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Cuando la mitad de la gente quiere matar al resto

Llega a las librerías la novela 'Odio', de David Moody, que José Antonio Bayona convertirá en película

JESÚS ROCAMORA

La muerte de Ballard el pasado fin de semana ha dejado huérfanos a una legión de escritores que crecieron leyendo historias que utilizan la fantasía, las utopías y los apocalipsis radioactivos para hablar de cosas de lo más terrenal, como los sentimientos o la relación del hombre con el poder. David Moody (Birmingham, 1970) es uno de ellos. Su última novela, Odio (Minotauro) parte de un supuesto digno de la ciencia ficción old school, la de Wells y la Matheson, la que enfrenta a un personaje anónimo contra el destino de la humanidad. Un buen día, empujados por un impulso inexplicable, la mitad de la población siente el deseo irrefrenable de matar a la otra. Sin más, movidos por un odio que los divide y que les hace vivir aterrorizados, vigilando constantemente a sus propios vecinos.

En medio de un mundo paralizado, en un estado de emergencia que no parece que vaya a terminar nunca, el protagonista de la novela intentará ponerse a salvo a sí mismo y a su familia, antes de que un impulso le lleve a matar a sus propios hijos. Desde Inglaterra, y vía email, Moody se confiesa 'muy triste' por la muerte del maestro y explica que en Odio ha intentado 'desarrollar un sentimiento creciente de terror, de manera que los personajes y el lector sepan que algo malo está a punto de suceder, pero sin saber exactamente qué es, ni si tienen realmente fuerza para pararlo'.

Su historia ha llamado la atención de Guillermo del Toro, que ha comprado los derechos para su adaptación al cine. Juan Antonio Bayona (El orfanato) será el encargado de dirigirla, aunque no se espera hasta 2010 (actualmente está en preproducción).

Del Toro ha dejado, además, una cita que invita a la lectura: Odio, asegura, habla del sentimiento predominante del siglo XXI. Algo con lo que Moody está de acuerdo: 'Muchos de los momentos más bajos que ha tenido la humanidad como raza han sido conducidos por el odio. Una gran parte de la sociedad se mueve por la codicia y, cuando es otra persona la que tiene lo que desean, se vuelven contra ellos. El odio es una emoción básica, muy fácil de sentir, y creo que no cuesta demasiado hoy día. No hay más que mirar las guerras sin sentido que nos enfrentan en todas partes del mundo'.

La paranoia generalizada que revelan estos conflictos bélicos o el miedo global a los atentados ha inspirado el libro: el enemigo siempre es el vecino. El otro es la amenaza. 'Odio nació tras los hechos ocurridos en julio de 2005 en Londres, cuando un grupo de terroristas atacaron el sistema de transportes de la ciudad. Uno de los terroristas trabajaba en una escuela de primaria. La televisión mostró imágenes grabadas de él en la clase. Encontré terrorífico que alguien tan amable se hiciera saltar por los aires con la intención de matar masivamente. Que la misma persona pudiera exhibir ambos extremos en su comportamiento es una de las ideas principales de Odio'.

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