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Supercopa de EspañaEl once inicial de la vergüenza de la Supercopa de España en Arabia Saudí
Amnistía Internacional ha denunciado ante la embajada saudí la situación de once activistas por los derechos de la mujer que permanecen a espera de juicio, enfrentándose a penas de hasta 20 años de prisión por su defensa los derechos humanos, algunas habiendo sido acosadas sexualmente, obligadas a besarse y han sido objeto de descargas eléctricas.
Madrid-Actualizado a
A pocas horas de que comience una de las ediciones más polémicas de la Supercopa de España de fútbol en Arabia Saudí, Amnistía Internacional (AI) ha celebrado una pequeña y simbólica protesta frente a la embajada del país arábigo en Madrid con el objetivo de denunciar, aprovechando el tirón mediático que el deporte genera, la situación de 11 activistas pro derechos de la mujer que se enfrentan a penas que ascienden hasta los 20 años de cárcel.
Para ello, una veintena de personas han acudido frente al edificio diplomático saudí a eso de las once de la fría mañana de este miércoles con camisetas amarillas para formar un "equipo por la Igualdad", según ha declarado la directora adjunta de AI España, Eva Suárez-Llanos. En su torso se podía leer: "Loujain al-Hatloul 600 días en prisión". Al-Hatloul es uno de los nombres más conocidos de las 11 activistas saudíes enjuiciadas.
Detenida en mayo de 2018, esta mujer participó en la protesta contra la prohibición de conducir que hasta hace poco se imponía a las mujeres, además de informar en varias páginas de los derechos de sus congéneres.
Como reacción, el autoritario régimen saudí le mantiene en un encierro que ya alcanza los 600 días, un tiempo en el que "ha sido objeto de torturas y malos tratos", unas prácticas que algunas de sus compañeras también han sufrido, según ha sostenido el portavoz de AI para Arabia Saudí, Carlos de Las Heras. Entre ellas, De Las Heras ha denunciado que varias de ellas "fueron obligadas a besarse, otra denunció ser objeto descargas eléctricas y varias han sido acosadas sexualmente".
De las once activistas detenidas en 2018, tres siguen en prisión, mientras que siete mujeres han sido puestas progresivamente en libertad provisional, todas a la espera del sospechoso aparato de Justicia del país.
Por este motivo, desde AI han considerado clave que el torneo no se utilice para "blanquear" al régimen, que desde hace tiempo busca proyectar una imagen de cierta relajación con tenues medidas aperturistas, como el permiso de conducir para las mujeres o admitiendo su entrada a los partidos durante la Supercopa.
"Estos grandes eventos deportivos, cuando se celebran en lugares donde se producen graves violaciones de DD.HH., son una cortina de humo que trata de ocultar lo que se vive fuera de los estadios y las sedes", sostiene Suárez-Llanos, directora adjunta de AI España.
Tras posar para los medios gráficos, la propia Suárez-Llanos y una compañera de la organización han intentado acceder al complejo diplomático, con el objetivo de entregar una carta en la que se encontraban las reivindicaciones humanitarias que Amnistía Internacional solicita desde hace tiempo al régimen. No obstante, las autoridades del interior del edificio no han permitido su acceso al edificio y se han negado a recibir el escrito.
Después de su fallido intento de ingresar en la embajada, Suárez-Llanos ha declarado a Público que los "tímidos avances" que la monarquía ha adoptado en los últimos tiempos no habrían sido posibles sin la labor de "mujeres activistas como Loujain al-Hatloul".
Pese a ello, Arabia Saudí sigue mostrando graves déficits en materia de Igualdad o respeto a los derechos humanos, dejando en entredicho la versión del presidente de la RFEF Luis Rubiales que aseguró que, con la decisión de llevar el torneo a territorio saudí, se buscaba "participar" en el aperturismo del monarca Abdulaziz bin Saúd y de su hijo Mohamed bin Salmán, relacionado con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Yemen, entre las reivindicaciones
Otro de los grandes debes de Arabia Saudí tiene que ver con su papel en la guerra civil que desde 2014 asola Yemen, país situado al sur de la península arábiga. El conflicto, del que los saudíes son partícipes dentro de su pulso regional con Irán, ha provocado que "24 millones de los 29 millones" de yemeníes esté en situación de necesidad de "ayuda humanitaria", ha asegurado Suárez-Llanos.
"Arabia Saudí es responsable de los crímenes de guerra que se han producido en este conflicto y de la situación de bloqueo que constituye un crimen de guerra, puesto que se ha impedido la entrada de ayuda humanitaria a estas personas que lo necesitan", ha añadido. AI ha solicitado que se "respete" el derecho internacional y los derechos humanos y que respete la llegada de ayuda humanitaria y la situación de la población civil en Yemen.
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