El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia que condena a un sacerdote a ocho años y medio de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a una menor. Estos abusos ocurrieron a lo largo de tres años, mientras él ejercía como su director espiritual en un colegio de Talavera de la Reina (Toledo), cuando la víctima tenía entre 14 y 17 años.

En la decisión judicial, el Supremo también confirma la indemnización de 100.000 euros por daños morales que el sacerdote deberá pagar a la víctima como compensación por el sufrimiento que le causó durante el periodo de abusos.

La resolución desestima la apelación del acusado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha, que a su vez ratificó la dictada por la Audiencia Provincial de Toledo, salvo en la cuantía de la indemnización. Esta se incrementó de 50.000 a 100.000 euros tras estimarse el recurso presentado por la víctima.

Los sucesos tuvieron lugar mientras la joven cursaba cuarto año de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y durante sus dos primeros años de Bachillerato. Sin embargo, las fechas específicas de cada abuso no han podido ser establecidas con precisión, según lo dictaminado en la sentencia ratificada.

El fallo judicial confirma que cuando la adolescente tenía 14 años, conoció al sacerdote durante un viaje escolar al Camino de Santiago. Al año siguiente, él pasó a ser su director espiritual. Durante los tres años siguientes, cometió los abusos en encuentros con la adolescente en su papel de director espiritual, justificándose, diciendo que actuaba "en nombre de Dios".

La sentencia confirmada explica que la chica se sometió a tales conductas "por el rol casi parental" que el cura asumió, por el respeto y confianza que tenía hacia él, en su condición de director espiritual y sacerdote, por la manipulación a la que la sometía y por la consideración moral que él tenía en su ámbito familiar y escolar.

Los hechos confirmados describen los abusos sufridos y sus repercusiones en la salud de la víctima, que resultaron en varias hospitalizaciones. Además, la menor fue sometida a un exorcismo en el domicilio del acusado, que había sugerido a la madre de la víctima que las afecciones de ésta se debían a la influencia del demonio. También se recoge en la sentencia que tras ese episodio la madre y el sacerdote tuvieron una relación sentimental de cinco meses.

Respecto al motivo del recurso del acusado que impugnaba la elevación de la indemnización de 50.000 a 100.000 euros, el Supremo comparte los argumentos del TSJ y comenta que "hasta podría quedarse corta". Al respecto, el Supremo señala que hay que tener en cuenta "la dificultad que entraña hacer una evaluación de un sufrimiento como el padecido por la víctima por el tan extenso en el tiempo y humillante y vejatorio trato al que la sometió el condenado y las muy graves consecuencias que tuvo para su salud física y mental".