Este artículo se publicó hace 15 años.
Cuba dice arresto de contratista ilustra la hostilidad de Obama
La detención de un contratista del Gobierno estadounidense que repartía teléfonos satelitales a opositores en Cuba demuestra la hostilidad de Barack Obama hacia la isla, dijo el domingo el presidente cubano Raúl Castro.
Según el Departamento de Estado estadounidense, el último traspié en medio siglo de accidentadas relaciones de Cuba y Estados Unidos ocurrió el 5 de diciembre pero no había sido comentado aún por La Habana.
"Crece el aliento a la subversión abierta y encubierta contra Cuba", dijo Castro en un discurso ante el Parlamento.
"El enemigo está tan activo como siempre, muestra de ello es la detención en días pasados de un ciudadano norteamericano (...) que se dedicaba al abastecimiento ilegal con sofisticados medios de comunicación vía satélite a agrupaciones de la 'sociedad civil' que (ellos) aspiran a conformar en contra de nuestro pueblo", añadió.
Castro no dijo si presentarían cargos contra el contratista.
Pero su arresto podría entorpecer las difíciles relaciones entre los enemigos de la Guerra Fría, que Obama prometió relanzar este año.
Los teléfonos satelitales que permiten transmitir voz y datos fuera de las redes controladas por el Estado están prohibidos en Cuba.
Cuba considera a los disidentes "mercenarios" a sueldo de Estados Unidos.
El Departamento de Estado dijo a comienzos de esta semana que la persona arrestada en La Habana no era funcionario del Gobierno y que habían pedido a Cuba acceso a él.
"Todavía estamos esperando una respuesta", dijo a Reuters la portavoz de la sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, Gloria Berbena.
La empresa estadounidense Development Alternatives Inc., que dice tener un contrato federal para realizar operaciones en Cuba, dijo esta semana que el hombre arrestado era un "subcontratista" empleado "para asistir a organizaciones de la sociedad civil" en la isla.
"CAMPAÑA ANTICUBANA"
Obama distendió este año las relaciones con Cuba, eliminando las restricciones a las visitas familiares y suavizando levemente el embargo comercial de 47 años.
Y aunque Castro reconoció inicialmente una nueva actitud por parte de Washington, el domingo acusó a la administración Obama de continuar interfiriendo en los asuntos domésticos de la isla al apoyar y financiar grupos de disidentes igual que gobiernos anteriores.
"En los últimos meses se ha desplegado una concertada campaña anticubana orquestada por el establishment norteamericano (...) con el objetivo de hacer ver que crece la represión en el país", dijo, acusando de complicidad a diplomáticos occidentales.
"Aconsejo a unos y otros que cesen las provocaciones de todo tipo", dijo, arrancando un aplauso al Parlamento.
"Luego exclaman con cinismo que hemos retomado un discurso de Guerra Fría y antinorteamericano; nos agreden y nos reclaman que nos quedemos con los brazos cruzados", añadió.
Partidarios del Gobierno cubano apoyados por hombres de pelo rapado y walkie-talkies disolvieron el 10 de diciembre a gritos y empujones pequeñas manifestaciones de disidentes con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos.
Analistas políticos creen que el arresto del contratista puede entorpecer el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, pero difícilmente lo haga descarrilar.
Castro reiteró el domingo que Cuba está dispuesta a dialogar con Estados Unidos para solucionar sus problemas, pero de manera respetuosa y sin sombras para la soberanía de la isla.
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