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El plan de EEUU para ayudar a los países pobres en la lucha climática va contra las recomendaciones de la ONU
En esta Cumbre del Clima, la financiación norteamericana para los países vulnerables correrá a cargo de las empresas del país y no del Estado. Además, John Kerry propone que las compañías puedan descontarse CO2 de sus inventarios de emisiones cuando ayuden económicamente al Sur Global, algo criticado abiertamente por las Naciones Unidas.
Alejandro Tena
Actualizado a
El enviado especial de EEUU para el Clima, John Kerry, ha presentado este miércoles el plan de ayudas para la descarbonización y la transición energética a los países en desarrollo y vulnerables a la crisis climática. La propuesta norteamericana, una de las más esperadas en la Cumbre del Clima, esta marcada por el escepticismo del resto de países y no parece contar con el apoyo de los colectivos ecologistas. Tanto es así que los planes norteamericanos podrían ir en contra de las líneas rojas de la ONU contra el greenwashing, presentadas el martes en la COP27.
EEUU pretende impulsar un plan de compensación de carbono con el que las empresas del país puedan descontar CO2 de sus inventarios de emisiones siempre que destinen fondos o créditos para la transición energética de los países del Sur Global. Es decir, se podrían anotar rebajas de sus cifras de contaminación aunque no lo hagan a cambio de dar fondos a países vulnerables, tal y como ha adelantado The New York Times.
Esta medida es lo que se llama un plan de "cero emisiones netas", criticado abiertamente por la ONU y por los observadores ecologistas de la COP2, que ven en este tipo de medidas una suerte de carta blanca para seguir contaminando e invirtiendo en combustibles fósiles. El ejemplo más representativo es el plan habitual de algunas empresas de plantar árboles para absorber carbono y descontarlo de la contabilidad climática de su producción, mientras siguen impulsando inversiones o actividades sustentadas en los combustibles fósiles que calientan el planeta.
Precisamente este mismo martes un grupo de expertos designado por la ONU publicaba un informe con las líneas rojas del greenwashing en el que se instaba a las empresa y gobiernos locales a dejar de lado los planes "cero neto" y recortar directamente las emisiones de efecto invernadero de la cadena de valor de las empresas y entidades bancarias.
El propio secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, valoraba los compromisos basados en reducciones tipo cero-neto de la siguiente forma: "El problema es que los criterios y puntos de referencia para estos compromisos de cero-neto tienen diferentes niveles de rigor y lagunas lo suficientemente amplias como para pasar por un camión diésel. Debemos tener tolerancia cero para el lavado verde neto cero".
Con su plan, Kerry elude las responsabilidades del Estado y hace que las responsabilidades en materia de financiación recaigan en la buena voluntad de las empresas que deseen destinar fondos a los países en desarrollo a cambio de mejorar sus cifras de emisiones de efecto invernadero. El enviado especial de EEUU ha justificado que el proyecto recaiga en el sector privado diciendo que "ningún gobierno en el mundo tiene dinero suficiente" para financiar la lucha climática.
Entre el escepticismo y la frustración
El plan no ha sido bien recibido por las naciones del Sur Global, que reclaman líneas de financiación directa por parte de los estados. Pero tampoco por las delegaciones de países desarrollados que, en estos tres primeros días de cumbre, ya han anunciado compromisos –algunos simbólicos y otros sustanciales– para apoyar económicamente a los países más afectados por el calentamiento del planeta. Jochen Flasbarth, un alto funcionario climático de Alemania en la COP27, aseguró en declaraciones a Politico que hay "cierto escepticismo" en relación al proyecto presentado por los EEUU.
John Kerry se encuentra en una difícil tesitura, ya que el Congreso rechazó elevar los fondos para estos asuntos climáticos, de ahí que su plan no hable ni siquiera de contribuciones financieras que salgan de las reservas estatales, sino que ha tenido que tratar de recabar dinero por parte de empresas o grupos filantrópicos como la Fundación Rockefeller y Bezos Earth Fund, informa The New York Times.
EEUU es el país que más ha contribuido al calentamiento del planeta y acumula, según la contabilidad de CarbónBrief, el 20% del CO2 emitido a la atmósfera. Este hecho hace que la falta de financiación de los norteamericanos escueza aún más en las regiones africanas, responsables tan sólo del 3% de los gases de efecto invernadero acumulados en la atmósfera.
"La transformación que exige un camino real para limitar la temperatura a 1,5ºC requerirá que todo el mundo actúe. Esto no será posible sin que todos los países hagan su parte justa. Teniendo en cuenta el papel de los Estados Unidos en la creación de esta crisis, es particularmente importante que haga algo", ha asegurado Kelly Stone, analista de políticas de la organización norteamericana ActionAid. "Es increíblemente frustrante ver que las promesas fallan una y otra vez. Necesitamos cambiar el patrón y debe comenzar aquí mismo", agregó en una rueda de prensa junto a varias organizaciones adscritas a la Red de Acción por el Clima.
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