Ana Belén, Javier Calvo y Javier Ambrossi: "No podemos dar ni un paso atrás"
Los presentadores de la 38 edición de los Premios Goya que se celebra esta noche en el Teatro Carrión de Valladolid recibieron a 'Público' en la Academia de Cine pocos días antes de la gran fiesta de nuestra industria audiovisual. En esta entrevista reflexionan sobre la censura, la proyección internacional de las películas españolas y nos anticipan algunas de las claves de la gala.
A pocos días de la celebración de la Gala de los Premios Goya, un equipo de Público se desplazó hasta el madrileño barrio de Chamberí para entrar en la casa del cine. En la calle Zurbano nos esperaban los presentadores de esta 38 edición bailando en la cafetería de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Estaban nerviosos por el número musical que van a protagonizar este sábado con Ana Belén como voz cantante, pero este trio de artistas se atreve con todo, incluso si eso incluye una presentación en la que, si te descuidas, puede caerte un piano encima.
Mientras nos desplazamos a la sala donde se va a desarrollar la entrevista, presidida por una gigantesca estatuilla, nos avanzan que esta no va a ser una gala humorística. "Nosotros no somos cómicos, vamos a intentar llevarlo con naturalidad. Queríamos reflejar nuestro amor al cine y lo felices que estamos por formar parte de todo esto que siempre hemos admirado", contaba Javier Ambrossi ilusionado. "Acabamos de cerrar la última versión del guion de la ceremonia", añadió Javier Calvo.
El antepenúltimo día de enero, la organización había enviado un comunicado contundente: "La Academia visibilizará en la ceremonia de los Premios Goya, que se celebrará en Valladolid el 10 de febrero próximo, la reivindicación de que la violencia sexual y los abusos de poder no tengan cabida en el mundo del cine ni en el conjunto de la sociedad española. En la gala de los Goya contaremos igualmente con un protocolo para prevenir y combatir cualquier posible caso de agresión y acoso sexual y/o de género". Ese es justo uno de los cambios que contiene el último texto de los presentadores, una denuncia expresa de la industria a sucesos como los que recoge una exclusiva de El País publicada el mismo día que se celebraban los Premios Feroz en la que tres mujeres señalan al director de cine Carlos Vermut. "Es un momento doloroso", manifestaron los tres.
Esto sucedía una semana antes de que se emitiese una entrega de Lo de Évole con Ana Belén como protagonista en la cantante y actriz confiesa al comunicador que un director la arrinconó contra una pared y la besó contra su voluntad fuera de rodaje. "Recuerdo desear llegar pronto a mi hotel...y luego tuve que rodar toda la película con él", recordó. El Me Too comenzó en el cine y es imposible obviar que ese elefante está en la habitación. Por esa razón, los presentadores de la gala profundizan en este asunto, pero también repasamos con ellos el pasado de nuestro cine y su proyección internacional, justo antes de que se anunciase la adaptación de Mi querida señorita en Netflix con Los Javis como productores.
Sois los creadores de LA serie ―con mayúsculas― de este año. La Mesías ha arrasado en todas las categorías a las que estaba nominada en los Premios Feroz. Como cantan las Stella Maris en Las flores de mi jardín, vosotros pusisteis la semilla y ahora toca recoger la cosecha, pero la pregunta es obligada en esta casa. ¿Para cuándo la vuelta al cine? ¿Será aquí o vais a hacer Las Américas como Pedro Almodóvar?
JAVIER CALVO (JC): Creo que toca, claro. Pasa el tiempo y al final nuestra película es de 2017. Eso es mucho tiempo. Han pasado unos cuantos años y queremos recoger todo los que hemos aprendido haciendo series, porque te permiten experimentar mucho. En una serie tienes muchas horas y puedes dedicarle un capítulo completo a un personaje, por ejemplo. También puedes jugar con la temporalidad y los géneros. Nos apetece mucho concretar todo eso en alguna película de una hora y 45 minutos.
En cuanto a trabajar en Estados Unidos, justo el otro día hablábamos de eso con Pedro [Almodóvar]. Nos han llamado mucho para trabajar allí. Creo que pasa con cualquier director que hace algo que gusta fuera. Veneno fue muy bien en Estados Unidos y se pusieron en contacto con nosotros desde muchos lugares. Entonces Pedro nos dijo una cosa que ya intuíamos: "Todavía hay mucho por explorar de vuestra cultura y de lo que tenéis aquí. Os quedan años de crecer, de investigar y de trabajar con actores y actrices que hablan vuestro idioma". De momento estamos con las dos vías abiertas. Es tentador trabajar ahí, pero también nos gusta mucho nuestro país. Nos vamos a poner a escribir proyectos que teníamos un poco de parados y a valorar desarrollos que había en Estados Unidos que estaban pendientes de nuestro calendario, a ver cuál es el siguiente paso. Escribir una película es como enamorarte. Siempre te preguntan cómo sabes cuál es la persona indicada y simplemente lo sabes.
JAVIER AMBROSSI (JA): Nos pasó con La Mesías. No nos apetecía meternos con otra cosa sobre religión después de La Llamada, pero lo sabes y tienes que ir a por ello a dónde sea si la intuición te lleva hacia allí.
ANA BELÉN (AB): Exacto, la intuición es tan importante...
JA: A ti te ha funcionado bien, ¿verdad?
AB: La verdad es que sí, suele funcionar.
Hablábamos de recoger los frutos y os ha tocado presentar una edición con una cosecha exquisita en la que algunos de las películas nominadas, como Robot Dreams y La sociedad de la nieve también han sido seleccionadas para los Oscar. ¿Creéis que por fin el cine español tiene el respaldo internacional que se merece?
JA: Pero lo ha tenido siempre, ¿no? Desde Volver a empezar [José Luis Garci, 1983] y Belle Époque [Fernando Trueba, 1994] a Pedro [Almodóvar] siempre ha habido un reconocimiento internacional bastante grande.
AB: No siempre. Luego ha crecido, pero de siempre, de siempre... No, pero claro, vosotros sois muchos más jóvenes y quizás sea así desde que vosotros tenéis memoria del cine.
JA: Yo recuerdo ver, desde pequeño, como directores españoles trabajaban en proyectos de allí a la orden del día, pero es verdad que ahora nuestro cine viaja muy bien y es un orgullo ver que hay películas muy valoradas. No solo las películas nominadas al Oscar, que es importantísimo, también hay películas españolas que han estado en Cannes y que están nominadas este año como es el caso de Creatura o del cine de Carla Simón, que ha tenido un recorrido internacional impresionante tanto en Estados Unidos como en el resto de Europa. Nuestras películas tienen reconocimiento y premios muy prestigiosos-
AB: Tener presente que formamos parte de Europa ya es un cambio. No pasaba hace unos años y es fundamental, porque el cine que se hace en Hollywood ―salvo esas películas que ya sabemos que están bien―, no es comparable con la diversidad y la riqueza de lo que se hace en Europa. Eso sí que ha sucedido siempre. Los grandes directores, los que tenían verdadera pasión por el cine, tenían como maestro a Truffaut.
JC: Otra cosa que está ayudando es que cada vez se consume más contenido en español. Nuestro idioma se habla en todo el mundo, incluso en Estados Unidos hay mucho más contenido en nuestro lenguaje.
A lo largo de esta conversación ya se ha hecho alusión a 2017, un año en el que despuntó el movimiento Me Too y en el que le concedieron en Goya de Honor a Ana Belén. En el discurso denunciabas que la situación laboral de las mujeres en el cine era "pavorosa". Han pasado ya siete años desde entonces y en ese periodo hemos asistido a una apertura de la industria a historias con una perspectiva de género que antes era impensable, pero ¿es hemos avanzado en la misma medida detrás de las cámaras?
AB: Sí. La incorporación de las mujeres a departamentos en los que se trabaja detrás de las cámaras ha sido muy importante en los últimos años. Antes era muy difícil encontrarte con una montadora o dentro del equipo de técnicos de luces. Ahora las ves llevando el material como a los tíos y eso ya es un éxito, pero no solo están ahí. También hay ejemplos de cineastas de éxito como Carla Simón, Elena Martín, Estibaliz Urresola Solaguren e Isabel Coixet, que ha ganado el premio de honor de la Academia del Cine europeo.
JA: Supongo que a lo mejor es también una cosa generacional. Hay un cambio que tenemos muy integrado. Nosotros tenemos una productora [Suma Content] y una de las primeras cosas que implantamos cuando la fundamos fue que, por norma, la mitad de la gente que trabaja en ella son mujeres, incluidas las jefas de departamento. De la misma manera está estipulado que en cada área debe haber una persona que está empezando con el apoyo de otra más mayor que necesitase una segunda oportunidad laboral. Tenemos unas guías muy claras de lo que queremos que sea la industria e intentamos impulsarlo dentro de nuestro micromundo. Lo tenemos muy integrado. Trabajar en un set en el que más de la mitad de las personas son mujeres es súper normal porque lo generó yo, pero no podemos olvidar que la ley de paridad empezó siendo muy debatida. Entonces hubo muchas voces que aseguraban que no valía para nada, pero el tiempo demostró que era necesaria y que funcionaba.
JC: Se cuestionaba como tantas otras: la ley del divorcio, la del matrimonio homosexual e incluso ahora la ley trans. Luego todo el mundo hace uso de ellas y lo que hoy en día se critica, dentro de unos años habrá permitido que muchas personas sean felices.
AB: Pero hay que estar muy atentos a que no vaya marcha atrás, ni un paso.
El pasado mes de noviembre recogías el Premio Una vida de cine en el Festival de Cine de Benalmádena (FICCAB) y ahí recordaste los tiempos de la censura. Ahora que hablamos de echar la vista atrás, ¿consideráis que está completamente superada?
AB: Completamente superada, no. Hubo un momento en el que la censura estaba por encima de todo lo que hicieras y obviamente esa maquinaria ya no existe, pero el miedo que ahora se instala es diferente. Tiene que ver con las redes y no dejar que te expreses a tu manera porque luego te van a criticar y van a echar abajo tu trabajo. Esa tendencia también es muy jodida porque al final acaba favoreciendo que una se autocensure.
JA: Ha habido también una oleada de gobiernos autonómicos que de repente han quitado ayudas o cancelado obras de teatro de compañeros en cuanto han visto que el tema no les gustaba. Eso es preocupante.
AB: Hay que tener cuidado porque, en cuanto abres un poquito, se entra en lo que nosotros hemos vivido.
JA: Nosotros hemos trabajado con muchas plataformas y grandes grupos sin que ningún proyecto haya sufrido censura, pero si lo hemos visto en amigos cercanos. Además, esta idea que comentaba Ana de la censura de redes se acaba convirtiendo en un escenario en el que nadie expresa su opinión en la vida real, pero la cosa cambia cuando no ponen la cara.
No podemos cerrar esta charla sin hablar sobre otra espiral de silencio. No es habitual encontrar testimonios de víctimas de violencia sexual en el sector audiovisual y en la alfombra roja de los Premios Feroz hubo un clamor de nuestro cine a "no callarse" tras las acusaciones a Carlos Vermut. La Academia de Cine reaccionó con un comunicado, ¿se viene una gala reivindicativa como aquella inolvidable gala del 'No a la guerra' de la que se cumplen ya 20 años?
AB: Lo que está claro es que en esta gala va a haber un momento en el que nosotros vamos a hablar de eso, cosa que hasta el último guion no estaba, pero obviamente tiene que haber una reflexión.
JA: La ceremonia que estamos preparando tiene el centro puesto en el amor al cine y debemos conservar ese corazón en la entrega de premios porque es un momento muy importante para los galardonados. No podemos arrebatárselo, pero tiene que haber momento para todo y creo que en esta gala se cumple. Esta fiesta es para celebrar y estar unidos. Eso es lo que también la hace especial, por lo menos a mí me hace ilusión que sea así. Me lleva a cuando yo me sentaba a ver los Goya y soñaba con formar parte del cine. Queremos que los actores, las actrices, todo el mundo que estudia o que tiene un sueño puedan verse en esto, que no solo sea reivindicación y espacio político. Hay que mirar a los que vienen y dejarles un lugar para pensar que todo es posible.
AB: Pero lo habrá, ya lo veréis. No vamos a olvidarnos de hacer esa denuncia.