¿Irse a Bluesky o quedarse en X? El debate está servido
Existen varias alternativas. Threads o Mastodon son algunas de las que más usuarios han ganado en los últimos años. Sin embargo, Bluesky parece estar perfilándose como la gran alternativa a X, superando ya los 20 millones de usuarios.
Tras la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones de Estados Unidos, la plataforma de Elon Musk ha sufrido grandes bajas. Miles de usuarios han decidido abandonar la antigua Twitter acusándola de difundir desinformación y alimentar bulos a través de bots, así como de haberse convertido en una plataforma tóxica para aquellos que la utilizan.
Desde que la red social de la mariposa azul empezó a ganar popularidad, el debate entre dejar la plataforma de Musk o quedarse como forma de resistencia también comenzó a ganar peso. ¿Qué defiende exactamente cada bando?
Opción A: Dejar de publicar / Marcharse a Bluesky
En las últimas semanas, medios como The Guardian o La Vanguardia han abandonado la red social de Musk como “forma de protesta”. Tanto el diario británico como el español han argumentado que, desde que el magnate se hizo con el poder de X, la plataforma ha mutado en una red de desinformación. Preocupados por el rigor y la veracidad, ambos consideran que dejar de publicar tuits es la mejor opción.
La posible interferencia de Musk en su plataforma lleva años siendo estudiado [el millonario compró Twitter en 2022], pero alcanzó su máximo interés durante los comicios estadounidenses celebrados a principios de noviembre de este año. Las últimas investigaciones empiezan a alertar de la situación. El último estudio sobre el algoritmo de Twitter sugiere que Musk favoreció las cuentas pro Trump en X meses antes de las elecciones en EE.UU, algo que irremediablemente habría influido en la reelección del expresidente.
No son solo los medios de comunicación los que han decidido dejar de publicar. Usuarios de a pie creen que dejar de ocupar X y marcharse a Bluesky es una buena alternativa. Allí esperan encontrar un lugar menos hostil, donde el algoritmo no esté tan predefinido y puedan consumir contenido afín.
Opción B: Hacer resistencia en X
En el otro bando, están aquellos usuarios que, pese a saber que la antigua Twitter ya no es lo que era, creen que merece la pena quedarse. Estos entienden que seguir publicando tuits como hasta ahora es también una “forma de resistencia”.
Abandonar X envía un mensaje fuerte sobre nuestros principios: estamos en contra de la desinformación y la hostilidad. Pero, al mismo tiempo, también puede limitar nuestra capacidad para combatir esta situación. ¿Dejar de utilizar esta plataforma no sería también una forma de rendirse y perder la oportunidad de contrarrestar la desinformación en tiempo real, por ejemplo? Nos guste o no, X sigue siendo crucial en la batalla por la verdad.
En este sentido, compañeros del sector periodístico aprovecharon el éxodo a Bluesky para poner sobre la mesa otra cuestión. ¿Tiene sentido que los medios dejen de publicar en X, pero sigan haciéndolo en otras plataformas donde también circula la desinformación a sus anchas? El debate, desde luego, está servido.
Empiezan los líos legales
El importante crecimiento de Bluesky en las últimas semanas empieza a encontrarse de lleno con los primeros líos legales, tal y como ha recogido la agencia Reuters. La plataforma estaría infringiendo la normativa de la Unión Europea al no revelar datos importantes, según declaró Thomas Regnier, un portavoz de la Comisión Europea, en una reunión celebrada este lunes. En concreto, Regnier se refería a la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés).
“Todas las plataformas de la UE, incluso las más pequeñas que están por debajo del umbral, como es el caso de Bluesky, tienen que tener una página dedicada en su sitio web donde se diga cuántos usuarios tienen en la UE y dónde están legalmente establecidas. Este no es el caso de Bluesky a día de hoy”, señaló el portavoz. También declaró que, dado que Bluesky se encuentra por debajo del umbral y no está clasificada como Plataforma Muy Grande para la DSA, la Comisión aún no se ha puesto en contacto con la empresa. En su lugar, se ha puesto en contacto con los 27 gobiernos nacionales para comprobar “si pueden encontrar algún rastro de Bluesky”.
Si la plataforma de la mariposa sigue creciendo, tendrá que cumplir con las regulaciones más estrictas en la UE, una situación que incluiría nuevas obligaciones legales y de transparencia.