Este artículo se publicó hace 4 años.
Sanidad marca umbrales muy por encima de lo recomendado y los expertos piden más indicadores para tomar las decisiones
Los expertos no ven del todo acertados los criterios tomados por el Ministerio de Sanidad para tomar las restricciones en los municipios de más de 100.000 habitantes. La incidencia de 500 casos por 100.000 habitantes es un umbral excesivamente alto. Los e
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Madrid-Actualizado a
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado medidas de restricciones de movilidad y contactos sociales en los municipios con más de 100.000 habitantes que tengan una incidencia de 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, una positividad en las PCR superior al 10% y ocupación de las UCI superior al 35% en la comunidad autónoma a la que pertenezca el municipio. La opinión entre los expertos sobre los criterios y umbrales para tomar medidas varía entre los consultados por Público, pero hay un punto en común: los umbrales están muy por encima de lo recomendado.
Los expertos tampoco acaban de compartir la estrategia de tomar restricciones teniendo en cuenta tres indicadores numéricos. Las decisiones de Salud Pública son muy complejas y deben tener en cuenta muchas variables. La perspectiva epidemiológica es fundamental, pero piden tener en cuenta más criterios para la evaluación de riesgos en las zonas. Las medidas tienen que ser rápidas porque toda España está en riesgo: la incidencia acumulada en todo el país ya se sitúa en 284, frente a otros países como Italia con 35 casos cada 100.000 habitantes o Alemania con 28.
Madrid es, desde hace semanas, la región de Europa con más contagios. Por esto es un avance que comiencen a tomarse medidas que deberían haberse aplicado, por lo menos, hace un mes. "Los números de Madrid nos parecen una barbaridad, pero lo más importante es que las Administraciones se pongan de acuerdo para ir todos a una. Madrid tiene una población muy concentrada, alta movilidad y gran cantidad de actividades de ocio y empresas… hay que tomar ya las medidas", comenta María Sainz, experta en Medicina Preventiva y Salud Pública y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).
"Menos es nada", insiste, sobre los criterios anunciados para tomar medidas de restricciones. Pero también reconoce que los números son muy altos. "Lo lógico sería que la incidencia se marcara sobre los 200 casos por cada 100.000 habitantes", explica a este medio. Joan Caylá, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), valora que una incidencia de más de 100 casos por cada 100.000 habitantes ya es preocupante. La mayoría de países europeos toman esta referencia para tomar medidas de restricciones de la movilidad.
Daniel López, del grupo de Biología Computacional y Sistemas complejos (BIOCOMS), de la Universitat Politècnica de Catalunya, explica que en su grupo han fijado un umbral de 100 casos para considerar que el riesgo epidemiológico es alto. "El criterio era considerar qué incidencia podía llegar a controlarse mediante estudios de contactos. Actualmente se está realizando un número muy importante de test por habitante, quizá podríamos subir este umbral a 150. En cualquier caso, por encima de 100 o de 150 podemos considerar riesgo epidemiológico alto y, consecuentemente, deben tomarse medidas extraordinarias para controlar la propagación", explica a Público. Si la incidencia alcanza 200 o 300 casos ya se considerara que la situación es crítica y que debe seguirse incrementado las medidas de control.
El epidemiólogo Pedro Gullón señala lo mismo. Y, sobre la tasa de positividad, recuerda que, como también señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo ideal es que sea menor al 5%. Pero, teniendo en cuenta que la Comunidad de Madrid ahora se supera el 20%, llegar al 10% sería una buena noticia.
Evaluaciones de riesgo y con más indicadores
El principal problema para Gullón es que simplifique la toma de decisiones en pocos indicadores. "Una incidencia de más de 500 casos por cada 100.000 habitantes con un porcentaje de positividad muy bajo, por ejemplo, no es tan peligroso. Pero también hay que tener en cuenta la movilidad u otros indicadores como la presión asistencial", comenta con este medio.
Sanidad ha establecido como uno de los indicadores la ocupación de camas de UCI, pero no de los ingresos generales en los hospitales. Sobre la tasa de positividad, sin embargo, se debe tener en cuenta que puede cambiar por el inicio de pruebas mediante test de antígenos, pruebas rápidas muy efectivas durante el periodo más infeccioso y, por ello, recomendadas para personas con síntomas y contactos estrechos de casos positivos.
Y, aunque se haya pasado de un indicador (como dijo la semana pasada el ministro de Sanidad, Salvador Illa) a tres indicadores, tampoco está claro que la toma de decisiones sea la más adecuada siguiendo esta fórmula. "Las decisiones de Salud Pública son muy complejas porque no se puede analizar sólo desde una perspectiva epidemiológica", insiste Sainz. "Una opción buena es que se establezcan unos indicadores pero que, a los mismos indicadores, las comunidades puedan dar diferentes respuestas. Hay que pensar en diferentes escenarios, flexibles, con siete u ocho niveles", detalla Gullón.
María Urtasun Lanza, enfermera e investigadora en salud pública y epidemiología y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP), comenta lo mismo sobre los indicadores. Reconoce que son umbrales muy altos y que, además, pueden variar y no mostrar una situación real. La incidencia, por ejemplo, en Madrid podría bajar en las próximas semanas ya que se han dejado de realizar PCR a contactos de casos positivos. "Hay que tener en cuenta más indicadores como los ingresos, lo malo es que es un indicador tardío y llegas tarde. Por esto es importante tener una mirada global", comenta.
En este sentido, hay que tener en cuenta las indicaciones del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés). Como explica Caylà, desde sus informes de evaluación rápida de riesgos, señalan que hay que comenzar a impulsar medidas cuando hay incremento de casos, porcentaje de positividad superior al 5%, incremento de muertes o de casos en personas mayores. Además, todas las medidas tienen que ir acompañadas de una evaluación constante, una clave reclamada por científicos españoles que aún no ha impulsado el Gobierno de España.
La evaluación de riesgos del ECDC considera que las intervenciones no farmacéuticas, como el distanciamiento físico, la higiene y el uso de mascarillas, han demostrado no ser suficientes para reducir o controlar la exposición, así como que se debe medir el riesgo que hay para los grupos más vulnerables. Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, señaló la importancia de la evaluación de riesgos esta misma semana cuando se publicó la última actualización de la guía: "Actualmente estamos asistiendo a un aumento preocupante del número de casos de COVID-19 detectados en Europa. Hasta que se disponga de una vacuna segura y eficaz, la identificación rápida, las pruebas y la cuarentena de los contactos de alto riesgo son algunas de las medidas más eficaces para reducir la transmisión. La pandemia dista mucho de haber terminado y no debemos bajar la guardia".
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