Naiara acelera y gana la carrera en Operación Triunfo
La zaragozana se proclamó vencedora en la gran final del talent show con el 49% de los votos. Paul Thin y Ruslana fueron el segundo y tercer clasificado de la duodécima edición.
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"La tele es como el amor: no es lo mismo verla que hacerla", sentenció Mateo Vergara, el mítico animador de Gestmusic, minutos antes de que arrancara la gran final de Operación Triunfo (OT) 2023. Esta frase ―tan contundente como cierta―solo quería servir de introducción para contar al público las reglas del juego: móviles apagados, logotipos de marcas fuera de plano y absoluta entrega a las indicaciones del regidor. Sin embargo este veterano que lleva más de dos décadas levantando a las gradas supo resumir con la sabiduría de quien ha observado centenares de formatos de éxito fuera de los focos cuál es la verdadera esencia de este talent show.
En OT no vale con tener una técnica vocal extraordinaria, una presencia escénica imponente y superarse semana tras semana. Además de todo eso, hay que derrochar carisma y conquistar a las audiencias más allá de las galas. En resumidas cuentas, hay que llevar sangre de animal televisivo corriendo por las venas... Y Naiara siempre tuvo eso, el pack completo. "Quien tenga miedo a morir que no nazca", contestó la zaragozana a la directora de la Academia, Noemí Galera, cuando en los días previos a la gala definitiva les dio el consejo ―mitad de madre, mitad de mentora ― a los triunfitos de que no amortizaran la fiesta posterior con demasiados excesos. Aún sin saberse reina de la edición, Naiara ya dejaba sembrada su impronta.
La maña podría haber encarnado a una nueva generación del personaje del universo de Bigas Luna que encumbró a Verónica Echegui en Yo soy la Juani: una orgullosa poligonera que no ha tenido problema en hablar sobre su pecho operado, su Audi tuneado y ha terminado convirtiendo en grito de guerra ese "¡Acelera!" que acompaña con el gesto de arranque de una motocicleta. Nunca se ha avergonzado de ser quien era y, por si esa gesta fuese pequeña, ha demostrado ser mucho más de lo que rezan las etiquetas. En actuaciones anteriores como Tómame o déjame o La gata bajo la lluvia, Naiara ya demostró que podía hacer lo que le diera la gana con su torrente de voz; pero a la gran final de OT se viene a servir y no había mejor manera de coronarse que interpretar Sobreviviré y medirse en altura con Mónica Naranjo, una de las miembros del jurado más implacables que ha tenido Operación Triunfo, con permiso de Concha Buika.
En esta ocasión, Rosa, la responsable de vestuario, le regaló un estilismo compuesto por botas 'over the knee', maxicinturón y unos mitones negros que acompañaban a una voluminosa sobrefalda a juego con un body de raso verde oliva que dejaban ver sus tatuajes y la envolvían con el dramatismo de las divas. Cualquiera que diga que no imaginaba que la gala terminaría con ella como portadora del cheque de los 100.000 euros, probablemente miente.
Paul Thin, el (casi) triunfo de una legión diferente
"Vas a representar a los que nos han elegido los últimos para jugar a fútbol porque se nos daba mal, o a los que no nos invitaban a las fiestas", (...) "es el momento de la revancha de todas esas personas a las que nos elegían las últimas", pronosticó Abril Zamora, la profesora de interpretación, cuando el granadino quedó en la cuerda floja en la primera gala del nuevo año. Paul diría más adelante que la primera nominación lo despertó y la segunda, le hizo encontrarse.
Thin se sentía "raro" y lo es. Es una de esas flores exóticas y extravagantes que es inevitable que te embelesen. Ya se lo dijo Cris Regatero, miembro del jurado: "Eres una de esas personas que hacen que la gente se enganche a la música". Así pasó la primera vez que pisó las tablas de OT con su actuación Way Down We Go de Kaleo y quizás uno de los momentos más hermosos de esta gala final fue verlo regresar a ese origen para descubrir que ya estaba todo ahí.
Con un 26% de los votos, Paul se hizo con el segundo puesto tras su versión del Baby Hello de Rauw Alejandro. La posición dejó con el corazón encogido a la primera línea del foso, que llevaba toda la gala ondeando banderas con su rostro y levantando pañuelos que lo daban como ganador, pero lo cierto es que OT tiene una larga lista de concursantes que sostienen que, tradicionalmente, los segundos clasificados tienen incluso más éxito que el ganador. Bisbal, Manuel Carrasco, Soraya y Pablo López, son los referentes inevitables. Larga vida al primer escudero de la reina, que soñó con verse en triunfando en televisión y ha terminado transformando esa fantasía en recuerdos para una legión de seguidores que necesitaban, como agua de mayo, que apareciese un referente entre los outsiders.
Ruslana o cómo la polémica devoró a la pantera
The Buggles popularizó aquel mítico Vídeo Killed the Radio Star [el vídeo mató a la estrella de la radio] y es posible que a Ruslana se le fuese al traste su concurso tras circular como la pólvora las imágenes del Canal 24 Horas en las que pronunciaba: "¡Para qué coño entro! ¡Para qué coño entro!", después de que el jurado en la décima gala le dedicara una mala valoración. Venía de recibir el input de su hermana en las firmas de discos que le contaba entusiasmada que rozaba con la punta de los dedos su mayor deseo después de haber participado en más de 30 concursos: podía llegar a proclamarse ganadora. Ese contraste, unido a la expulsión de Chiara, su mejor amiga dentro de la Academia, hizo que todo se le tambalerara.
Ruslana perdió pie y lo sabía. De hecho, arrancó Zombie, de The Cranberries, más insegura de lo que nos tiene acostumbrados. La tinerfeña de origen ucraniano se fue creciendo a lo largo de la actuación y llegó a escalar hasta la tercera posición, pero en su alegato por la victoria ya se adivinaba que, aunque lo ambicionaba, ya había asumido que el cetro no sería suyo. "Soy la que habéis visto", dijo y Chenoa salió en su defensa para alabar que su personalidad no dejase indiferente a nadie.
La presentadora sabe bien los que supone verse en el ojo del huracán y quiso hacer justicia, porque sería una enorme tropelía limitar su paso por el concurso a una recta final con alguna que otra salida de tono. Ruslana ha dejado para el recuerdo actuaciones como aquel Salvaje, de Nathy Peluso o su propio Slomo, que incluso recibió el aplauso de Chanel.
Ella misma se dice orgullosa de su evolución en OT y, aunque aplicaría eso de que todos sabíamos a lo que veníamos, merece la pena recordar la reflexión que hizo recientemente Berto Romero sobre los premios en su podcast con Andreu Buenafuente, Nadie sabe Nada: "No me gustan los premios como concepto. (...) Creo que nos embrutecen a todos como persona (...) Tú estás muy tranquilo con tu serie o tu peli que has hecho y no estás compitiendo con nadie. Estás compitiendo contra ti mismo, (...) Pero de repente te nominan a un premio y solo por ello empiezas a competir con gente con la cual antes no tenías que competir y que te caían bien", protestaba después de su paso por los Feroz. Quizás algo de eso estaba esta noche en la mente de Ruslana, que cerró la noche dando saltos con su inseparable Chiara, que además estrenaba single al borde la de medianoche. Que les quiten lo bailado. Puede que esta pantera indomable no ganase esta vez la carrera, pero su sed de estrellato se verá saciada. Solo es cuestión de tiempo y de escenarios.