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Violencia de género "Para que sea culpable de intentar matarme ¿tiene que matarme?"

C.A.M. denunció a su expareja por intentar asesinarla. 15 meses después él está ya en la calle. El mismo tribunal que condenó a 'La Manada' por abuso sexual y no por violación, reconoce en los hechos probados que se trata de un caso de "homicidio en grado de tentativa", pero acaba condenándolo a 10 meses de prisión por "maltrato ocasional". 

Manifestación feminista en protesta por la sentencia de La Manada en el centro de Madrid. BALLESTEROS / EFE

Marisa Kohan

C.A.M está desolada. Su expareja, a la que denunció por intentar asesinarla, está en libertad tras haber pasado 15 meses de prisión provisional. De hecho ese tiempo es superior a la condena que finalmente le impuso la sala segunda de la Audiencia Provincial de Navarra el pasado mes de octubre, que fue de 10 meses de prisión y la retirada de la patria potestad durante dos años y medio. La Fiscalía solicitaba ocho años y medio de cárcel y la retirada de la patria potestad por un período de 10 años, mientras que la acusación particular elevaba la petición de condena a los 10 años y 12 de alejamiento de los hijos. 

A pesar de que el tribunal reconoce la existencia de "homicidio en grado de tentativa", acaba condenando al agresor por "maltrato ocasional",  al afirmar que el hombre desistió en su empeño "de forma eficaz", es decir, que no la mató. La agresión ocurrió en junio de 2017, sólo tres días antes de que la pareja firmara los papeles de divorcio tras unos meses de separación. El agresor fue a la casa familiar, en la que vivían al madre con los niños a recoger un ordenador. En un momento dado se dirigió a la cocina, cogió un cuchillo de 15 centímetros de hoja e intentó apuñalarla. Ella se defendió. En el forcejeo cayeron al suelo y él intentó estrangularla apretándole el cuello, hasta tal punto que la sentencia reconoce que casi lo consigue. La agresión ocurrió delante de los niños de 3 y 6 años. 

"Parece que defenderte para que no te maten se convierte en un atenuante para el agresor"

"En el fallo se da a entender que él me suelta el cuello voluntariamente", afirma C.A.M. en exclusiva a Público. "En cambio no se piensa que pudo haberme soltado porque pensó que ya me había matado. Pero debido a esta interpretación, él está libre. Lo que más me indigna es que todo el mundo al que le he contado lo que me pasó se queda igual de sorprendido que yo de que ya esté en libertad. Hay algo que no cuadra en todo esto", confiesa.

"Lo que me dan a entender con esta sentencia es que, gracias a que me defendí y no me clavó el cuchillo, no se interpreta como intento de asesinato. En cambio si no me llego a defender me lo clava y me mata. Para que sea culpable de intentar matarme: ¿tiene que matarme?", pregunta retóricamente.

Los tres magistrados que emiten esta sentencia son los mismos que juzgaron el caso de 'La Manada' el verano pasado y los mismos que finalmente decidieron poner en libertad a sus cinco integrantes.

"La justicia protege más al maltratador, basándose en el principio de inocencia, que a la víctima"

"Esas interpretaciones de la justicia no las entiendo. Es complicado de explicar, pero parece que defenderte para que no te maten se convierte en un atenuante para el agresor porque no te hizo todo el daño que te podía haber hecho", afirma.
C.A.M. dice sentirse, sobre todo, decepcionada después de ver la condena. "El resultado se aleja tantísimo de la petición de ambas partes, que me resulta incomprensible y por supuesto no comparto".

A pesar de ello, C.A.M. decidió no recurrir la sentencia. "Pregunté a varios abogados y todos me dijeron que desde el punto de vista legal, podía tener más que perder que ganar. Finalmente no lo hice. Esta es una de las cosas en las que más pienso y que más me frustran. Me reconcome la idea de poder haber hecho algo más, y una vez pasado el límite de tiempo para recurrir es algo a lo que sigo dando vueltas", afirma.

La sentencia condenó al padre a una inhabilitación especial para ejercer la patria potestad de tan sólo dos años y medio, en lugar de los 10 y 12 años que pedían la Fiscalía y la acusación particular respectivamente. También le prohibió acercarse a menos de 500 metros de los niños y de la mujer durante dos años, 10 meses y 15 días.

"Que lo vigilen a él"

"Lo que no entiendo es que la Foral me diga que me vigila a mí para que no me pase nada. Que lo vigilen a él y vean qué está haciendo y qué no. Cuando me han dicho que lo han visto por mi pueblo, la Policía me llama a mí primero preguntándome si lo he visto. ¿Por qué no lo llaman a él?, o que le pongan un dispositivo donde tengan ubicada su situación las 24 horas del día", añade.

C.A.M. afirma que la justicia no está defendiendo suficientemente ni a las víctimas de violencia de género, ni la los hijos, que son también víctimas directas según la legislación española, y pide a los políticos "que revisen las leyes rápidamente porque parece que la justicia protege más al maltratador, basándose en el principio de inocencia, que a la víctima. Desde el momento en que mi expareja salió de la cárcel el libre es él. Yo ahora vivo coartada por el miedo a encontrármelo y eso me convierte en una persona con menos libertad que él", concluye.


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