Este artículo se publicó hace 12 años.
HRW insta a las democracias del mundo a comprometerse con la primavera árabe
La organización Human Rights Watch (HRW) llamó hoy a todos los países democráticos a implicarse a fondo en el proceso transformador de la primavera árabe y a abandonar su tradicional complacencia con las dictaduras en esta región.
En la presentación mundial de su informe anual, que por primera vez se realiza en El Cairo, el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, pidió que "se acabe con la indiferencia en muchos lugares hacia los derechos de las personas en Oriente Medio y el Norte de África".
Esa indiferencia está arraigada, en el caso de Occidente, en la tradicional política de contención hacia los países árabes, donde se busca una supuesta estabilidad a través del apoyo a los regímenes autoritarios, mientras que en otras regiones se promueve la democracia.
Por ello, Roth pidió acabar con la "excepción árabe" en la defensa de los valores democráticos, lo que requerirá "un alineamiento claro con los reformistas, aunque sea a costa de abandonar a los amigos autócratas".
"Reconocemos que las revoluciones han sido obra de los pueblos árabes, pero creemos que la comunidad internacional puede desempeñar un importante papel de apoyo", recordó.
En el informe, de 676 páginas, Human Rights Watch hace un recorrido por la situación de los derechos humanos en todos los países y áreas del mundo en 2011, con un especial interés por las revoluciones de la primavera árabe, de cuyo inicio acaba de cumplirse un año.
El informe documenta abusos de los derechos humanos como violaciones de las tratados de guerra en Libia o Afganistán; los asesinatos cometidos por fuerzas de seguridad en México o la India; la represión de los disidentes en Cuba o China; o la supresión de las libertades religiosas en Arabia Saudí o Indonesia.
Sin embargo, pone el acento en los países árabes, ya que, según Roth, "no hay excusas para ningún gobierno pueda tolerar la brutal represión de Bachar al Asad en Siria, cierre los ojos a la violencia contra manifestantes en Baréin, o exima al resto de monarquías del Golfo de una presión seria para emprender reformas democratizadoras".
El director de HRW también fue crítico con la reciente ley de amnistía para el presidente yemení, Ali Abdala Saleh, aprobada ayer por el Parlamento de su país con el consentimiento de Occidente, y que " envía el mensaje a su gobierno de que no pagará un precio por seguir matando a manifestantes".
La organización también se muestra decepcionada por las grandes democracias del Hemisferio Sur como Brasil, la India o Sudáfrica por mostrar tan solo "un interés esporádico" en las revueltas árabes.
Sin embargo, las palabras más duras fueron para los regímenes dictatoriales del mundo, que "tienen miedo del precedente creado en esta región de que la gente salga a la calle para reclamar sus libertades".
"China, Zimbabue, Irán, Sudán, Uzbekistán, Cuba, Etiopía y Vietnam hacen todo lo que pueden para suprimir protestas de este tipo", zanjó Roth.
Finalmente, HRW aconsejó cuatro pasos a la comunidad internacional para apoyar a la primavera árabe: ponerse de acuerdo con el islam político cuando este represente a una mayoría, defender el derecho a la libertad de expresión, luchar contra el uso de la tortura en las autocracias, y ayudar a acabar con la impunidad que permite la represión.
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