Este artículo se publicó hace 2 años.
Vuelven los vuelos 'fantasma', aviones sin pasajeros con un innecesario y elevado impacto ambiental
Las compañías hacen despegar sus aviones con escasos pasajeros ya que las normativas europeas les obligan actualmente a movilizar al menos el 50% de sus vuelos para conservar sus franjas horarias ('slots') en los aeropuertos.
Alejandro Tena
Madrid-Actualizado a
Los llaman vuelos fantasma. Aviones que salen de los aeropuertos vacíos o con escasos pasajeros a bordo. Durante la primera fase de la pandemia, en 2020, este tipo de viajes se hicieron tan comunes como polémicos, generando un debate en el seno de la Comisión Europea para tratar de limitar estas prácticas que generan un impacto ambiental innecesario. Ahora, con la escalada de contagios de la sexta ola, las cancelaciones se han vuelto a disparar y las aerolíneas se están volviendo a ver obligadas a fletar aeroplanos sin maletas ni viajeros.
Esta práctica tiene que ver con las normativas que regulan el mercado de la aviación comercial y el reparto de los slots, las franjas horarias que cada aerolínea tiene asignadas para operar de manera histórica. Estos slots se mantienen por una suerte de derecho de uso, es decir, cada empresa debe cerciorarse de que al menos el 80% de sus aviones despegan, si no, se enfrentan a perder sus itinerarios de vuelo.
Ese porcentaje del 80% de la operatividad se consiguió reducir hasta el 50% en 2020. Una medida que sigue vigente, pero que terminará en marzo de este año, tal y como acordó la propia Comisión Europea. Entonces, el umbral se elevará hasta el 64%. Todo ello se planteó antes de que ómicron relanzara la expansión del virus en el viejo continente, por lo que algunas compañías ya han reclamado acciones a Bruselas para evitar los vuelos fantasmas y atajar las pérdidas por gasto energético y personal.
Lufthansa, una de las mayores compañías de Europa, ha advertido que este invierno tendrá que hacer despegar cerca de 18.000 vuelos sin pasajeros para no perder sus slots. Fuentes de la compañía, no obstante, matizan que la mayor parte de estos viajes sí transportarán algunos pasajeros o mercancías. Brussel Airlines estima que, en su caso, tendrá que fletar unos 3.000 aviones fantasma en los próximos meses debido a la pandemia y para mantener el derecho de sus franjas horarias. Ryanair, por su parte, ha anunciado que tendrá que cancelar hasta el 33% de sus vuelos durante el mes de enero, aunque no ha resuelto si éstos despegarán aún estando vacíos.
"Nos parece muy incoherente que tenga que haber aviones volando sin pasajeros de nuevo. Esto tiene un coste ambiental muy elevado que contrasta con el momento que vive Europa, que está a trabajando en un reglamento nuevo para hacer que el sector sea más eficiente y tenga que usar combustibles menos contaminantes", sostiene Pablo Muñoz Nieto, responsable de Transportes en Ecologistas en Acción. "Creemos que la Comisión Europea debe revisar esto y poner soluciones a corto plazo para evitar que en los próximos meses volvamos a tener miles de aviones surcando los cielos de manera innecesaria".
El impacto del sector en el planeta es elevado. Según la Comisión Europea, el 2% de las emisiones globales de Europa proceden de los vuelos comerciales. Un porcentaje que, según las estimaciones de la plataforma europea Stay Grounded, podría ser de hasta el 8% si se tiene en cuenta el crecimiento del sector en los últimos años y las emisiones indirectas asociadas al mantenimiento de aeropuertos. De hecho, la Agencia de Seguridad de la Aviación de la Unión Europea (EASA) considera que el impacto ambiental del sector podría ser hasta tres veces superior a las reflejadas en las estadísticas oficiales, pues hasta la fecha sólo se estaban teniendo en cuenta las emisiones de CO2 y se estaban dejando de lado otros gases emanados de los motores como los óxidos de nitrógeno (NOx), hollín, carbono negro o el vapor de agua. Estos datos refuerzan aún más las posturas de los colectivos ecologistas, que consideran un sinsentido mantener vuelos vacíos por la rigidez de las normativas vigentes.
La CE elevará de nuevo el umbral de los slots para finales de marzo hasta un 64% y es probable que, tras el verano, se vuelva a retomar la obligación previa a la pandemia que dicta que las compañías deben fletar el 80% de su flota para no perder las franjas horarias adquiridas. Aunque hay previsiones sanitarias que apuntan a que Europa avanza en la buena dirección para una estabilización económica, los slots afectan a todos los vuelos, incluidos los que salen desde Europa hacia otras partes del mundo donde la emergencia sanitaría podría alargarse por falta de vacunas o por el elevado rechazo social a estas. En ese sentido, los conservacionsitas reclaman que se revise la base del reglamento a largo plazo. "La pandemia es de ámbito global y la situación seguirá siendo inestable en otras partes del mundo. Además, hace falta cambiar la rigidez de las normas. Hoy es la pandemia, pero dentro de unos años podría ser otra cosa lo que paralice al sector", argumenta Muñoz Nieto.
Las aerolíneas tampoco salen beneficiadas
Los ecologistas no son los únicos interesados en modificar el reglamento a corto plazo. Algunas compañías ya han manifestado su preocupación, apuntando hacia el elevado gasto económico que les supone hacer despegar aviones sin pasajeros: consumo innecesario de queroseno, gasto energía y coste del personal de a bordo. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que ya reclamó la suspensión temporal del reglamento de los slots al inicio de la pandemia, ha declinado hacer declaraciones sobre el problema. No en vano, el director del organismo, Wille Wash, dejó clara su postura recientemente al agradecer a la Comisión Europea que se mantenga hasta verano el umbral de vuelos por debajo del 64% y pidió que las reglas sobre el uso de las franjas horarias vuelvan a restablecerse "de manera gradual" siempre y cuando "el crecimiento de la demanda se estabilice".
Boris Ogursky, portavoz de Lufthansa, asegura a Público que ya han registrado hasta un 10% de cancelaciones de los vuelos de invierno (hasta finalizar febrero) y remarca la necesidad de un mayor esfuerzo para evitar vuelos sin pasajeros con pésimas condiciones para el clima y la economía. "La situación sigue siendo volátil, por lo que las exenciones siguen siendo necesarias. No solo el próximo verano de 2022, sino que también ahora en el actual horario de vuelos de invierno se necesitaría más flexibilidad", dice el portavoz, que recalca que "otras regiones del mundo están apostando por un enfoque mucho más pragmático"
La Comisión Europea decidió atender las demandas del sector y suprimir temporalmente los slots a principio de la pandemia. No es la única vez en la que las autoridades han decidido actuar, pues en 2010 decidió eliminar de esta normativa debido al impacto de la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull, que llenó los cielos del continente de ceniza y humo negro. Si bien los ecologistas apoyan una modificación radical del sistema, las compañías aéreas de momento sólo reclaman una mayor flexibilidad ante las incertidumbres económicas y sociales derivadas de la pandemia.
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