Este artículo se publicó hace 2 años.
La viruela del mono, años ignorada hasta que ha llegado a Occidente
La bióloga belga Anne Laudisoit advirtió en 2017 sobre la gravedad de este virus en África occidental y ya denunció entonces que no se investigarían tratamientos hasta que afectara a las personas blancas.
Madrid-Actualizado a
La bióloga belga Anne Laudisoit ya advirtió en 2017 sobre la viruela del mono, pero tal y como predijo en un reportaje de El País, no ha sido hasta que las pústulas han aparecido en personas blancas que la enfermedad ha adquirido gravedad mundial: "Cuando esto ocurra en tres días tendremos financiación para investigar", sentenció hace cinco años.
En España hay 20 casos confirmados de viruela del mono, aunque todavía hay otros 31 pacientes pendientes de diagnóstico. Otros países europeos, como Portugal, Francia, Italia o Alemania también han dado cuenta de este virus. Es ahora, y solo ahora, cuando saltan las alarmas.
Los antiguos países colonizados dependen de los recursos de Occidente para investigar enfermedades
Pero la enfermedad no es nueva, lleva años acechando a los ciudadanos de África occidental y, particularmente, a la República Democrática del Congo. Estos países carecen de los recursos que existen en los estados occidentales, como consecuencia de la histórica explotación colonial que los imperios ejercieron en estos territorios y cuyas mellas perduran hasta el día de hoy, de modo que hay una enorme dependencia de Occidente para investigar los virus que asolan el continente africano.
Las enfermedades olvidadas
No es la primera vez que pasa algo así. El ébola fue identificado en 1976, tras un brote que se dio en Sudán. Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando la enfermedad cruzó por primera vez las fronteras de África, llamando la atención de las autoridades médicas y políticas del Norte Global. Hace años que la propagación se controló en estos estados, pero los brotes continúan acechando a países como Guinea.
El virus del zika es otro ejemplo de esta doble vara de medir. Hace 70 años que se conoció en Uganda, pero solo comenzó a generar preocupación cuando saltó a Occidente.
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