Solsona reivindica la tradición del "tió foradat" con una feria de Navidad
La Fira del Tió llega a su décima edición, ganando cada vez más reconocimiento más allá del Solsonès
Jordi Bes Lozano
Periodista
Barcelona --Actualizado a
La tradición de hacer "cagar el tió" apasiona a pequeños y mayores. En Solsona la reivindican con la Fira del Tió, que este año celebró su décima edición el 7 de diciembre. Tiene la particularidad de que los "tions" tradicionales de Solsona no son los troncos con una cara pintada que se ven en muchos lugares de Cataluña, sino un tronco que se ha agujereado de manera natural en el mismo árbol del que se ha obtenido.Además de una exposición en los claustros de la catedral de "tions foradats", cedidos para la ocasión por familias de Solsona, la feria incluye un mercado de artesanía y una feria de entidades. También se hace coincidir con el encendido del árbol, que genera mucha expectación.
La exposición de "tions foradats" es uno de los puntos centrales de la feria. El concejal de Desarrollo Local, Ramon Montaner, explica que en estas fechas prenavideñas se ha impulsado una feria comercial que ha acabado reivindicando la tradición catalana del "tió". "Nosotros lo entendemos como el 'tió foradat', no el de la cara pintada con barretina", subraya. Para la feria se hace un llamamiento a toda la gente de Solsona que quiera participar con su "tió", y se han exhibido una treintena. Cada familia ofrece una explicación sobre la historia de su "tió", como si fue un regalo del abuelo o cómo lo encontraron en el bosque en familia. "Cada uno explica el origen de su 'tió', cómo lo cuidan y cómo lo alimentan", detalla.
Una tradición muy arraigada
En los claustros de la catedral también se han vendido 14 "tions" y 37 bastones solidarios, cuya recaudación se destinará al Rebost Solidari del Solsonès. En sus inicios, la feria organizaba una actividad para ir a buscar "tions foradats" al bosque, pero esta práctica se dejó de hacer. Según explica Montaner, "se consideraba demasiado invasivo para el bosque", ya que acudía mucha gente y los troncos agujereados son un hábitat para aves, murciélagos o insectos. Se desaconseja retirarlos para preservar la biodiversidad, algo que el propio Ayuntamiento aplica con los "tions" solidarios, que obtiene de ejemplares muertos del arbolado urbano. Si no hay suficientes, se podría recurrir a un artesano que haga "tions foradats" manualmente. "Lo que no hacemos es ir al bosque", asegura.
En cualquier caso, los "tions foradats" suelen pasar "de generación en generación", recuerda el concejal: "Además de ser un entrañable recuerdo familiar, te ahorras generar nuevos 'tions'". Montaner rememora que, de pequeño, iba a hacer "cagar el tió" con su padrino, que era campesino y que tomó el tronco del bosque. Ahora bien, la familia crece, con ella también los "tions", y en su casa tienen uno agujereado de forma natural, pero que ya ha sido comprado. El agujero del "tió" tiene su función: se le alimenta a través de él y, si se le ha cuidado bien, caga regalos que usualmente han sido "más prácticos y pequeños", como golosinas o calcetines, ejemplifica. Que tenga el agujero no impide que, al igual que los "tions" de cara pintada, se le tape con una manta para que no coja frío.
La tradición del tió foradat también la ha vivido de primera mano Josep Maria Tarrés, presidente de la asociación de artesanos La Menestrala, que forma parte de la organización de la feria. "Mi padre trabajaba en el bosque y, el primer o segundo año de nacer yo, trajo un tió foradat de allí", relata. Considera que el "tió" debe ser reivindicado: "Quizá ha habido unos años en que parecía que iba a menos, pero creo que está resurgiendo con más fuerza". Eso sí, cree que acabarán imponiéndose los "tions" con la cara pintada. Incluso un amigo biólogo le comentó que un árbol del que se obtenga un "tió foradat" natural, como uno caído, "contiene mucha más vida que un árbol vivo". Por ello, ve estos "tions" en retroceso: "Supongo que con el tiempo desaparecerán".
Encontrar uno de estos "tions" en el bosque, que pueden llegar a tener más de un metro de diámetro, es algo excepcional, admite la artesana de "tions" Montserrat Boixader Soler: "Es muy difícil que encuentres un tió foradat. Si encuentras un tronco así, es un tesoro". Tiene que darse la casualidad de que un árbol viejo roto por el viento o uno que deba talarse por algún motivo tenga precisamente el tronco agujereado. En el Solsonès, estos "tions" suelen ser de roble y están presentes en muchas masías. Que sean agujereados es una evolución de la tradición primigenia, de origen pagano, con la que se elegía un buen tronco para quemar en la chimenea coincidiendo con la llegada del solsticio de invierno. Los "foradats" no se queman, y el hecho de que pasen de generación en generación tiene "un gran valor familiar y emocional", añade Boixader. Y concluye: "Es una tradición muy bonita y muy nuestra".
Artesanos, espectáculos y el cuento del tió
La feria de este año también ha acogido una veintena de estands de artesanía entre las plazas Mayor y de la Catedral, la mayoría de ellos pertenecientes a La Menestrala, la entidad nacida en 2008 con la voluntad de agrupar a los artesanos del Solsonès, y ocho puestos de entidades en la calle de Sant Miquel. Tarrés celebra que la feria "cada año está más consolidada" y que este año acudió "bastante gente de fuera de Solsona": han llegado visitantes de Manresa, Berga, Ponts (la Noguera) e incluso de Barcelona. De cara a futuras ediciones, cree que es necesario "seguir añadiendo elementos que la hagan más atractiva", como se ha hecho este año con la música en directo. Incrementar la iluminación navideña, disponer de paradas mejor preparadas en caso de lluvia y potenciar Solsona como referente del "tió foradat" también son objetivos para la próxima feria de 2025, que se prevé celebrar durante el puente de la Constitución y la Inmaculada, como es habitual.
Su carácter familiar, uno de los rasgos distintivos de la feria. Según el Ayuntamiento, las familias con niños pudieron disfrutar este año alrededor de los "tions" y juegos de mesa en los claustros de la catedral, en la plaza de Palau con juegos gigantes, y en la de la Catedral con espectáculos como Ballaruca d'arreu del món de Rah-mon Roma. Sin embargo, el espectáculo Que comenci la festa de Jaume Ibars tuvo que suspenderse debido a la lluvia de la tarde, aunque esta no impidió que la feria estuviera muy concurrida. En cuanto al concurso de búsqueda de "tions" en los escaparates, participaron 180 niños, más del doble que el año pasado.
Los 'foradats' no se queman, y el hecho de que pasen de generación en generación tiene un gran valor familiar y emocional
Uno de los momentos que genera más expectación cada año es el encendido del árbol. Esta vez estuvo dinamizado musicalmente por Eduard Gener, Montse Isanta, Tatrau Escola de Teatre y el Cor Infantil de Jezz, y posteriormente actuó el Orfeó Nova Solsona. El encendido se celebró tras la entrega de premios de los concursos vinculados a la feria. Entre los galardonados se encuentra Marçal Sala i Boix, alumno de la escuela Setelsis y autor del cuento del "tió" de este año, que ha sido editado con ilustraciones de la solsonense Sofiya Kulyk. El cuento se ha distribuido gratuitamente en las escuelas y también se puede recoger en las dependencias del Consell Comarcal del Solsonès.
Además, la víspera de la feria, la plaza de la Catedral acogió la tercera edición del TióFest, el espacio gastro-cultural del Gremi d'Hostaleria del Solsonès, que estuvo amenizado por La Banda del Pagès de Matamargó y un bingo. La Fira del Tió es coorganizada por el Consell Comarcal del Solsonès, a través de Solsonès Fires, el Ayuntamiento de Solsona, la Agencia de Desarrollo Local de Solsona y Cardona, y La Menestrala, con el apoyo de la Diputación de Lleida. Colaboran en la feria la Unió de Botiguers i Comerciants de Solsona (UBIC), el Gremi d'Hostaleria, Tatrau Escola de Teatre, el Orfeó Nova Solsona, el Capítulo de la Catedral, el Obispado, Jaume Cuadrench, Montserrat Isanta, Eduard Gener, el Cor Infantil Jezz y L'Artesana.