Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama y Brown hacen un llamamiento para la solución global a los problemas económicos
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro británico, Gordon Brown, hicieron ayer un llamamiento para una solución global a los problemas económicos actuales.
Obama recibió este martes a Brown, el primer líder europeo que visita la Casa Blanca tras el cambio de Gobierno en EE.UU., en un encuentro en el Despacho Oval que continuó después en un almuerzo de trabajo.
En declaraciones tras la reunión, ambos líderes expresaron su determinación a colaborar y a buscar la ayuda de otros líderes, para hacer frente a la crisis económica.
El presidente estadounidense se declaró "completamente confiado" en los planes de su Gobierno para hacer frente a los "activos de mala calidad" que plagan a los bancos y que a su vez arrastran al resto de la economía.
Sin embargo, indicó que la recuperación llevará aún un tiempo. "El sistema bancario ha sufrido un duro golpe", declaró Obama, quien citó, entre otros problemas, "una regulación blanca, un endeudamiento masivo, unos riesgos enormes adoptados por instituciones reguladas y no reguladas".
Hasta ahora, las medidas propuestas por Obama, que incluyen un plan de estímulo económico y una iniciativa para ayudar a los propietarios de viviendas, han sido acogidas con descensos en los mercados, que esta semana alcanzaron sus niveles más bajos desde 1997.
Al respecto, el presidente estadounidense restó importancia a las fluctuaciones en la bolsa.
"Lo que miro no son las fluctuaciones diarias de los mercados bursátiles, sino la capacidad a largo plazo de EE.UU. y de toda la economía mundial de recuperar el paso", afirmó Obama.
Según el mandatario, "las oscilaciones de la bolsa son como las encuestas en política. Si uno presta demasiada atención a sus variaciones día a día, pierde la perspectiva y fracasa en su estrategia a largo plazo".
Por su parte, Brown afirmó que es necesario un acuerdo global para hacer frente a la crisis y que permita, entre otras cosas, resolver el problema de los activos de mala calidad.
El acuerdo, agregó, también permitiría que el crédito volviera a fluir en el sistema financiero y que toda la economía recuperara la normalidad.
Los trazos de este pacto, un "New Deal" mundial similar al establecido en EE.UU. tras la Gran Depresión bajo el Gobierno de Franklin D. Roosevelt, se dibujarán, indicó el primer ministro británico, en la cumbre del G-20 prevista para el 2 de abril en Londres.
Además, Brown hizo hincapié en la necesidad de una reforma profunda del sistema regulador: "Va a haber un gran cambio", aseguró.
Los dos mandatarios elogiaron también la "relación especial" entre sus dos países. En el Reino Unido existía un cierto nerviosismo por el estado de los lazos tras la llegada de Obama a la Casa Blanca.
El predecesor de Brown, Tony Blair, mantuvo unas estrechas relaciones personales con el anterior presidente de EE.UU., George W. Bush, y con el predecesor de éste, Bill Clinton.
Brown, quien mantuvo una relación más fría con Bush, se esforzó hoy en llamar al presidente estadounidense por su nombre de pila, Barack.
Obama, quien recordó que por parte de su madre tiene gotas de sangre de las Islas Británicas, aseguró que la relación "no solo es especial, es fuerte y será más fuerte aún" durante su mandato.
Los dos líderes se han visto ya en tres ocasiones. Ambos se reunieron en Washington el año pasado cuando Obama era aún uno de los candidatos demócratas a la presidencia, y volvieron a verse en Londres cuando el actual presidente de EE.UU. efectuó una gira por Europa el verano pasado.
Durante su reunión de ayer, ambos líderes trataron también sobre Afganistán, donde EE.UU. enviará 17.000 soldados adicionales y busca que sus aliados europeos hagan lo propio.
El Reino Unido, que ya mantiene el segundo mayor contingente extranjero en Afganistán, descartó enviar más tropas.
Obama, quien no quiso responder directamente a una pregunta sobre el atentado contra el equipo de cricket cingalés en Pakistán, se declaró "muy preocupado" sobre la situación en ese país y Afganistán.
Tanto Londres como Washington "compartimos un interés profundo en garantizar que ni Afganistán ni Pakistán se conviertan en refugios para los terroristas", aseguró.
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