Este artículo se publicó hace 16 años.
Bigelow aspira a sumergir al espectador en Irak con su película
Por Lucila Sigal
La directora estadounidense Kathryn Bigelow presentó en el Festival de Cine de Mar del Plata su última película, "The Hurt Locker", que retrata la vida sobre un grupo de expertos en desactivación de bombas en Irak, y dijo que quería mostrar la cara humana de un tema poco tratado en su país.
En su primera película en seis años, Bigelow explora el sentimiento de adrenalina que vive una brigada de tres soldados experimentados, liderada por un comandante imprudente que asume más riesgos de los que le corresponden cuando se da cuenta que jugar con la muerte es lo único que lo hace sentirse vivo.
"The Hurt Locker" inauguró el festival argentino, que tiene lugar en una localidad turística ubicada 400 kilómetros al sur de Buenos Aires y se extenderá hasta el 16 de noviembre.
"Me acerqué a esto desde la observación de un conflicto poco tratado y el hecho de que haya un componente psicológico particular en él fue un elemento que ciertamente puso el conflicto a un nivel dramático", dijo Bigelow en una entrevista con Reuters y dos medios locales.
La directora realizó su película basándose en el guión del periodista Mark Boal, quien estuvo de Irak siguiendo a un grupo de expertos en desactivación de bombas, una de las tareas más peligrosas para un ejército.
"Es una profesión de tan alto riesgo que eligen personas que no sólo puedan trabajar bajo situaciones estresantes sino también casi disfrutar su trabajo en una situación de mucho estrés", señaló Boal, quien también participó en la entrevista y junto a Bigelow fue productor de la película.
CRUCE ENTRE REALIDAD Y FICCION
Bigelow, para quien esta película es la primera desde el drama "K-19: The Widowmaker", de 2002, contó que buscó intencionalmente un cruce entre la realidad y la ficción.
La película, que fue rodada en Jordania con una mayoría de refugiados iraquíes, sumerge al espectador en una experiencia que le lleva a sentir lo que afrontan los soldados cada día en Irak y muestra cómo la paranoia los persigue cuando ven una posible bomba en cada pila de escombros, coche o peatón.
"Quería que la audiencia tuviera una mirada empírica sobre este conflicto, que sienta que es el cuarto hombre en el Humvee (vehículo militar), que tiene las botas en el terreno para sentir una aproximación a la guerra. Tratamos de hacerlo lo más realista posible", indicó la realizadora.
"Me pareció emocionante la oportunidad de trabajar con autenticidad y verdad (...) Como directora, traté de dejar que el material hablara por sí mismo", agregó.
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