Taylor Swift: otro caso de acoso y ‘deepfake’ contra las mujeres
La artista, que acaba de anunciar el lanzamiento de su nuevo álbum ‘The Tortured Poets Department’, empezó el 2024 con un acosador en la puerta de su casa y ahora ha denunciado la existencia de fotografías íntimas de su cuerpo creadas por inteligencia artificial.
Todo el mundo debería estar hablando de Taylor Swift por hacer historia en los Grammy y por el anuncio de su nuevo disco, The Tortured Poets Department, que llegará el próximo 19 de abril. Pero no todo están siendo alegrías para la artista en estos primeros días del 2024. Enero terminó con la detención de un acosador y la difusión de fotografías de carácter sexual en Twitter.
Todo empezó el sábado 20 de enero, cuando un hombre llamado David Crowe fue detenido por espiar la casa de Swift de Nueva York e intentar entrar en ella. Al acosador no le bastó con que la policía lo llevara a comisaría. Cinco días más tarde, volvió a ser arrestado de nuevo por la misma razón después de que unos vecinos alertaron a la fuerzas de seguridad. Dos horas más tarde, no se le ocurrió otra cosa que dirigirse de nuevo a los alrededores de la casa.
La policía detuvo a Crowe (¡una tercera vez!) por un cargo de desacato penal. Tendrá que cumplir una orden de alejamiento que protegerá a la cantante, aunque la policía le ha recomendado a Swift que siga alerta. “Está obsesionado con ella y no puede mantenerse lejos de donde vive. Estamos haciendo todo lo posible para protegerla”, compartieron fuentes policiales a los medios estadounidenses.
No es la primera vez que Taylor Swift sufre el acoso de algunos hombres en su propia casa.
Un precio que nadie debería pagar
“Es el precio de la fama”. No han sido pocas las veces que hemos escuchado que las celebridades, por ser consideradas figuras públicas, se exponen a este tipo de situaciones a lo largo de su vida. La cuestión es que nadie debería ver en peligro su integridad y seguridad, ni siquiera Taylor Swift. La realidad, sin embargo, es bastante distinta.
En 2018, un hombre de 23 años llamado Roger Alvarado fue detenido por entrar en el apartamento de la cantante. No solo se coló en la vivienda, sino que se dignó a darse una ducha y acostarse en la cama de la intérprete de Antihero. Suerte que ella no estaba dentro. Por este delito, lo condenaron a seis meses de prisión, cinco años de libertad vigilada y tuvo que someterse a un tratamiento psiquiátrico para superar su obsesión por la cantante. Un mes después de salir de la cárcel, Alvarado volvió a colarse en la casa. En 2020, finalmente fue condenado a cuatro años de cárcel.
Ese mismo año, otro hombre de 30 años llamado Eric Swarbrick fue condenado a dos años de prisión después de enviar decenas de cartas y correos electrónicos con contenido violento y sexual dirigidos a la artista.
También en España
Ansiedad, depresión, miedo, angustia, aislamiento social… Las consecuencias de sufrir una situación de acoso de estas características son infinitas. A algunas mujeres no les queda más remedio que dejar a un lado su vida profesional para preservar su seguridad. Fue el caso de la ilustradora Paula Bonet, que en 2022 compartió en sus redes sociales la decisión de limitar su presencia pública después que el hombre que la acosaba fuera puesto en libertad.
Bonet interpuso una demanda contra este hombre en 2020, quien durante varios meses se presentó repetidamente a las puertas del taller donde ella trabajaba y la persiguió en presentaciones y actos públicos. La artista logró una orden de alejamiento, pero en septiembre de 2021 el hombre se la saltó y volvió a presentarse en su lugar de trabajo. Este suceso le llevó a ser detenido e ingresado en prisión por delitos de acoso, amenazas de violación descuartizamiento y muerte, y quebrantamiento de medidas cautelares.
Sin embargo, en junio de 2022, el acosador acabó en libertad. “A pocos días de la celebración del juicio, ha salido en libertad el hombre que me ha estado acosando, motivo por el cual, para preservar mi seguridad, he de limitar mi presencia pública, tal y como se me ha aconsejado”, compartió entonces Bonet en su Instagram (una publicación que ya no puede encontrarse en su perfil).
El caso de Bonet se suma al de Candela Peña, que denunció a una mujer por enviarle mensajes amenazantes contra ella y su hijo de diez años; al de Aitana, que tuvo que pedir a la prensa que dejara de seguirla hasta casa porque varios hombres aparecían por las noches; o del Laura Escanes, que tras su ruptura con Risto Mejide denunció que personas desconocidas y paparazzis la seguían cada día por la calle.
‘Deepfake y violencia machista
El problema es que el acoso no se queda en la calle y continúa también en las redes sociales. Taylor Swift tampoco se ha librado de este tipo de violencia en los primeros días del 2024. A finales de enero, un usuario de Twitter compartió varias imágenes de la cantante de carácter sexual generadas por inteligencia artificial.
Las swifties iniciaron rápidamente una campaña para compartir contenido positivo de la cantante y compensar la propagación de aquellas fotografías. No sirvió de mucho: uno de los posts se eliminó 17 horas después de haberse publicado, pero consiguió más de 45 millones de visualizaciones, según apunta The Verge. Su filtración obligó a varias redes sociales a eliminar la posibilidad de buscar “Taylor Swift inteligencia artificial” o “Taylor Swift IA”.
Lo mismo le ocurrió a Rosalía hace casi un año, cuando una imagen manipulada de su torso se viralizó en Internet. Ya lo explicamos entonces: estos contenidos generados por inteligencia artificial son un problema de violencia machista y, como en muchos otros ámbitos, al final las mujeres son las víctimas más vulnerables. Según uno de los últimos informes sobre deepfakes, la pornografía generada con IA constituye el 98% de todos los vídeos deepfakes que hay actualmente en Internet. Para sorpresa de nadie, el 99% de los individuos que aparecen en esos vídeos son mujeres.