la doctrina ortodoxa en la escuela pública ha motivado las protestas del clero musulmán, que destacó que en Rusia viven entre 15 y 20 millones de seguidores del islám.

La jerarquía eclesiástica también fue criticada por intelectuales y científicos rusos, que en una carta abierta a Putin en su calidad de garante de la Constitución, recordaron que en el país, además de ateos, coexisten diversos credos.

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