Vivir a casi 50 grados: así afrontan el verano los residentes del centro de acogida Puerta Abierta gestionado por Almeida
Este es el tercer año consecutivo que los trabajadores del refugio piden una solución al Ayuntamiento de Madrid sin recibir una respuesta que les ayude a resolver el problema.
Madrid-
Dormir con temperaturas cercanas a los 50°C, temer golpes de calor y utilizar toallas mojadas para sobrevivir son parte de la rutina diaria en el Centro de Acogida de Personas sin Hogar Puerta Abierta (PA), situado en un descampado entre la M-40 y el Aeropuerto de Cuatro Vientos, en el distrito madrileño de Latina. Este es el tercer año consecutivo que los trabajadores del refugio piden una solución al Ayuntamiento dirigido por José Luis Martínez-Almeida, sin obtener una respuesta que les ayude a resolver el problema.
El centro de acogida enfrenta nuevamente condiciones de calor extremas. Antía (nombre ficticio para mantener su anonimato), representante de los trabajadores del centro, señala a Público que los residentes, muchos de los cuales padecen graves patologías a causa de su vida en la calle, deben soportar temperaturas superiores a los 40°C en sus habitaciones.
La situación se debe a un fallo en el aire acondicionado que aún no ha sido resuelto. En agosto de 2022, el concejal Pepe Aniorte aseguró que se estaban haciendo esfuerzos para mejorar la climatización del refugio. Antía explica que "el Ayuntamiento envía a su empresa subcontratada, OHL Servicios Ingesan, encargada del mantenimiento de los distintos edificios municipales del distrito". Según una nota de prensa enviada por la representación legal de los trabajadores del centro, esta empresa "no ha logrado reparar la refrigeración, alegando diferentes motivos en cada una de sus visitas".
Los empleados del PA han comunicado a este medio que la empresa de mantenimiento lleva a cabo revisiones frecuentes, realiza reparaciones temporales y asegura que todo está en orden. Sin embargo, en el centro se registran temperaturas superiores a los 40 grados tanto de día como de noche. "Llevamos cinco años enfrentando problemas de refrigeración; es necesario cambiar la instalación por completo, pero el Ayuntamiento no está dispuesto a asumir ese gasto. Las personas sin hogar poco les interesan", señala Antía, quien añade que "solo están aplicando soluciones temporales que tienen una duración limitada".
Antía, trabajadora del PA: "Se informó al Ayuntamiento sobre este problema y se advirtió de las posibles consecuencias si no se resolvía antes de este verano"
Tres años después, la situación sigue siendo la misma. "Con las altas temperaturas que se están registrando en Madrid, se informó al Ayuntamiento sobre este problema y se advirtió de las posibles consecuencias si no se resolvía antes de este verano", afirma Antía.
Este centro de acogida municipal −inaugurado en 2001− solo permitía el acceso a personas sin hogar durante la noche. Actualmente, alberga a 130 residentes que ingresan tras solicitar plaza en el Samur Social o en el centro de acogida San Isidro.
Las soluciones de Almeida son ineficientes
La única solución que ha planteado el alcalde de Madrid para abordar la precaria situación en el centro ha sido la instalación de equipos de aire portátil, conocidos como pingüinos. Sin embargo, según una de las trabajadoras del refugio, "estos son insuficientes para el tamaño del centro". Antía explica que "si se colocaran más unidades, la red eléctrica no podría soportarlo, lo que dejaría las habitaciones de los residentes y otras áreas comunes sin refrigeración".
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid han indicado a Público que, en estos momentos, el aire acondicionado del centro de acogida está funcionando adecuadamente, a pesar de que los trabajadores han señalado que los residentes enfrentan diariamente condiciones de calor extremo. Además, desde el Ayuntamiento afirman que "esta semana se han presentado incidencias puntuales que se solucionaron el mismo día", sin mencionar que este es el tercer año consecutivo en el que el centro afronta esta situación. "Aseguran que el próximo año lo van a revisar", lamenta Antía.
Mientras tanto, la trabajadora cuenta a este medio que los trabajadores mojan sus cabezas y consumen abundante agua para sobrellevar los meses de la época estival. "Estamos atentos a los residentes en todo momento, les colocamos toallas húmedas en el cuerpo e intentamos mantener las ventanas cerradas y las persianas bajadas", señala.
"No se puede vivir en este centro"
Además del problema con el aire acondicionado, los trabajadores informan que la situación empeora cuando, al utilizar las duchas para refrescarse, el agua sale hirviendo y no se puede ajustar para que esté al menos templada.
"No se puede vivir en este centro", afirma Antía. La trabajadora cuenta que recientemente uno de los residentes, que se encuentra en un estado de vulnerabilidad, fue diagnosticado con un golpe de calor. En este sentido, "es crucial tener en cuenta que los residentes son extremadamente vulnerables debido a sus características y patologías tanto físicas como mentales".
Una trabajadora del PA cuenta que recientemente uno de los residentes fue diagnosticado con un golpe de calor
La trabajadora señala que los empleados también padecen las consecuencias de las altas temperaturas. "Además de soportar el calor extremo mientras realizamos nuestro trabajo, lo que pone en riesgo nuestra salud, nos preocupa el bienestar de los residentes y nos esforzamos por asegurar que estén en las mejores condiciones posibles", lamenta.
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