Un tribunal de Barcelona ha decidido no sancionar al monitor de la escuela de educación especial Taiga, Joaquín M., por los abusos sexuales cometidos contra cuatro personas con discapacidad. Según información de El País, la sentencia se basa en que las víctimas no pudieron expresar sus experiencias de manera clara y coherente. 

Durante el juicio, que tuvo lugar en abril, el juzgado escuchó las declaraciones de las víctimas, quienes contaron sus experiencias con el apoyo de psicólogos y pedagogos. Para evitar la revictimización de estas personas vulnerables, los magistrados decidieron no convocarlas nuevamente y utilizaron sus testimonios previos como prueba preconstituida. El País informa que tras analizar cuatro de esos relatos, los magistrados de la Sección Novena concluyeron que no era posible condenar al monitor.

A., que presenta una discapacidad del 70%, contó que, durante una salida de la escuela a un albergue, Joaquín M. le tocó el pene y lo masturbó. Sin embargo, el tribunal, según confirma el diario español, calificó su testimonio como "muy escaso, evitativo, poco inteligible, absolutamente desestructurado y repleto de insultos hacia el acusado".

El logopeda de A. insistió en que presenció "un cambio muy significativo" en su comportamiento. "Empezó a hacerse las necesidades encima y a utilizar un lenguaje grosero", declaró. Para el juzgado, sin embargo, las "insuficientes e imprecisas manifestaciones" de la víctima no pueden suponer una prueba de cargo contra el acusado.

La declaración de otra víctima, B., resultó complicada de transcribir. Por esta razón, el tribunal le pareció "absolutamente desestructurada", con "imprecisiones absolutas" y "expresiones mecánicas", según explica El País. En los otros dos casos que también han llevado a la absolución, correspondientes a dos hermanos (C. y D.), no se pudo evaluar la prueba debido a que su incapacidad psíquica "les impide cualquier tipo de comunicación".

Finalmente, la sentencia, que es susceptible de apelación, será reescrita por orden del juzgado "en un formato de lectura fácil y adaptado a personas con discapacidad psíquica".

Dos delitos de abusos sexuales continuados

Por otro lado, la Audiencia de Barcelona ha respaldado la "credibilidad y confiabilidad" de las tres víctimas restantes en el caso. Joaquín M. ha sido sentenciado a 14 años y medio de prisión por dos delitos de abusos sexuales continuados con penetración. Asimismo, se le ha impuesto una multa por exhibicionismo, tras haber sido sorprendido masturbándose frente a otro alumno, identificado como G.

Joaquín M., quien tenía 46 años al momento de su detención por los Mossos d'Esquadra en mayo de 2017, solo contaba con dos años de experiencia como presidente del club deportivo Taiga y monitor de actividades deportivas. En una de las salidas, otro monitor detectó comportamientos inusuales entre él y un alumno, lo que llevó a dar la voz de alarma.

La escuela llevó a cabo una investigación que incluyó entrevistas con los afectados que tenían mayor capacidad para expresarse. Tras las indagaciones, Taiga consideró que Joaquín M. había abusado de al menos tres alumnos. Activó el protocolo para casos de abuso y lo apartó de inmediato de sus funciones.

Las familias de las víctimas interpusieron una denuncia contra el monitor, quien fue detenido. La jueza decidió dejarlo inicialmente en libertad provisional, estableciendo la prohibición de comunicarse con los tres menores afectados. Posteriormente, otras familias se unieron a la denuncia, elevando el número total a siete.

Además de la condena a prisión, el juzgado ha inhabilitado a Joaquín M. para ejercer actividades docentes o deportivas. También se le ha prohibido acercarse a las víctimas o comunicarse con ellas, y se le han impuesto indemnizaciones de 55.000 euros a las tres víctimas.