Este artículo se publicó hace 7 años.
Medio ambientePor qué es necesario sacrificar 14.000 peces del lago de la Casa de Campo
El Ayuntamiento de Madrid tendrá que eliminar las 6,5 toneladas de peces que habitan en ese estanque para acometer las obras de restauración. La mayoría son especies invasoras como la carpa, que la ley obliga a exterminar.
LUCÍA VILLA
Madrid--Actualizado a
Las obras de limpieza y rehabilitación del lago de la Casa de Campo emprendidas por el Ayuntamiento de Madrid obligarán a sacrificar a las cerca de 6,5 toneladas de peces (14.000 ejemplares, según las estimaciones del propio consistorio) que actualmente viven en él. Una decisión que a priori pudiera resultar polémica, pero que se sustenta en razones ecológicas a menudo infravaloradas.
El análisis previo realizado por el Gobierno municipal detectó que la práctica totalidad de los peces que habitan en ese lago son carpas comunes, carpines, percasoles y gambusias. Se trata en todos los casos de especies exóticas invasoras para las que la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad prevé medidas de gestión específica –incluido su control o erradicación- por la grave amenaza que suponen para las especies autóctonas. El objetivo es impedir que se puedan seguir reproduciendo no sólo por su fuerte carácter depredador y competitivo, sino también por el riesgo para la introducción de nuevas enfermedades y parásitos.
El plan del Ayuntamiento requiere vaciar y limpiar el estanque y verter las aguas, una vez depuradas, al río Manzanares, donde también irán a parar las especies autóctonas que se encuentren. Desde el consistorio explican a Público que no es posible guardar los 14.000 peces y devolverlos de nuevo al estanque cuando finalicen las obras porque el recinto no está completamente cerrado, sino que cuenta con un conector con el afluente madrileño. Tampoco pueden trasladarse a otro recinto porque son demasiado numerosas y no existe una instalación que pueda albergarlas.
“En otros ríos caudalosos o lagos de Europa algunas de estas especies tienen sentido, pero aquí generan muchos impactos. Nuestros ríos son muy irregulares, hay muchísimas especies endémicas que tenemos el deber de conservar y que se ven gravemente amenazadas. No tendría sentido echar especies invasoras al Manzanares, que además está ya de por sí en una situación ambiental delicada”, señala Laura Moreno, técnico del programa de especies de WWF.
Aunque parezca un problema menor, las especies exóticas invasoras son, según las Naciones Unidas, la segunda causa de amenaza y extinción de especies en el mundo, precedida tan sólo por la pérdida de hábitat. En Europa, una de cada tres especies está en peligro crítico de extinción por esta amenaza creciente.
El caso de la carpa común, la más abundante en el lago madrileño, es además especialmente grave. Aunque el PP ha intentado en reiteradas ocasiones excluirla del Catálogo de Especies Invasoras para permitir su aprovechamiento a los sectores de la pesca deportiva, la especie está catalogada como una de las 100 invasoras más dañinas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
También el Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España, editado por el Ministerio de Medio Ambiente y el CSIC, señala sus efectos negativos para la vegetación acuática, el zooplacton y vertebrados nativos como patos buceadores.
El Ayuntamiento defiende el sacrificio “porque así lo estipula la ley”, aunque puntualiza que, pese a que la normativa no obliga a aplicar eutanasia o sedación para el exterminio de especies invasoras, sí se utilizará en este caso para evitar el sufrimiento de los animales.
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