Este artículo se publicó hace 16 años.
La baja participación y el acoso a la población marcan las presidenciales en Zimbabue
Una baja participación de votantes y el acoso a la población por parte del gobierno de Robert Mugabe, caracterizaron la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas hoy en Zimbabue.
Mugabe participó en solitario en estos comicios debido a que su rival, el líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, se retiró el pasado domingo a consecuencia de la campaña de intimidación contra sus seguidores que incluyó ataques y asesinatos llevada a cabo por el Gobierno.
A primera hora de la mañana, tan sólo una decena de personas esperaban la apertura de los colegios electorales más céntricos de Harare para poder votar, mientras que en otras localidades se comenzó a recibir votantes una hora después de su apertura a las 07.00 hora local (05.00 GMT).
Esto contrastó con la jornada de la primera ronda, el pasado 29 de marzo, en la que horas antes de la apertura de los colegios, cientos de personas esperaban su turno para votar.
El gobierno de Zimbabue trató de minimizar la escasa asistencia de electores e informó a través de la radio nacional acerca de una "respuesta masiva" en las provincias de Mashonalandia y Manicalandia, feudos tradicionales de la gubernamental Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF).
Durante todo el día, grupos de militantes de la ZANU-PF dirigidos por veteranos de la guerra de independencia de Zimbabue y otras unidades paramilitares leales al Gobierno recorrieron las calles de Harare acosando a los transeúntes para que concurrieran a votar, según pudo constatar Efe.
En el distrito trabajador de Mbare de esta capital, que tradicionalmente apoya a Tsvangirai, el grupo "Chipangano" (Nuestro acuerdo, en idioma shona), perteneciente al ala juvenil de la ZANU-PF, fue casa por casa para obligar a la barriada a concurrir a las urnas.
No se recibió información acerca de agresiones, pero algunos votantes, que pidieron el anonimato, admitieron que la presión era muy fuerte y tuvieron que votar por Mugabe por que los funcionarios de la ZANU-PF en los colegios exigían ver las papeletas antes de que fueran introducidas en las urnas.
Poco antes de que abrieran los colegios electorales, Tsvangirai hizo un llamamiento al boicot de las elecciones, aunque puntualizó que la gente debía votar si sentían que sus vidas corrían peligro.
"Si es posible, os pedimos que no votéis", dijo Tsvangirai en una carta que el MDC hizo circular en Harare y otros centros urbanos del país, "Pero si os veis obligados a votar por Mugabe porque vuestras vidas están en peligro, hacedlo", añadió.
El líder opositor subrayó en el documento que la población no debe preocuparse de los resultados de esta segunda vuelta de las presidenciales.
"Cualquiera sea el resultado, el mismo no será reconocido por el mundo. No importa que seáis forzados a votar por Mugabe, nosotros sabemos lo que tenéis en el corazón. No arriesguéis vuestras vidas. La victoria del pueblo podrá ser demorada, pero no será negada", afirmaba la misiva de Tsvangirai.
Por la tarde, el líder opositor ofreció una conferencia de prensa, durante la cual tildó esta fase de las elecciones de "una farsa" organizada por Mugabe para tratar de legitimar su gobierno.
"Esto es una farsa organizada por una dictadura que trata desesperadamente de legitimarse, pero puedo asegurarles que no hay nada legítimo en estas elecciones", dijo Tsvangirai, quien instó a la comunidad internacional a rechazar el resultado de esta ronda de los comicios, la que, afirmó, "niega la voluntad del pueblo zimbabuense".
Tsvangirai resultó vencedor en la primera vuelta de las presidenciales pero, según la Comisión Electoral de Zimbabue (ZEC), organismo nombrado por el gobierno de Mugabe, no obtuvo el número de votos para una mayoría directa y era necesaria la celebración de una segunda ronda.
El dirigente de la oposición manifestó asimismo su beneplácito porque la Unión Africana (UA) y la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC) han reconocido que la segunda vuelta de las elecciones no puede dar un resultado creíble.
El Comité de Seguridad de la SADC, presidido actualmente por Tanzania, también titular de turno de la Unión Africana (UA), pidió este miércoles que la votación fuera pospuesta ya que la reelección de Mugabe, que ocupa el poder ininterrumpidamente desde la independencia de Zimbabue en 1980, no tendrá legitimidad debido a la violencia que impera en el país.
Mugabe rechazó las críticas diciendo hoy a través del diario gubernamental "The Herald" que "ningún país del mundo puede dictar cómo Zimbabue debe celebrar sus elecciones".
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