Este artículo se publicó hace 16 años.
Carla Bruni-Sarkozy, "epidérmica" de izquierdas, votaría por su marido
La primera dama francesa, Carla Bruni-Sarkozy, se define como "epidérmica" de izquierdas, aunque votaría a su marido si se volviera a presentar, según revela en una entrevista que hoy publica el diario "Libération".
"Mis reflejos epidérmicos son de izquierdas. No es una ideología ni un sistema. No soy una militante, nunca lo he sido. Creo que las personas que están completamente de un lado o del otro no piensan con una parte de su cerebro", afirma la ex modelo y cantante Carla Bruni.
Deseosa de "hacer algo" para reducir la distancia entre la derecha que representa su marido y el mundo de la cultura, Carla Bruni-Sarkozy cree que "hay gente extremadamente cultivada de derechas y, sin duda, ignorantes de izquierdas". "Yo soy de estos últimos, de los ignorantes", dice.
"Quizá pueda ayudarle (al presidente) para comunicar mejor las cosas que quiere, para dar un mayor espacio a la cultura", asegura.
La primera dama pretende respetar la tradición de su función y, al tiempo, darle un toque de modernidad, porque si sus deberes fueran "exclusivamente los de una esposa" sería "un sistema falocrático".
"La tradición es representar a las mujeres francesas, a los franceses, a Francia. Soy una mujer moderna, pero las tradiciones no son modernas", asegura Carla, que no osaría "hacer cosas que chocaran a la gente".
De la rival de su marido en las pasadas Presidenciales, la socialista Ségolène Royal, la primera dama afirma que no le gusta "su voz" porque no le dice "nada", pero confiesa admirar "que una mujer sea candidata".
"¿Aprecio sus ideas? Sería preciso que las dijera", asegura.
Ferviente opositora del proyecto de obligar a someter a test de ADN a los inmigrantes candidatos a la entrada en Francia por reagrupamiento familiar, la esposa del presidente se niega a criticar la política de inmigración del Gobierno de su marido, "no por no perjudicarle, sino por miedo a ser una nulidad".
"Creo que es trágico ser reconducido a la frontera cuando se busca una tierra de asilo, un lugar para reconstruir su vida. Pero es extremadamente complejo legislar sobre inmigración", afirma.
Aunque asegura haber solicitado la ciudadanía francesa hace pocos meses, porque antes no sintió necesidad de hacerlo, Carla Bruni-Sarkozy se considera "simbólicamente francesa".
A los franceses los define como "un pueblo bastante nostálgico, muy literario y también bastante poco musical".
Bruni-Sarkozy reconoce que el encuentro con su actual marido le hizo entrar "en un mundo completamente desconocido, el mundo de la gente conservadora", que se vio sorprendida por la llegada "de una mujer que no era francesa, no estaba casada, era libre de ser quien era y tenía un hijo".
"Mi marido no ser corresponde con la idea que yo tenía de los conservadores. No es en absoluto conservador. No se corresponde con una parte de las personas que componen su partido", asegura.
La primera dama dice no ser consciente de que su llegada al Elíseo ha supuesto un cambio en la imagen de su marido, más sobria y presidencialista que en los primeros meses de mandato, ni de que eso forme parte de una estrategia de comunicación ante la caída en los sondeos del jefe del Estado.
"Si la opinión es una cosa de superficie, sí, puedo ayudar. Si es una cosa de fondo no. Por el momento no hago nada de fondo. Si algún día lo hago espero que sea para ayudar a la gente, no sólo por la imagen", dice.
En cuanto a su tercer disco, que será lanzado el próximo día 11, Carla Bruni afirma que al hacerlo se sumergió en su "núcleo íntimo", reconoce que algunas canciones fueron "desarrolladas" tras el encuentro con su marido pero que fueron escritas antes.
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