El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, explicó que no tiene intención de dimitir, a pesar de que así se lo piden desde varios frentes, en unas declaraciones que publica hoy el diario "Corriere della Sera".

"Seguiré adelante y en breve hablaré al país", dijo Berlusconi, quien ayer se reunió por sorpresa con el jefe de Estado, Giorgio Napolitano.

Berlusconi indicó, en sus declaraciones al diario milanés, que durante la reunión quiso tranquilizar a Napolitano y explicarle que "el Gobierno está trabajando" y que ha decidido "seguir adelante".

"No puedo -añadió- hacer caso a las expectativas de la oposición o de los medios, así que seguiré adelante mientras tenga la mayoría en el Parlamento".

Antes de su reunión con Napolitano, Berlusconi se entrevistó con el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, para asegurarse de que hoy tendrá su apoyo en la votación que se celebrará en la Cámara de los Diputados sobre el arresto del diputado Marco Milanese, del partido gubernamental Pueblo de la Libertad.

La Liga Norte ha dado libertad de voto, que será secreto, por lo que se podría dar que la Cámara de los Diputados autorizase el arresto de Milanese, acusado de corrupción, lo que demostraría que el Gobierno no tiene la mayoría.

Los partidos de la oposición han vuelto a pedir en los últimos días la dimisión de Berlusconi a raíz de la publicación de sus conversaciones sobre sus fiestas privadas y por la situación de la economía del país, después de la rebaja de la calificación de su deuda por Standard & Poor's (S&P).

A la petición de dimisión se ha sumando también el diario económico "Il Sole 24 Ore", que en un editorial de su director, Roberto Napoletano, instó a Berlusconi a dejar su cargo "si verdaderamente ama Italia".

La presidenta de la patronal italiana (Confindustria), Emma Marcegaglia, por su parte, pidió al jefe del Gobierno que "comience a realizar reformas, aunque sean impopulares, o se vaya a casa".

En sus declaraciones al "Corriere della Sera" sobre la publicación de las escuchas con sus conversaciones, Berlusconi dijo: "No tengo que pedir perdón por nada. Es mi vida. Son los demás, los magistrados, los que la han violado sin derecho alguno".