Este artículo se publicó hace 7 años.
Diez normas contra los bulos y la información irresponsable
La PDLI presenta un decálogo de buenas prácticas periodísticas para la nueva realidad digital de la profesión, poniendo el foco en la responsabilidad, la libertad de información y la transparencia. 'Público' está entre los primeros firmantes
Madrid--Actualizado a
"Al periodista ya no le alcanza con ser riguroso e independiente. Ahora el periodista para ser responsable debe saber utilizar todas las herramientas para comunicar su mensaje en un mundo tan lleno de ruido". Con estas palabras define Giannina Segnini, directora del máster sobre Periodismo de Datos en la Universidad de Columbia (EEUU) la nueva realidad de una profesión en constante adaptación a la revolución digital, a su nueva relación con la sociedad y la lucha por ser sostenible.
Para ayudar en esa búsqueda de rumbo, la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) ha redactado un Decálogo de Periodismo Responsable, diez normas que deben servir de brújula a los medios de comunicación para esquivar los bulos, las noticias sin interés informativo que solo buscan el click y ejercer de forma sensata su influencia en la sociedad y los centros de poder.
'Público', 'eldiario.es', '20 Minutos' y 'Vozpópuli' son los primeros medios firmantes del decálogo
"Una de las claves está en no dar nada por sentado y ahora menos que nunca. Hacer periodismo pensando en que vivimos en una democracia consolidada y sin riesgos para las libertades es un error. La libertad de información hoy por hoy en este país está bastante amenazada", ha alertado Virginia Pérez Alonso, presidenta de la PDLI y adjunta a la directora de Público, en un coloquio con otros siete responsables de medios de comunicación donde se ha presentado el decálogo.
El periodismo responsable, la libertad de información y la transparencia son los pilares sobre los que la organización considera que deben pivotar las buenas prácticas de la profesión, adaptadas a los desafíos que plantea la sociedad digital. Público, eldiario.es, 20 Minutos y Vozpópuli son los primeros medios que se han comprometido a hacer suyo el decálogo que también señala sus deberes respecto a la protección de las fuentes informativas, de los derechos de las personas objeto de sus informaciones o del derecho al olvido .
"El periodismo responsable implica mucho más ahora que hace cinco, diez o veinte años", ha explicado Segnini, que dirigió un equipo pionero de periodistas e ingenieros informáticos en el diario de Costa Rica La Nación, consiguiendo importantes éxitos informativos utilizando el periodismo de datos. Una de las pruebas de ese cambio que ha vivido la profesión la ha sacado a colación Mario Tascón: "Antes cuando llegaba una exclusiva a una redacción era una fiesta. Ahora hay veces que parece que ha llegado un paquete bomba, se desencadenan las presiones, la persecución de los filtradores…"
Además de Giannina Segnini, Virginia Pérez Alonso y Tascón, socio director de Prodigioso Volcán, una compañía de arquitectura de la información y estrategias de comunicación, en el debate también han participado Juan Luis Sánchez, fundador y subdirector de eldiario.es; Eva Belmonte, subdirectora de Civio; Alejandro Laso, responsable de innovación y producto en El Confidencial; Pilar Bello, jefa de Opinión de 20 Minutos; Pablo García Mexía, doctor en derecho y letrado de las Cortes Generales; y Marilín Gonzalo, responsable de Producto en Vozpópuli. La moderadora ha sido Pilar Velasco, periodista de investigación la Cadena Ser.
Decálogo sobre periodismo responsable
1. El derecho a la información, veraz y de interés público, es una pieza básica del sistema democrático cuyos titulares son los ciudadanos. Rechazamos cualquier iniciativa o acción contra este derecho fundamental, esté prestado mediante la intervención de medios, periodistas profesionales o cualquier otra persona.
2. Por lo tanto, reconocemos el derecho de todos los ciudadanos a informar e informarse por cualquier medio o canal.
3. La información no es una mera materia prima para el negocio: la labor de los medios es fundamental para el desarrollo de la democracia y debe guiarse por principios éticos y de respeto por la verdad.
4. La tecnología es una aliada para la libertad de expresión y la diseminación de discursos plurales, además de para la existencia de nuevos medios de comunicación de contacto directo con sus audiencias y comunidades.
5. Las redacciones deben dotarse de mecanismos sofisticados para redoblar esfuerzos en la verificación de noticias para evitar la diseminación de bulos o informaciones falsas generadas por intereses ocultos. Señalar la mentira se ha convertido en una necesidad y en una labor periodística en una sociedad sobreexpuesta a infinidad de creadores de información.
6. El periodista y los gestores de medios de comunicación deben ser conscientes de su poder para influir sobre la política, la economía y también sobre las vidas de las personas que aparecen en sus informaciones. En un tiempo donde la información permanece y el archivo digital es siempre accesible, el impacto se multiplica.
7. Los medios tenemos derecho a conocer el impacto que el “derecho al olvido” produce sobre la información que decidimos divulgar a través de Internet. En particular, tenemos derecho a ser notificados acerca de los contenidos bloqueados o eliminados en aplicación del “derecho al olvido” por parte de motores de búsqueda y otras plataformas en línea, como redes sociales. Una vez seamos informados de las medidas adoptadas, nos comprometemos a hacer un uso responsable de esa información.
8. La transparencia, el derecho de acceso y la rendición de cuentas de los poderes públicos son parte inseparable de la libertad de información y como medios y periodistas tenemos la obligación de exigirlos.
9. Lo mismo ocurre con la protección de las fuentes informativas, incluyendo, de forma particular, a alertadores (“whistleblowers”) y denunciantes, para lo que es necesario contar con tecnología que ayude a garantizar la confidencialidad de los mismos.
10. Los medios y periodistas deben comprometerse a atender con diligencia y celeridad los derechos de las personas objeto de información y de sus comunidades de lectores/audiencia: rectificación, acceso y participación en el caso de medios públicos, a ser escuchados y a proteger su honor y dignidad, en particular de colectivos vulnerables.
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