Este artículo se publicó hace 3 años.
La ONU reconoce que vivir en un medio ambiente limpio es un derecho humano
Costa Rica, impulsor de la iniciativa, defiende que hablar de crisis climática equivale a hablar de crisis de los derechos humanos. Ahora le corresponde a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas examinar esta cuestión.
Ginebra-
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado este viernes una resolución que reconoce que vivir en un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible es un derecho humano sin el cual difícilmente se pueden disfrutar de otros derechos, como a la salud o incluso a la vida.
Costa Rica fue el principal impulsor de esta iniciativa, que destaca que el derecho a un medio limpio y sostenible está interconectado con otros derechos ya reconocidos en el derecho internacional, es decir que son de aplicación universal.
Durante la negociación, Rusia planteó diversas enmiendas que buscaban debilitar el alcance de la resolución, según los países y ONGs dedicadas a esta temática y apoyaban la resolución. Esas enmiendas fueron rechazadas una a una por votación.
La resolución alienta a los países a crear capacidades para favorecer la protección del medio ambiente y cumplir por esta vía sus obligaciones en el campo de los derechos humanos, a intercambiar conocimientos entre ellos y adoptar políticas acordes con este fin.
Actualmente hablar de crisis climática equivale a hablar de crisis de los derechos humanos
La delegación de Costa Rica sostuvo que hablar actualmente de crisis climática equivale a hablar de crisis de derechos humanos y que solo reconociendo esta relación se podrá proteger al planeta.
"Se trata de una aspiración común, de personas en todas partes del mundo. Aprobar esta resolución será un mensaje común y poderoso para quienes luchan contra las dificultades ambientales, para decirles que no están solos, que sus voces son escuchadas", dijo una diplomática costarricense al presentar la iniciativa.
Más de cuarenta países -entre ellos Chile, Ecuador, Uruguay y España- se presentaron como copatrocinadores de la resolución.
Uruguay defendió la propuesta y señaló que no se puede negar la evidencia que indica que la degradación del medio ambiente y el cambio climático amenazan el derecho a la vida, como lo indica el hecho de que siete millones de personas mueran prematuramente cada año a causa de la contaminación del aire, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Países de todas las regiones, como Corea del Sur, Alemania, Namibia o Fiji, ofrecieron argumentos de apoyo a la resolución.
Rusia planteó varios cambios al proyecto de resolución -posteriormente rechazados- porque desde su punto de vista declarar que vivir en un medio ambiente sano es un derecho está fuera del mandato del Consejo de Derechos Humanos.
Asimismo, señaló que el derecho internacional no ofrece una definición exacta de lo que quiere decir "medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible", y pidió que se retirase la noción de "derecho".
Pese a sus objeciones, Rusia indicó que se abstendría en la votación para no obstaculizar un asunto tan altamente simbólico. Lo mismo hicieron China, Japón e India, por lo que la resolución fue aprobada sin ningún voto en contra.
Brasil votó a favor, pero antes dejó clara su posición en relación a que el uso de los recursos naturales es una cuestión soberana de cada Estado.
Por su parte, el Reino Unido, que también votó a favor, recordó que las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos no son vinculantes y que su posición en este caso no debe tomarse como un antecedente para decisiones que pueda tomar en el futuro.
Según la resolución, corresponde a ahora a la Asamblea General de la ONU examinar esta cuestión.
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