Este artículo se publicó hace 2 años.
'Monotonía' vs 'Despechá': dos temazos para analizar las fases del duelo por ruptura
Helena Celma
-Actualizado a
La música es uno de los lenguajes más universales del mundo. Existe una gran diversidad de temas con los que crear canciones, aunque el amor y el desamor son dos de los temas más comunes. Se ha escrito sobre ellos desde todos los ángulos posibles, desde la felicidad más pura por estar con la persona que amamos hasta la tristeza más profunda porque nos han roto el corazón. Precisamente, dos de los temas que más suenan en la radio en estos días son Despechá de Rosalía y Monotonía de Shakira.
Estos dos éxitos mundiales tienen el desamor como tema central, pero enfocado desde puntos de vista muy distintos. La artista catalana saca a relucir su rabia y muestra cómo esa persona forma parte ya del pasado, una etapa a la que no quiere volver ni aunque le pagaran.
Por otro lado, la cantante colombiana muestra una perspectiva mucho más dolorosa, más vulnerable.
Las fases del duelo
Ambas canciones tocan el lado amargo del amor y nos sirven para analizar las fases del duelo. Stephen Gullo y Connie Church dividían este proceso en seis etapas a lo largo de su libro “El shock sentimental: cómo superarlo y recuperar la capacidad de amar”.
El shock: el momento posterior a la ruptura, en el que nos sentimos desorientados porque aún no entendemos qué ha pasado y cómo ha cambiado todo hasta llegar a poner punto y final a una relación.
La pena: más allá de romper la relación con una persona, también se le da un portazo a un proyecto común de vida y eso es tremendamente doloroso. Por lo tanto, esta fase es probablemente una de las más complicadas, tanto que hay gente que se queda anclada a ella porque no puede superarla, llegando a desarrollar incluso una depresión en los peores casos.
La culpa: cuando la pena más profunda va desfilando, no podemos evitar preguntarnos si fue nuestra culpa que todo acabara. Es el momento del análisis profundo de la relación.
La resignación: es el momento en el que cierras la puerta de forma definitiva a una posible reconciliación, el momento de decir adiós. Es muy complicado, quizá el paso más difícil de todos, pero es el que más aligera la mochila sentimental.
La reconstrucción: la pena comienza a ser del pasado y es momento de salir, de mejorar, de dedicarse tiempo a uno mismo, conocer gente e incluso volver a sentir maripositas en el estómago por alguien.
La resolución: si has llegado aquí, puedes decir que has superado por completo el duelo por la ruptura, y que recordar la relación ya no es motivo de dolor.
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Monotonía, un dolor incrustado en el pecho
La canción de Monotonía, estrenada hace tres semanas, habla desde la fase de la pena, pero también desde la culpa y la resignación. Vamos por partes. No hay más que ver la estética del vídeoclip para ver que Shakira se representa como a alguien que le han roto y aplastado (literalmente) el corazón. Llora, le hacen un agujero en el pecho, camina por las calles buscando de nuevo su órgano vital mientras la gente lo pisotea mientras camina.
De hecho, la psicóloga Claudia Nicolasa hace un extenso análisis en su canal de Youtube de la letra y el vídeo, y analiza detalles interesantes como el inicio del vídeoclip, en el que Shakira está haciendo la compra, un acto completamente rutinario que simboliza la monotonía.
Pero más allá de todo el dolor que se representa, el tema es claramente un análisis de la relación, algo que sucede en la fase de la culpa y de buscar quién lo ha hecho mal de los dos para llegar hasta este desenlace tan trágico. “Tú distante con tu actitud/ y eso me llenaba de inquietud. / Tú no dabas ni la mitad/ pero sí sé que di más que tú” , canta Ozuna en sus versos, quien acompaña a la colombiana en esta colaboración.
Shakira deja claro en la canción que su tristeza y de quién fue la culpa de la ruptura, pero también hace un ejercicio de fuerza y se muestra firme en cerrar la puerta a una posible reconciliación: “Es mejor que esto se acabe ya/ no me repitas la movie otra vez que eso ya lo vi/ que yo te quiero, pero es que me quiero más a mí”.
Una fase del duelo no es como una pantalla de un videojuego en la que se pasa de una a otra de forma automática, si no que se pueden ir entremezclando algunas fases con otras, porque se puede estar triste pero saber cerrar la puerta para alejar a esa persona y no volver a sufrir, y esta canción así lo demuestra.
Despechá, una oda para enviar a alguien a tomar viento
El despecho es el “resentimiento o disgusto que siente una persona debido a un desengaño o a una ofensa y que la impulsa a obrar vengativamente”, según la definición de Oxford Languages. Por lo tanto, el tema de Rosalía habla desde el punto de vista de la venganza, del desdén.
Si nos fijamos en el primer párrafo, lo que deja claro es que quiere estar todo lo alejada posible de la persona que le ha hecho daño, ya que necesita cortar el contacto para dejar de estar mal. Para rehacerse, lo que hace es apoyarse en sus amigas, intentando pasarlo lo mejor posible: “Baby, no me llames/que yo estoy ocupada olvidando tus males/ Ya decidí que esta noche se sale/con todas mis motomamis, con todas mis gyales”. En el fondo, todos somos Rosalía, porque, ¿quién no se ha ido de fiesta cuando le han roto el corazón para olvidarse de todo?
Rosalía tiene claro que no va a volver jamás con esa persona: “Yo ando despechá, alocá/ que Dios me libre de volver a tu lado”. Además, lo reafirma más tarde cuando dice “que esta motomami ya no está para ti”. De hecho, el psicólogo David Vallejo, conocido en TikTok como @psico_thing, explicaba en uno de sus vídeos que “si terminas una relación de pareja, el contacto con esa persona te hará sumergirte en el dolor y en una dinámica completamente destructiva”, así que lo que se debe hacer tras romper con alguien es alejarse, y Rosalía lo sabe.
Por lo tanto, el enfoque de esta canción se sitúa en la fase de la reconstrucción, en el que el daño ya no es reciente y ya comienza a invertir tiempo en salir y otras actividades varias con las que cerrar la puerta.
Rosalía ha optado por un videoclip que refuerza esta idea. Se ve a la intérprete en la playa disfrutando del verano. La pena ha desaparecido, y ha llegado de nuevo el momento de ser feliz.