Desde este fin de semana y en adelante, se podrá visitar con cita previa el Pazo de Meirás sin miedo a encontrar a la familia Franco en sus estancias. El inmueble abre sus puertas por primera vez como propiedad del Estado, tras 82 años desde el expolio franquista.

El Juzgado de primera instancia número 1 de A Coruña decretó el pasado septiembre la titularidad pública del Pazo de Meirás. Sin embargo, el conflicto con la familia Franco está del todo menos resuelto, pues la batalla continúa en los tribunales para determinar qué pasara con los bienes que alberga el inmueble. 

Organizaciones defensoras de la memoria y el Ayuntamiento de Sada se han opuesto a lo que llaman un "segundo expolio", pues consideran que los bienes que formaban parte del Pazo en 1938, año en el que pasa a ser de los Franco, no son en absoluto propiedad de la familia.

"Lo que pretendemos es, de un lado, impedir que de manera inmediata se lleven bienes que no les pertenecen a ellos, sino al patrimonio público, y, de otro, que a esos bienes se les dé la consideración, al igual que el Pazo, de Bien de Interés Cultural tal y como se recoge en el decreto de la Xunta de Galicia del 2008", explica Benito Portela, alcalde de la villa de Sada, donde se ubica el Pazo.

El inmueble era propiedad de la heredera de Emilia Pardo Bazán cuando las autoridades gallegas decidieron cedérselo a Franco, que lo adquirió por 406.000 pesetas.

Fue diseñado por la escritora y, entre los bienes en liza, se conservan unos 3.000 volúmenes de su biblioteca. "Meirás debe estar dedicado a la figura y a la obra de Emilia Pardo Bazán, que fue su creadora, no a la figura de su usurpador, que fue Franco", señala Paz Gago, catedrático de literatura en la Universidad de A Coruña.